La demanda interna es el motor del ciclo en Espa?a
Las exportaciones flaquean por el par¨®n europeo y la ola proteccionista, pero el consumo toma el relevo
La econom¨ªa espa?ola cosecha buenos resultados, y lo hace en un contexto internacional plagado de incertidumbres. El avance del PIB, un robusto 0,8% en el cierre del a?o, contrasta con el par¨®n europeo. El diferencial guarda cierta relaci¨®n con el plus de competitividad aportado por los precios energ¨¦ticos, anclados por debajo de la media comunitaria; la menor exposici¨®n a las turbulencias comerciales globales ¡ªlos intercambios de bienes con los pa¨ªses no comunitarios ocupan el 36% total, frente a casi la mitad en Alemania¡ª; y el impulso de la inmigraci¨®n.
No todo son buenas noticias: tambi¨¦n se aprecia una inflexi¨®n en la pauta de crecimiento, menos equilibrado que en a?os anteriores. Y es que la aton¨ªa de los mercados europeos hace mella en las exportaciones. A la ca¨ªda de los env¨ªos de bienes hacia el exterior, que ya ven¨ªan flaqueando, se une desde mediados del a?o pasado la moderaci¨®n de las exportaciones de servicios no tur¨ªsticos, quebrando la senda de fuerte crecimiento. Eso s¨ª, el turismo sigue tirando, pero sin compensar el frenazo del resto. Como por otra parte las importaciones se recuperan, la aportaci¨®n al crecimiento del PIB del conjunto del sector exterior se ha vuelto negativa en la segunda parte del pasado ejercicio.
La demanda interna toma el relevo al calor del consumo tanto p¨²blico, que sigue desbocado, como privado. Las familias gastan a un ritmo vigoroso, explicando el 77% del avance del PIB registrado en el segundo semestre del a?o pasado. La inversi¨®n toma aire, especialmente en el segmento de bienes de equipo. Pero es pronto para determinar si se trata de una mejora estructural con los indicadores apuntando en direcciones contradictorias. Por una parte, el incremento de la inversi¨®n obedece a factores transitorios, ya que est¨¢ muy concentrado en el material de transporte, pudiendo reflejar cambios anticipados de fiscalidad. Por otra parte, la demanda de cr¨¦dito y las importaciones de bienes de equipo ser¨ªan consistentes con una tendencia alcista. En todo caso, la inversi¨®n en vivienda apenas reacciona a la sucesi¨®n de anuncios oficiales, perpetuando el grave problema de escasez.
De cara al futuro, el sector exterior seguir¨¢ probablemente restando actividad, por la persistente debilidad de la econom¨ªa europea como por las incertidumbres crecientes que se ciernen sobre el comercio internacional. Adem¨¢s, las importaciones est¨¢n normaliz¨¢ndose (su elasticidad con respecto a la demanda se acerca a la media hist¨®rica), algo que en un contexto de fuerte empuje del mercado interno tiende a detraer actividad.
Si el motor externo del crecimiento flaquea, el interno no falla. El consumo privado mantendr¨¢ previsiblemente una fuerte inercia expansiva, sostenido por la creaci¨®n de empleo, la recuperaci¨®n de poder adquisitivo de los salarios y la liberaci¨®n de una parte del ahorro embalsado. Sin embargo, la situaci¨®n de pr¨®rroga presupuestaria junto con factores t¨¦cnicos (menores ajustes de las entregas a cuenta de las comunidades aut¨®nomas) apuntan a un consumo p¨²blico algo m¨¢s encauzado.
La clave estar¨¢ en la inversi¨®n. Los est¨ªmulos provienen de la relajaci¨®n de la pol¨ªtica monetaria y de la necesidad de ejecutar en muy poco tiempo el abundante remanente de fondos europeos todav¨ªa disponibles.
El factor limitativo procede del clima de incertidumbre, exacerbado, al menos en el caso de las grandes corporaciones, porTrump insiste en que impondr¨¢ aranceles del 25% a M¨¦xico y Canad¨¢ este s¨¢bado: el problema no es tanto la amenaza arancelaria como el cuestionamiento de las reglas multilaterales que rigen las relaciones internacionales desde la Segunda Guerra Mundial. La inseguridad acerca del futuro de estas reglas que deja planear la principal potencia econ¨®mica global es perjudicial para la inversi¨®n. Tampoco ayuda, en el plano interno, la congelaci¨®n de la pol¨ªtica presupuestaria, o la falta de consenso para acometer reformas en el mercado de vivienda. En suma, el ciclo expansivo prosigue, sin despejar las dudas sobre su sostenibilidad.
Inmigraci¨®n
La incorporación de trabajadores extranjeros al mercado laboral sigue siendo uno de los factores distintivos de la economía española. En 2024, la población activa nacional descendió en 87.000 personas, mientras que el número de activos extranjeros o con doble nacionalidad se incrementó en 391.000, según la EPA. Por otra parte, el 79% de los nuevos empleos creados en el pasado ejercicio fueron ocupados por mano de obra foránea, un porcentaje al alza en relación al año anterior (63%). Destaca el peso de la inmigración en los sectores ligados al turismo y en la construcción.
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