Nacho Umbert, kil¨®metro cero
El m¨²sico renace como cantautor tras 14 a?os de ausencia
Hombres de colorete y quitasue?o, pescadores, pesadillas, hast¨ªo, ancianos en un palomar o casinos con desfibrilador. "Peque?os momentos de ciertas vidas, todas y ninguna inventadas", seg¨²n Nacho Umbert (Barcelona, 1971), que pueblan su maravilloso primer disco en solitario. Una obra imprevista: el cantautor de la voz grave en primer plano, del "pop crudo, sin demasiado ornamento", con timbres del jazz y ac¨²stica folk, llevaba 14 a?os lejos de la m¨²sica. "Por eso lo he titulado Ay..., por el yuyu que me daba volver a publicar". Ahora le toca defender el ¨¢lbum el mi¨¦rcoles en Barcelona (Galer¨ªa aDa) y el viernes en Madrid (Nasti).
?Y c¨®mo se pasa de dirigir un breve grupo de culto, Paperhouse, en el indie de los noventa, a deshacerse incluso de los instrumentos? "Carec¨ªamos de ambici¨®n, y nos apagamos en cuanto dejamos de disfrutar. Pero no s¨¦ por qu¨¦ estuve tanto tiempo sin tocar siquiera en casa", confiesa Umbert, dise?ador de interiores en su otra vida.
Primero el sal¨®n de unos amigos, despu¨¦s Salvador de Bah¨ªa: dos lugares para recuperar el comecome. "Me pusieron un disco de Lambchop, y escucharlo me devolvi¨® las ganas de componer. Luego coincid¨ª en vacaciones con un mochilero holand¨¦s, le ped¨ª prestada su guitarra espa?ola y fue como un clic. Nada m¨¢s pisar Barcelona, me compr¨¦ una y me met¨ª en un cursillo: no veas la de acordes y cosas que se olvidan".
Y as¨ª, Umbert se ha ido construyendo, en a?os recientes, un estilo personal¨ªsimo. "Hago canciones muy simples, sin apenas estribillos: van caminando y aceleran o frenan de pronto. Ya no tengo edad para imitar a nadie". Entrevera frases en catal¨¢n y huye de ¨ªnfulas literarias: "Busco expresarme como hablo. Cuando me preguntan si escribo, digo que s¨ª, que escribo emails".
El ¨¢lbum aparece a nombre de Nacho Umbert & la Compa?¨ªa, en reconocimiento a la implicaci¨®n del productor, Refree, y a su m¨¢gico entramado sonoro. "Y a todos los que lo han propiciado. La Compa?¨ªa es m¨¢s un concepto variable que una banda. Muy ¨²til en vivo". Esa entente contrasta con el trago vivido por Paperhouse en el estudio de Kramer. El m¨ªtico productor neoyorquino se hizo cargo del ¨²nico largo del grupo, Adi¨®s (1996). "Lo registramos en cinco d¨ªas, dorm¨ªamos en sacos sobre la moqueta. ?l se asom¨® en el ¨²ltimo momento para mezclarlo en s¨®lo tres horas, a traici¨®n, tras mandarnos a un centro comercial. Nos horrorizaron los efectos y c¨®mo trat¨® mi voz. Se estaba divorciando: nuestro dinero era para su abogado".
En tiempos en los que buena parte del indie espa?ol se aferraba a la lengua inglesa y al ruido para enmascarar impericias, el slowcore en castellano de Paperhouse resultaba otra cosa. "No entiendo c¨®mo puede haber gente que a¨²n cante en ingl¨¦s. Nosotros lo hicimos al principio, siempre con el diccionario Collins en la mano".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.