Cien a?os sin soluci¨®n en El Cabanyal
La ejecuci¨®n de un plan del siglo XIX para llegar al mar en Valencia divide a arquitectos y urbanistas - El barrio es un caso de estudio por su modernismo 'na?f'
El Cabanyal estall¨® esta semana. La tensi¨®n acumulada entre el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat, ambos en manos del PP e impulsores de un plan de derribos en el barrio, y el Gobierno socialista y un colectivo organizado en torno a la entidad Salvem El Cabanyal salt¨® el martes pasado del plano pol¨ªtico y urban¨ªstico al enfrentamiento en las calles. Pero bajo esta confrontaci¨®n hay otro debate menos visible. Se trata de determinar si tiene sentido, a comienzos del siglo XXI, ejecutar un proyecto que hunde sus ra¨ªces en las ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo XIX y que pretende prolongar la avenida de Blasco Ib¨¢?ez hasta el mar partiendo en dos El Cabanyal.
Fue precisamente a finales del siglo XIX y principios del XX cuando estas casas de pescadores, a unos cuatro kil¨®metros del centro de la capital, crecieron y se consolidaron, mirando de reojo la est¨¦tica que se impon¨ªa en la ciudad. Mientras la burgues¨ªa valenciana abr¨ªa grandes avenidas y constru¨ªa elegantes edificios modernistas, los habitantes del humilde poblado, tambi¨¦n en plena transformaci¨®n, imitaban los gustos de sus vecinos pudientes. Adoptaron las molduras, carpinter¨ªas y forjados con motivos ondulados o los azulejos en las fachadas, lo que dio lugar a un personal¨ªsimo modernismo na?f. No menos peculiar fue el entramado de largas calles perpendiculares al mar, tan estrechas como las plantas de las barracas sobre las que se levantaron los nuevos edificios.
Linazasoro: "Abrir grandes avenidas es algo del siglo XIX"
Manuel Portaceli: "El urbanismo moderno est¨¢ por el respeto al pasado"
Oriol Bohigas: "Est¨¢ bien llegar a la costa, pero no si hay que destrozar el lugar"
El autor del plan pone de ejemplo la fachada mar¨ªtima de la Barcelona del 92
Estos dos elementos, la arquitectura popular y la ret¨ªcula urbana, son los que han hecho de El Cabanyal "el barrio de Valencia, junto con El Carme, con m¨¢s personalidad", a juicio de Carlos Salvadores, coautor del dise?o del Instituto Valenciano del Arte Moderno (IVAM). Y son estos valores patrimoniales los que ahora muchos de sus vecinos consideran amenazado por otra vieja aspiraci¨®n de la burgues¨ªa valenciana del XIX, su anhelo de llegar al mar a trav¨¦s de Blasco Ib¨¢?ez.
La cuesti¨®n es ?se puede preservar la personalidad del barrio si se derriban 1.650 viviendas para dividirlo en dos y dejar paso a una avenida de 48 metros? ?Es imprescindible un nuevo acceso al mar? ?Es necesaria esta operaci¨®n para revitalizar una zona degradada?
Manuel Portaceli cree que no. Para este arquitecto, que junto a Giorgio Grassi se encarg¨® de la -tambi¨¦n pol¨¦mica- rehabilitaci¨®n del Teatro Romano de Sagunto, "las operaciones de vaciado y apertura de avenidas son del siglo XIX, el urbanismo moderno est¨¢ por el respeto a las aportaciones concretas de cada generaci¨®n", apunta. "Gracias a ello se ha preservado el Village en Nueva York y sus casas de ladrillo victorianas, o la arquitectura industrial de Soho". Y a?ade: "El Cabanyal es materia de estudio por su peculiaridad".
