Terror en Mosc¨²
Dos bombas de terroristas suicidas en el metro de la capital rusa causan decenas de muertos
Rusia ha dado por concluida en m¨¢s de una ocasi¨®n primero la guerra y luego la agitaci¨®n terrorista en Chechenia, y por extensi¨®n en el C¨¢ucaso norte, pero los insurgentes no son de la misma opini¨®n.
Dos bombas de ciclonita y potencia de varios kilos de dinamita estallaron ayer en dos estaciones muy c¨¦ntricas del metro de Mosc¨², con un intervalo de minutos, en la hora punta de la ma?ana, causando la muerte de unas 40 personas. El atentado lleva el estigma del C¨¢ucaso ruso, adem¨¢s de por el explosivo marca de la casa, por su modus operandi: cuatro mujeres transportaron la ciclonita y dos de ellas volaron por los aires cuando se abr¨ªan las puertas de los vagones, recordando otro atentado de esa filiaci¨®n y tambi¨¦n en el metro en 2004 con cifra similar de v¨ªctimas.
Las autoridades buscan a las dos mujeres, captadas por las c¨¢maras de la red subterr¨¢nea, que abandonaron las estaciones -Liubianka, donde se halla la sede de la polic¨ªa sucesora de la infame KGB sovi¨¦tica, y Park Kultury- antes de que detonaran los explosivos. Y aunque no hay a¨²n informaci¨®n concluyente, las sospechas apuntan al grupo terrorista Emirato del C¨¢ucaso dirigido por Doku Umarov, que el pasado 14 de febrero hab¨ªa amenazado con atacar objetivos civiles en la propia Rusia, en su lucha por la independencia de Chechenia y las vecinas Dagest¨¢n e Ingushetia, territorios integrados en la Federaci¨®n Rusa.
En los a?os noventa, Rusia libr¨® dos guerras contra el separatismo checheno y, sobre la victoria militar en la segunda de ellas, el hoy primer ministro y anterior presidente Vlad¨ªmir Putin ciment¨® su consolidaci¨®n en el poder. Universalmente conocidos sus deseos de recuperar la presidencia cuando termine el mandato de su sucesor Dmitri Medv¨¦dev, se sugiere que las bombas atentaban tambi¨¦n contra las pretensiones del mayor enemigo de la autodeterminaci¨®n de Chechenia. Este ¨²ltimo territorio est¨¢ gobernado por paniaguados de Putin, en alg¨²n caso de procedencia ex guerrillera, sumidos en la corrupci¨®n y la represi¨®n m¨¢s hondas.
Ese pie falso sobre el que se puso fin a la rebeli¨®n chechena en 1999 se halla en la base de la protesta popular en el C¨¢ucaso. Tan s¨®lo en 2009 se registraron 460 incidentes terroristas, y el irredentismo nacional cauc¨¢sico se ha visto redoblado estos ¨²ltimos a?os por el islamismo radical, lo que explica el fuerte alineamiento de Mosc¨² en la lucha contra Al Qaeda.
Como tantas otras sublevaciones nacionalistas, la chechena no puede tener un fin exclusivamente policiaco o militar. El ¨²nico remedio veros¨ªmil para que ese absceso respetara la soberan¨ªa del Estado ruso, pasar¨ªa por la edificaci¨®n de una aut¨¦ntica democracia, lo que no parece hallarse en la mente de la jerarqu¨ªa pos-sovi¨¦tica moldeada por Vlad¨ªmir Putin.
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