Europa queda fuera de la campa?a brit¨¢nica
Brown y Cameron se muestran reacios a introducir en las elecciones la siempre delicada cuesti¨®n de la UE
La siempre delicada cuesti¨®n de las relaciones del Reino Unido con la Uni¨®n Europea va a pasar desapercibida en la campa?a de las elecciones brit¨¢nicas del 6 de mayo. En estos d¨ªas previos de escaramuzas pre-electorales, cuando la campa?a a¨²n no ha empezado oficialmente porque el Parlamento no est¨¢ todav¨ªa disuelto, el debate pol¨ªtico se ha centrado en torno a la econom¨ªa.
La cuesti¨®n europea no estar¨¢ en campa?a porque a nadie le interesa que est¨¦: ni los electores parecen especialmente preocupados, ni los laboristas quieren presumir de un europe¨ªsmo que cada vez abrazan con menos ardor, ni los tories quieren meterse en un berenjenal que siempre amenaza con dividir al partido, ni los liberales-dem¨®cratas, los m¨¢s europe¨ªstas, tienen tampoco especial inter¨¦s en hacer gala de unas ideas que dif¨ªcilmente les dar¨¢n m¨¢s votos. M¨¢s bien lo contrario.
La UE es siempre un tema t¨®xico en la pol¨ªtica brit¨¢nica. En 2001, el entonces candidato conservador William Hague cometi¨® el error de arrastrar su campa?a a una heroica defensa de la libra esterlina en un momento en que no hab¨ªa perspectiva alguna de que la divisa brit¨¢nica ingresara a corto plazo en el euro.
En v¨ªsperas de los comicios de 2005, Tony Blair se vio forzado a prometer un refer¨¦ndum para la ratificaci¨®n del entonces embrionario proyecto de Constituci¨®n Europea. La Constituci¨®n se fue al garete con las consultas en Holanda y Francia, pero aquel compromiso de Blair acab¨® cobr¨¢ndose un precio pol¨ªtico sobre su sucesor, Gordon Brown. Este argument¨® que el Tratado de Lisboa que acab¨® sustituyendo al Tratado Constitucional no ten¨ªa el rango pol¨ªtico del proyecto inicial y opt¨® por una mera ratificaci¨®n parlamentaria.
Aquella decisi¨®n sobrevol¨® durante meses la pol¨ªtica brit¨¢nica y fue uno de los elementos que decantaron al magnate Rupert Murdoch por apoyar a Cameron frente a Brown en estas elecciones. Desde hace varios meses, el diario The Sun, el tabloide m¨¢s le¨ªdo del pa¨ªs, ha convertido sus p¨¢ginas en un panfleto propagandista del Partido Conservador, volviendo a la l¨ªnea que hab¨ªa mantenido hasta las elecciones de 1997, en las que apoy¨® a los laboristas.
La cuesti¨®n europea es especialmente tormentosa en el Partido Conservador desde que Margaret Thatcher trastoc¨® su inicial europe¨ªsmo por un euroescepticismo cada vez m¨¢s radical. David Cameron es euroesc¨¦ptico de pies a cabeza. Lo es personalmente y lo ha sido como l¨ªder de la oposici¨®n, pero si llega al Gobierno descubrir¨¢ pronto las servidumbres del pragmatismo y hasta qu¨¦ punto los destinos del Reino Unido est¨¢n ligados a Europa. En el continente a¨²n no se ha digerido su decisi¨®n de retirar a los conservadores del grupo del Partido Popular Europeo en la Euroc¨¢mara, cumpliendo as¨ª una promesa que hizo para conseguir el apoyo del ala derecha del partido en la carrera por el liderazgo tory.
Aunque el m¨¢s bien poco escrupuloso presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, no tuvo inconveniente en verse con Cameron en una reciente visita a Londres, la canciller alemana Angela Merkel le hizo un feo la semana pasada: estando tambi¨¦n en Londres, se entrevist¨® con Brown pero no encontr¨® tiempo para ver al l¨ªder tory. Los ayudantes de Cameron aseguraron que se ver¨¢n antes del 6 de mayo.
