"Ahora s¨®lo cortamos el pelo"
Las peluquer¨ªas chinas se al¨ªan para acabar con el 'final feliz'
La pr¨¢ctica del final feliz en las peluquer¨ªas chinas, que consiste en culminar los masajes que ofrecen a sus clientes con pr¨¢cticas sexuales, va en descenso. As¨ª lo certifica Shang Mei Wang, presidenta de la Asociaci¨®n Artesana China de Salones de Belleza de Catalu?a, en Europa Press. La entidad, creada el pasado marzo entre cincuenta peluquer¨ªas chinas, quiere acabar con "la mala imagen" que supone esta pr¨¢ctica para los establecimientos que no la llevan a cabo. Para unirse, han redactado un c¨®digo ¨¦tico y han participado en m¨²ltiples reuniones para dejar claras las reglas del juego: no s¨®lo deben acabar con el sexo en sus propios locales, sino que tambi¨¦n deben denunciar a aquellos establecimientos que sigan ofreciendo el final feliz.
Culminar un masaje con sexo ya no es tan frecuente como el a?o pasado, cuando se vivi¨® un auge de esta pr¨¢ctica clandestina. La persecuci¨®n policial contra el final feliz ha sido dura, y ha comportado expedientes sancionadores y cierre de muchos locales por carecer de licencia. "Los propios comerciantes han tomado conciencia y lo han dejado", afirman fuentes policiales, que tambi¨¦n destacan el papel de la asociaci¨®n porque "controla el sector".
"Antes hac¨ªamos masajes, pero ahora s¨®lo cortamos el pelo" explicaba ayer el propietario de una peluquer¨ªa china de la Gran Via, refiri¨¦ndose al final feliz. ?El motivo? "Tuvimos muchos problemas con la polic¨ªa. Es mejor dejarlo as¨ª, s¨®lo peluquer¨ªa", aclaraba. Si alg¨²n cliente entra en el establecimiento pidiendo final feliz, lo rechazan r¨¢pido, pero no tienen reparos en indicar una peluquer¨ªa cercana en la que, por pocos euros -unos 10, m¨¢s los 20 que cuesta un tratamiento b¨¢sico- el masaje acabar¨¢ en los genitales.
Pese a la pujanza de la asociaci¨®n, el final feliz a¨²n se mantiene en algunas peluquer¨ªas. La situaci¨®n -que un cliente pida sexo en un sal¨®n de masajes chino que se limita al tratamiento- pasa frecuentemente, seg¨²n Shang Mei Wang: "Muchos quieren m¨¢s", asegura, y agrega que muchas situaciones acaban con el cliente enfadado y march¨¢ndose sin pagar.
La presidenta de la asociaci¨®n, propietaria de un sal¨®n de masajes en Barcelona, tiene una respuesta para estos clientes: "Les digo que el masaje es bueno para la salud, y eso ya te hace feliz".
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