A Zaplana lo que es de Zaplana
La frase "estoy en pol¨ªtica para forrarme" persigue al dirigente popular. Varios m¨¦dicos plantean un debate sobre las im¨¢genes de tabaco. La Defensora estrena nuevo espacio
Hay frases muy oportunas en su momento, que se vuelven inoportunas con el devenir de los acontecimientos. Y otras que siempre han sido inoportunas. La frase con la que Mariano Rajoy elogi¨® en su d¨ªa al entonces presidente balear, Jaume Matas, como art¨ªfice de un modelo de Gobierno a implantar en toda Espa?a, es de las primeras. La de "estoy en pol¨ªtica para forrarme", de las segundas. En estos d¨ªas de tribulaciones para el PP por la imputaci¨®n de un n¨²mero considerable de sus altos cargos y dirigentes en tramas de corrupci¨®n, algunas de estas frases han sido rescatadas de las hemerotecas. El problema es que algunas veces, las hemerotecas enga?an.
Un lector muy cr¨ªtico y muy atento a las pifias de EL PA?S, Ricard Meneu, me escribe para reprocharnos un error que, cuanto m¨¢s se repite en el medio de comunicaci¨®n, m¨¢s presunci¨®n de veracidad adquiere: el de atribuir al dirigente popular Eduardo Zaplana la ya arquet¨ªpica frase de "estoy en pol¨ªtica para forrarme". En el editorial titulado Brumas sobre G¨¹rtel, publicado el 25 de abril , se dec¨ªa: "Tampoco las cautelas procesales pueden borrar la realidad. Hace 20 a?os la anulaci¨®n del caso Naseiro no pudo impedir que se escuchara decir a un tal Zaplana, del PP alicantino, que 'estoy en pol¨ªtica para forrarme". Pues bien, la frase no es de Eduardo Zaplana. Ricard Meneu juzga el error de forma muy severa: "Parece que la chapuza, la imprecisi¨®n y la mala documentaci¨®n no se circunscriben ya a periodistas novatos o urgidos por el cierre de edici¨®n. Incluso los editorialistas deslizan errores de bulto, especialmente llamativos cuando suponen imputaciones incorrectas". Tambi¨¦n Eduardo Zaplana llam¨® a la Redacci¨®n para aclarar que la frase no era suya.
La frase en cuesti¨®n apareci¨® en una grabaci¨®n judicial en el curso de una investigaci¨®n sobre una supuesta mordida por la adjudicaci¨®n de contratos en la ciudad de Benidorm, de la que era alcalde Eduardo Zaplana, y se atribuy¨® a Vicente Sanz, entonces secretario general del PP de Valencia. La confusi¨®n procede seguramente de que Eduardo Zaplana tambi¨¦n apareci¨® en unas grabaciones judiciales que se efectuaron durante la investigaci¨®n de un caso de narcotr¨¢fico que deriv¨® en el llamado caso Naseiro. Esas grabaciones captaron una conversaci¨®n entre Zaplana y Salvador Palop en la que el primero dec¨ªa: "Que me d¨¦ diversas opciones y me quedo con la m¨¢s f¨¢cil. Pero me tengo que hacer rico porque estoy arruinado, Boro. (...) Estoy trabajando mucho, pero estoy arruinado. (...) Me lo gasto todo en pol¨ªtica. No ves que no tengo sueldo como t¨², que cobras de lo que trabajamos todos los espa?oles". Lo cual, en palabras de Meneu, "es similar, pero no lo mismo".Ciertamente, no es lo mismo. Como tampoco lo son verosimilitud y veracidad, y por tanto, no debemos confundirlas. Si es de justicia dar al C¨¦sar lo que es del C¨¦sar, tambi¨¦n lo es atribuir a Zaplana lo que Zaplana ha dicho y no otra cosa.
Hay otras cuestiones que no son tan f¨¢ciles de objetivar. Por ejemplo, la que plantea el doctor Miguel Barrueco, profesor de neumolog¨ªa y jefe de la Unidad de Tabaquismo del Hospital Universitario de Salamanca. Considera que El Pa¨ªs Semanal ha vulnerado en varias ocasiones la Ley de Medidas de Prevenci¨®n del Tabaquismo y la normativa sobre protecci¨®n de los consumidores en materia de publicidad. Su carta llega con la firma de m¨¢s de una veintena de m¨¦dicos y enfermeras, y se?ala, como ejemplo, varias fotograf¨ªas publicadas en los ¨²ltimos cuatro a?os. En ellas aparecen modelos o artistas fumando , no en el curso de una actividad cotidiana, sino en im¨¢genes expresamente tomadas para ser reproducidas de ese modo . Entre las se?aladas figuran una portada en la que aparece un primer plano del actor Antonio Banderas fumando y una fotograf¨ªa en la que una modelo aparece tumbada en un coche encendiendo un cigarrillo con un paquete de Marlboro claramente visible.
