"Espa?a fue un amor a primera vista, un flechazo"
El violinista Ara Malikian (Beirut, 1968) es un tipo flamenco. Su mu?eca derecha es un muestrario de pulseras de cristal y cuentas de jade -"Soy algo supersticioso, o un poco friki", bromea-; el cuello, un amarre para colgantes saltarines y ex¨®ticos, como un bello ejemplar verde, chino. A su lado, casi cosido a ¨¦l, est¨¢ el estuche del viol¨ªn.
Este armenio n¨®mada que ha vivido en Alemania, Inglaterra y Francia -"Cuando estoy mucho tiempo en un sitio, me aburro", dice- encontr¨® en Espa?a hace 12 a?os la horma de su zapato. "Fue un amor a primera vista, un flechazo. En Londres nunca llegu¨¦ a entrar, pero fue aterrizar en Madrid y sentirme a gusto. El sol, la comida, vivir en la calle...", dice mientras maneja con destreza los palillos en su restaurante favorito.
El violinista armenio hace espect¨¢culos de m¨²sica cl¨¢sica para ni?os y familias
Malikian es una figura conocida en los escenarios musicales, pero quien se lo figure con frac, a dos palmos del suelo, se equivoca. "Siempre me ha molestado que la m¨²sica cl¨¢sica sea algo tan intelectual, tan para entendidos. Lo de m¨²sica culta me horroriza. No se trata de hacerla accesible, porque lo es, sino de desnudarla de etiquetas. Hay millones de maneras de interpretar; todo lo dem¨¢s es arrogancia", comenta muy serio mientras envuelve en una hoja de lechuga con albahaca el nem tom (rollito vietnamita). "La m¨²sica es algo muy bello, ?por qu¨¦ no va a llegar a todo el mundo? Lo que hay que hacer es divulgarla".
Semejante declaraci¨®n de principios precede a la relaci¨®n de espect¨¢culos en que participa: para ni?os, para familias, recitales en teatros y caf¨¦s, incursiones en el circo o en el escenario de una c¨¢rcel. El montaje PaGAGnini, con el grupo Yllana, de gira permanente. El cuento dramatizado Historia de un hombre feliz, basado en la tradici¨®n musical armenia. O el programa para ni?os de La 2 El club de Pizzicato. No contento con semejante hiperactividad, interpreta como violinista bandas sonoras de pel¨ªculas, o protagoniza un documental sobre Armenia que ha rodado con Acci¨®n contra el Hambre, y que se estrenar¨¢ en breve.
De mano de la ONG Malikian ha podido conocer la tierra de la que huyeron sus abuelos tras el genocidio del Ej¨¦rcito otomano en 1915. "Nunca hab¨ªa estado. Mi padre ni siquiera lo conoce, pero no me reconozco en el pa¨ªs, sino en la cultura. Era emocionante o¨ªr a una campesina de 80 a?os cantar un tema que yo o¨ªa a mis abuelos".
En cuestiones de identidad, Malikian es igual de ecl¨¦ctico (o "mestizo", palabra que le gusta repetir) que en la m¨²sica: "Me siento m¨¢s espa?ol que de la Rep¨²blica de Armenia. Tambi¨¦n bastante alem¨¢n, y muy ¨¢rabe...". Y un poco asi¨¢tico: no hay m¨¢s que verle relamerse con el curry rojo del men¨².
La conversaci¨®n nos lleva de algunos lugares de Beirut al precio (caro) de las entradas para la ¨®pera en Espa?a. "Es que parece que la m¨²sica es lo de menos, que aburriera", dice disgustado. "Caros montajes, repartos de primera, direcci¨®n esc¨¦nica de lujo... Parece como si asustara que la m¨²sica sea la protagonista". Dicho esto, y sin tiempo para rematar las delicias asi¨¢ticas con un caf¨¦, sale a la carrera hacia el siguiente ensayo. Esa tarde act¨²a, primero, en un circo y luego en un caf¨¦ madrile?o. "Tengo d¨ªas peores", se r¨ªe. "Pero no tengo hobbies ni vacaciones. No los necesito, porque tengo la m¨²sica".
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