El PNV mantiene sus dudas sobre la presencia de las v¨ªctimas en las aulas
Erkoreka sostiene que "no cualquiera vale para la tarea" de ir a los colegios
El documento Convivencia democr¨¢tica y deslegitimaci¨®n de la violencia con el que el Gobierno ha reformulado el Plan de Educaci¨®n para la Paz y los Derechos Humanos del Ejecutivo anterior no termina de convencer al PNV, sobre todo en lo relativo a la presencia f¨ªsica de las v¨ªctimas del terrorismo en los centros escolares. El plan del tripartito de Juan Jos¨¦ Ibarretxe lo descart¨® por considerarla demasiado "abrupta".
Los grupos parlamentarios y las asociaciones estudian en estas semanas el texto remitido por el Gobierno, que apuesta ahora por una presencia "directa y activa" de las v¨ªctimas, y para el que busca el m¨¢ximo consenso posible. El propio plan reconoce que la asistencia de las v¨ªctimas del terrorismo a las aulas resulta "mucho m¨¢s delicada" que la de otras v¨ªctimas, "debido a que no existe un consenso total de condena social del terrorismo". Pero, lejos de tomar ese extremo como un motivo para eludirla, lo considera "un acicate" para contribuir desde la educaci¨®n a que la condena sin paliativos de la violencia terrorista llegue a ser un valor de total coincidencia social.
El Gobierno aborda ya en su plan varias prevenciones de los nacionalistas
El portavoz peneuvista en el Congreso, Josu Erkoreka, dej¨® ayer ver las dudas que alberga su partido respecto a esta cuesti¨®n. "La posici¨®n cr¨ªtica con el terrorismo es un valor a incorporar al sistema educativo", dijo Erkoreka, "pero eso no significa que tenga que traducirse necesariamente en algunas de las medidas que se proponen, como la presencia efectiva de algunas v¨ªctimas".
"No cualquier v¨ªctima vale para esa tarea", afirm¨® a Europa Press. En su opini¨®n, las personas que vayan a desarrollarla tienen que haber "racionalizado su situaci¨®n" y estar "en condiciones de dar un testimonio equilibrado".
El diputado peneuvista se refiri¨® en concreto a dos posibles obst¨¢culos: por un lado, dud¨® de que existan "v¨ªctimas suficientes como para llenar las aulas de todos los centros" con testimonios personales, que deben ser "no de rencor, sino de transmisi¨®n de valores y principios", y, por otro, alert¨® sobre la posibilidad de que no todo el profesorado se halle "en condiciones de desempe?ar esa funci¨®n en t¨¦rminos ponderados".
Las prevenciones de Erkoreka figuran de alg¨²n modo recogidas, y respondidas tambi¨¦n, en el propio documento del Gobierno. Respecto a las condiciones que deban reunir las v¨ªctimas del terrorismo que vayan a trasladar personalmente su experiencia a los colegios, la preocupaci¨®n de Erkoreka est¨¢ en parte contemplada: "La v¨ªctima tendr¨¢ las capacidades personales que se precisen" en relaci¨®n con los par¨¢metros exigibles a una intervenci¨®n que es, sobre todo, pedag¨®gica, y que busca sintetizar un acercamiento tanto cognitivo, como emocional y motivador de conductas en los adolescentes a que se dirigir¨¢.
El documento acota m¨¢s a¨²n el terreno en que deber¨¢n moverse las v¨ªctimas que entren en contacto directo con los jovenes: ofrecer¨¢n "testimonios y reflexiones situadas en el ¨¢mbito de los derechos humanos" y deber¨¢n hacerlo "con imparcialidad razonable respecto a posturas partidarias leg¨ªtimas", pero que quedar¨¢n fuera de su testimonio en las aulas.
En lo que toca a la preparaci¨®n del profesorado, el Ejecutivo asume de antemano que los educadores tendr¨¢n que afrontar dificultades especiales y se compromete "como contrapartida", a facilitarles "todos los medios formativos y de apoyo que precisen". El documento aborda tambi¨¦n, de un modo preventivo, lo que ata?e, no ya a la preparaci¨®n, sino a la disposici¨®n de los docentes. En este aspecto, el Gobierno es tajante al aclarar lo relativo a la "neutralidad" que el profesorado deba observar ante las opiniones diversas que puedan expresar los alumnos.
Esa neutralidad es conveniente, "incluso necesaria", afirma, cuando esas opiniones encajen "dentro de la amplia pluralidad que los derechos humanos posibilitan". Pero dejar¨¢ de estar justificada, y se considera "inadecuada" e incluso se tacha de "claudicaci¨®n moral" cuando las opiniones o convicciones que un alumno pueda expresar se oponga a los derechos humanos. En ese cap¨ªtulo entra cualquier apoyo, justificaci¨®n o comprensi¨®n" hacia el terrorismo. En ese momento, el docente "no debe ser neutral" y formar¨¢ parte de sus obligaciones sostener con nitidez la ilegitimidad total de toda legitimaci¨®n del terrorismo".
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