Pero ese no es el ¨²nico punto conflictivo para los tories en materia europea. Cameron quiere renacionalizar una serie de pol¨ªticas que dependen de Bruselas y retirar al Reino Unido de la Carta Social Europea. Los optimistas ven esas propuestas como una manera de suavizar su primera iniciativa de convocar un refer¨¦ndum para desvincular al Reino Unido del Tratado de Lisboa, un disparate que m¨¢s bien habr¨ªa acabado llevando a los brit¨¢nicos fuera de la UE. Ven as¨ª medio lleno el vaso europeo de Cameron. Pero un vaso medio lleno no deja de estar tambi¨¦n medio vac¨ªo.
Aunque sin la conflictividad de las posiciones tories, el balance europe¨ªsta del Nuevo Laborismo no genera ning¨²n entusiasmo. Blair y, con m¨¢s tibieza, Gordon Brown, son formalmente pro-europeos. Pero sus ret¨®ricas proclamas por un Reino Unido anclado en el coraz¨®n de Europa contrastan con los hechos. Blair adopt¨® nada m¨¢s llegar al poder la Carta Social y acab¨® con la crispaci¨®n que domin¨® las relaciones con Bruselas en los ¨²ltimos a?os de Thatcher y durante la catastr¨®fica gesti¨®n que John Major hizo de la crisis de las vacas locas. Pero no ha habido mucho m¨¢s.
El Nuevo Laborismo no ha hecho nada en 13 a?os para contrarrestar el antieurope¨ªsmo visceral que destilan la inmensa mayor¨ªa de los medios brit¨¢nicos y que ha acabado por convertir en tibio el apoyo a la UE de los medios m¨¢s tradicionalmente europe¨ªstas. Con Blair, el Reino Unido no s¨®lo no se ha unido al euro -Brown hizo todo lo posible por impedirlo durante sus a?os al frente del Tesoro- sino que jam¨¢s se ha planteado eliminar los controles fronterizos a los viajeros procedentes de la UE, abraz¨® las chauvinistas posiciones de Margaret Thatcher en defensa del cheque brit¨¢nico durante las negociaciones del presupuesto comunitario y se aline¨® con EE UU en la pol¨¦mica invasi¨®n de Irak.
"Somos diferentes. Todos los pa¨ªses de Europa son diferentes pero nosotros lo somos en un sentido: somos una isla. Hay otra isla en la UE, Chipre, pero creemos que nuestras fronteras est¨¢n mejor preservadas a trav¨¦s de los mecanismos que tenemos establecidos", se defendi¨® d¨ªas atr¨¢s el jefe del Foreign Office, David Miliband. Pero Malta es tambi¨¦n una isla, como Islandia -que ni siquiera pertenece a la UE- y ambos pa¨ªses han eliminado los controles fronterizos a los viajeros que vienen de la UE.
A juicio de Miliband "es un poco injusto decir que nuestras pol¨ªticas con Europa se basan m¨¢s en ret¨®rica que en hechos". Y pone como prueba "el papel que hemos jugado en asuntos como energ¨ªa o cambio clim¨¢tico, las aportaciones que hemos hecho en Justicia e Interior y la orden de detenci¨®n europea... y, en lo que respecta a pol¨ªtica exterior Gran Breta?a ha sido l¨ªder en la presencia muscular global de Europa empezando por los Balcanes, Ucrania, Turqu¨ªa o ?frica; en segundo lugar, zonas en conflicto vitales para nuestra seguridad como Somalia, Afganist¨¢n y Pakist¨¢n han sido prioridades para Europa".
Sin embargo, todas esas pol¨ªticas podr¨ªan haber sido impulsada tambi¨¦n por los conservadores. En el fondo no deja de ser una forma de vestir como europeas iniciativas que buscan sobre todo defender los intereses brit¨¢nicos en el mundo.
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