"Las grandes avenidas son algo del siglo XIX", comenta Jos¨¦ Ignacio Linazasoro, catedr¨¢tico de proyectos de la Escuela de Arquitectura de Madrid, que insiste en esta idea. "Ahora mismo me encuentro en Troyes (Francia), trabajando en un edificio en pleno centro, en un proyecto de recuperaci¨®n de trama hist¨®rica. Otra cuesti¨®n ser¨ªa si detr¨¢s de la ampliaci¨®n hubiera una garant¨ªa de calidad, como sucedi¨® con la Gran V¨ªa en Madrid", a?ade.
Otros arquitectos, como Oriol Bohigas, quien lleg¨® a tachar hace a?os de "horterada" el plan de El Cabanyal, tambi¨¦n se han manifestado contrarios al proyecto. "Est¨¢ bien llegar al mar, pero no a costa de destrozar El Cabanyal, no s¨®lo por su inter¨¦s social, sino urban¨ªstico y arquitect¨®nico, que vale la pena defender". Tanto la peculiar trama urbana como la arquitectura popular fueron dos de los principales motivos alegados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, ¨®rgano consultivo del Gobierno, para considerar que el plan urban¨ªstico supone un expolio del patrimonio hist¨®rico.
Entre urbanistas y arquitectos es m¨¢s f¨¢cil escuchar opiniones contrarias al plan, pero no hay un criterio compartido. "El valor patrimonial no es un absoluto", defiende Alejandro Escribano, padre del vigente Plan General de Ordenaci¨®n Urbana de Valencia. "Si habl¨¢ramos de un barrio medieval de alto valor, o de El Carme, yo ser¨ªa el primero en oponerme; pero no es as¨ª". Tampoco compartir¨ªa la prolongaci¨®n, se?ala, si se tuviera que tirar todo El Cabanyal. "Pero estamos hablando de que desaparezca el 10% del barrio a cambio de que la ciudad acceda a su anhelo hist¨®rico de llegar directamente a las playas del norte; y esto est¨¢ justificado, es una soluci¨®n leg¨ªtima que se puede defender y que cumple las m¨ªnimas exigencias de racionalidad". Escribano sostiene que esta operaci¨®n servir¨¢ tambi¨¦n para sacar al barrio de la situaci¨®n de degradaci¨®n que padece y pone como ejemplo el caso de la transformaci¨®n de la fachada mar¨ªtima de Barcelona de cara a los Juegos Ol¨ªmpicos: "Ahora es otra ciudad despu¨¦s de llevar el ensanche al mar".
El Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunidad valenciana, a trav¨¦s de un informe, se mostr¨® contrario a la idea del expolio -curiosamente, el organismo que agrupa a todos los colegios en Espa?a, no-, aunque a?adi¨® que si el Ayuntamiento hubiera celebrado un concurso de ideas "se hubiera posibilitado el an¨¢lisis de ideas diferentes facilitando un mayor consenso social". El presidente del Colegio de Valencia, Luis Sendra, coment¨® en enero a este diario que el problema del plan no era su agresividad "ya que el impacto en la trama es baj¨ªsimo" y defendi¨® la avenida como un instrumento de revitalizaci¨®n del entorno, cada vez m¨¢s castigado por la marginalidad: "La gente del barrio merece que se le integre a la ciudad; el bloqueo al plan es condenar el barrio a la degradaci¨®n".
Este informe provoc¨® una reacci¨®n contraria de arquitectos opuestos al dictamen del Colegio, a la que, entre otros, se sum¨® Juli¨¢n Esteban, jefe de servicio de Arquitectura de la Generalitat Valenciana y profesor de proyectos en la Escuela de Arquitectura de Valencia: "la coartada" de justificar la ampliaci¨®n con la excusa de regenerar el barrio no sirve ya que "provocar¨¢ todo lo contrario". Adem¨¢s, "ya hay dos avenidas que conectan con el mar, no hace falta otra". Blasco Ib¨¢?ez "ya ha llegado donde ten¨ªa que llegar, a las puertas de los poblados mar¨ªtimos, como reflejaba el proyecto inicial".
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