El doctor Barrueco entiende que estas im¨¢genes pueden considerarse o bien un ejemplo de promoci¨®n del tabaquismo (foto de Banderas y de los modelos fumando) o bien publicidad indirecta (caso del paquete de Marlboro). Acepta que la suya es una muy restrictiva interpretaci¨®n de la normativa, pero cree que esta es una cuesti¨®n esencial "pues la publicidad directa, indirecta y subliminal es el vector de transmisi¨®n de la epidemia tab¨¢quica, la primera causa de muerte prevenible en los pa¨ªses desarrollados". Y recuerda el debate suscitado en Estados Unidos al saberse que, para sortear la prohibici¨®n de publicidad, las tabacaleras promov¨ªan la aparici¨®n de famosos fumando en pel¨ªculas, series de televisi¨®n o entrevistas.
Pablo Guim¨®n, redactor jefe de El Pa¨ªs Semanal, no est¨¢ de acuerdo. "La ley proh¨ªbe la publicidad directa, indirecta o subliminal del tabaco en los medios. Pero los ejemplos que aportan estos lectores son de fotograf¨ªas que constituyen contenido editorial de la revista, no publicidad. Es una distinci¨®n crucial. El hecho de que aparezcan cigarrillos o personas fumando no quiere decir que se est¨¦ promocionando el tabaco. Mostrar algo no es promocionarlo. Fumar tabaco es una actividad legal (salvo en determinados espacios p¨²blicos) y a veces aparece reflejada en retratos a personajes que fuman. Y puede aparecer tambi¨¦n en fotos sobre moda en las que conscientemente el equipo art¨ªstico decide que los modelos est¨¦n fumando para recrear determinado ambiente. Lo cual no incumple ninguna ley ni se realiza con el fin de promover el tabaquismo. Se puede discutir si es deseable o no, y ser¨ªa un debate muy interesante a nivel editorial, pero en absoluto considero que constituya una infracci¨®n de la ley. ?Infringen la ley la serie Mad men o la pel¨ªcula Casablanca? ?La infringe el hecho de publicar un fotograma de ellas?", pregunta.
De las fotos que cita el doctor Barrueco, la que incluye la imagen del paquete de tabaco me parece la m¨¢s problem¨¢tica, pues se trata de una imagen expresamente captada para ser reproducida en un medio de comunicaci¨®n y podr¨ªa considerarse que hace publicidad de la marca. Si se consideraba que era "art¨ªsticamente" muy importante que la modelo fumara, bastaba con no poner el paquete para eliminar cualquier sospecha, sobre todo teniendo en cuenta la susceptibilidad que hay ante los m¨¦todos que utiliza la industria tabaquera para sortear la prohibici¨®n de publicidad.
Con todo, la presencia del tabaco en El Pa¨ªs Semanal puede considerarse anecd¨®-tica. Pablo Guim¨®n ofrece unos datos que revelan lo mucho que se ha avanzado en esta cuesti¨®n: de las 463 fotograf¨ªas publicadas en los ¨²ltimos cinco n¨²meros de la revista, s¨®lo hay tres en las que aparezca gente fumando. En todo caso, como el debate suscitado tiene inter¨¦s y se termina el espacio disponible en este art¨ªculo, les invito a continuarlo, si lo desean, en la nueva p¨¢gina que la Defensora tiene a partir de hoy en la edici¨®n digital.
Como han podido comprobar muchos de los lectores que me han escrito en el a?o que llevo en el cargo, el art¨ªculo dominical s¨®lo permite tratar algunos, muy pocos, de los asuntos que me plantean. Muchos de los temas que hasta ahora he tratado de forma bilateral con los lectores, son de inter¨¦s general y merecer¨ªan ser conocidos. Por otra parte, la posibilidad de que algunas de las quejas que me plantean puedan ser conocidas por toda la Redacci¨®n aumentar¨¢ sin duda la eficacia de su impagable colaboraci¨®n. As¨ª, en el nuevo espacio de la Defensora encontrar¨¢n, adem¨¢s de los art¨ªculos de la edici¨®n impresa, tres nuevas secciones: la de Puertas abiertas recoger¨¢ asuntos y quejas de inter¨¦s general; Los lectores nos corrigen dar¨¢ cuenta de los errores e incorrecciones que ustedes me se?alen, y en Debates de periodismo tratar¨¦ de exponerles y someter a su consideraci¨®n y debate cuestiones sobre ¨¦tica y pr¨¢ctica period¨ªstica.
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