Mao todav¨ªa da miedo
Pek¨ªn empieza a sacar a la luz, t¨ªmidamente, los archivos secretos de la Revoluci¨®n Cultural
Un d¨ªa pasaba junto a uno de esos pozos en los que se recogen los excrementos de las pocilgas cuando vi que un cerdo se hab¨ªa ca¨ªdo dentro. Pens¨¦ en alejarme, debido al fuerte olor que desprend¨ªa, pero entonces me acord¨¦ del pensamiento del presidente Mao, salt¨¦ al interior, salv¨¦ al cerdo y lo lav¨¦ con agua. Cuando llegu¨¦ a casa, mi madre me pregunt¨® d¨®nde me hab¨ªa metido porque tra¨ªa un olor insoportable. Le cont¨¦ lo que hab¨ªa ocurrido, y me dijo: 'T¨² eres una chica, no deber¨ªas haber hecho eso'. Pero yo le contest¨¦: 'Lo importante no es que te hayas ensuciado la ropa con excrementos, sino que los excrementos no manchen el pensamiento de Mao".
Corr¨ªa el a?o 1970, China se encontraba en plena vor¨¢gine de la Revoluci¨®n Cultural, el movimiento desatado cuatro a?os antes por el l¨ªder chino para reavivar el esp¨ªritu revolucionario y defenestrar a sus rivales pol¨ªticos, y all¨ª estaba Wu Chenyin -una joven estudiante que hab¨ªa sido enviada, como millones de chinos, a ser reeducada entre los campesinos- aplicando el Libro Rojo de Mao.
En los documentos desclasificados no se habla de las torturas, de la violencia de la Revoluci¨®n Cultural
La chica pasaba largas horas leyendo el misal con las citas de Mao Zedong, que todo ciudadano deb¨ªa poseer y llevar consigo en todo momento, y lo aplicaba para todo en su vida, como hizo aquel d¨ªa para salvar al afortunado gorrino.
Wu lo cuenta en un relato escrito a mano con tinta azul, en aquellos tiempos de caos y denuncia, que ha permanecido en el silencio y la oscuridad de las estanter¨ªas hasta hace poco. Pek¨ªn desclasific¨® el a?o pasado, de forma discreta, una parte de los archivos de los a?os de la Revoluci¨®n Cultural. El documento con las experiencias de la joven estudiante, de una veintena de p¨¢ginas, salpicado de manchas de humedad, correcciones en rojo y borrones para eliminar algunos caracteres, forma parte de esos archivos hasta ahora secretos.
Los registros desclasificados de la Revoluci¨®n Cultural ocupan s¨®lo 16 vol¨²menes del total de 21.568 que los Archivos Municipales de Pek¨ªn han hecho p¨²blicos en cuatro ocasiones -1996, 1997, 2001 y 2009-, y que cubren la etapa que va desde principios del siglo XX hasta 1978.
El Gobierno se muestra siempre cauto sobre todo lo que rodea los excesos del mao¨ªsmo y la figura del l¨ªder chino, cuyo retrato preside la plaza de Tiananmen, en Pek¨ªn. De ah¨ª el limitado n¨²mero de registros desclasificados del periodo de la Revoluci¨®n Cultural y la inocuidad de los temas que tratan. Poco o nada hay sobre las persecuciones a los intelectuales, las denuncias entre miembros de la misma familia, los desplazamientos forzados de millones de personas, las torturas, los suicidios, la quema de libros, la destrucci¨®n de templos y obras de arte, el caos econ¨®mico o la violencia pol¨ªtica, que causaron entre varios cientos de miles y tres millones de muertos, seg¨²n las fuentes.
Los documentos desclasificados se pueden consultar en los Archivos Municipales de Pek¨ªn, que est¨¢n alojados en un edificio blanco de tejados curvos en el sur de la capital. En la recepci¨®n, una funcionaria registra el nombre del visitante, su n¨²mero de carn¨¦ de identidad y el motivo de la visita antes de dejarle acceder a una sala con medio centenar de mesas con l¨¢mparas y algunos ordenadores, presidida por una maqueta del Estadio Ol¨ªmpico Nacional y un cuadro de la Gran Muralla.
Los documentos de la Revoluci¨®n Cultural, en tacos de folios atados con cordones, incluyen textos escritos a mano y transcripciones mecanografiadas, y est¨¢n plagados de frases revolucionarias y referencias al dirigente chino, como "Con el Gran Timonel navegaremos el oc¨¦ano" o "Con el pensamiento de Mao haremos la revoluci¨®n".
La mayor parte de los archivos hace referencia a normativas gubernamentales, cifras econ¨®micas o estad¨ªsticas de producci¨®n y comercio de la ¨¦poca. Pero los relatos y datos que recogen, divertidos unos, rutinarios la mayor¨ªa, arrojan un poco m¨¢s de luz sobre un periodo de la historia china por el cual pasan de puntillas los libros de texto oficiales.
Son especialmente interesantes aquellos cap¨ªtulos que abordan el adoctrinamiento de los intelectuales enviados al campo, la politizaci¨®n de la econom¨ªa, la letra de las canciones revolucionarias o sobre los guardias rojos (grupos de estudiantes y universitarios organizados en unidades paramilitares para combatir a los revisionistas y a quienes no eran lo suficientemente revolucionarios).
"China debe aprender de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en el desarrollo de las estad¨ªsticas. Si no, debemos tomar la realidad como punto de partida y ser creativos. El pensamiento revolucionario es el asunto m¨¢s importante para las estad¨ªsticas nacionales", cuenta en un discurso recogido en uno de los archivos el "camarada Mu Qiao". Otro bolet¨ªn, fechado en 1972, detalla sobre papel muy fino el n¨²mero de guardias rojos y peque?os guardias rojos reclutados en Pek¨ªn: 223.380 y 557.305, respectivamente. Y otro recoge los salarios en 1968 de los trabajadores de la editorial que publicaba el Libro Rojo de Mao.
Varios estudiantes enviados a las zonas rurales, como Wu Chenyin, narran tambi¨¦n c¨®mo superan las dificultades diarias gracias a la inspiraci¨®n del Gran Timonel, mientras intercalan sus discursos con esl¨®ganes como "Es totalmente necesario que los j¨®venes instruidos vayan al campo para ser reeducados por los pobres y los campesinos", "Los tiempos han cambiado, el hombre y la mujer son iguales" o "No olvides nunca la lucha de clases". La Revoluci¨®n Cultural finaliz¨® con la muerte de Mao en 1976.
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