Vacaciones de primavera
Se acabaron las vacaciones y "nos sentimos m¨¢s desgraciados que un p¨¢jaro con v¨¦rtigo". Es una de las frases que he aprendido en estas vacaciones de primavera. Si, de primavera; me niego a llamarlas de Semana Santa. Ya me parece excesivo que al encender la radio te hablen de procesiones, o cuando pones la tele no veas m¨¢s que pasos, y encima se empe?en en explic¨¢rtelos. Y, aunque sea respetuosa con las creencias de cada uno, esas exhibiciones con capirotes y llantos me parecen tenebrosas, y no quiero que se me contagie ese fervor. Aunque supongo que es una manera de atraer turismo, y dar algo que hacer a esos grupos de porteadores de c¨¢maras que deambulan por las ciudades durante las vacaciones de... ?Ay! cuesta cambiar de h¨¢bito, pero seguir¨¦ empe?ada en llamarlas vacaciones de primavera, de verano o de invierno, ni Navidad, ni nada. Parecen tonter¨ªas, pero tonter¨ªa a tonter¨ªa, terminamos contaminados y sin saber ni lo que decimos.
Por cierto, una vez me dieron un toque por utilizar constantemente el masculino y me sugirieron que procurase utilizar t¨¦rminos neutros. En ese momento, me pareci¨® "tan rid¨ªculo como Rappel haciendo el pino con t¨²nica" y todo. Pero empec¨¦ a fijarme en c¨®mo se hablaba, y me di cuenta que vivimos en la "correcci¨®n" castellana del masculino. Y eso de que las mujeres estemos englobadas siempre en el sobaco de lo masculino, canta. Aunque, hoy por hoy, este esfuerzo para muchos sea "m¨¢s in¨²til que el cenicero de una moto", seguramente poco a poco nos iremos contagiando. Es parte de la evoluci¨®n.
Volviendo a lo de las vacaciones, lo peor es que tener cuatro d¨ªas seguidos de fiesta se convierte en una necesidad imperiosa de salir de casa. Quiz¨¢s sea para no tener que ver la tele, ni o¨ªr la radio, pero parece que el que no lo hace es porque "se estira menos que el portero de un futbol¨ªn". Y, como cuatro d¨ªas no dan para ir muy lejos, pero parece obligatorio hacer una escapada, al final lo que toca es deambular por una ciudad que no sea la tuya, ir fij¨¢ndote en las cornisas de los edificios, aprender historia del lugar y sacar fotos en sitios incomprensibles. Cosa que seguramente en tu ciudad ni se te ocurre hacerlo.
Y gracias a esta curiosidad infinita de las vacaciones, puedes tener la suerte de encontrar en el escaparate de una tiendica un cartel escrito con l¨¢pices Alpino que dice: "Aqu¨ª tambi¨¦n es primavera", declar¨¢ndole la guerra al mism¨ªsimo Corte Ingl¨¦s.
Pero lo mejor de estas vacaciones es pillar tiempo para leer el peri¨®dico al solecillo primaveral. Una gozada. Aunque esta Santa Semana he terminado achicharrada. No por el solecillo, sino porque me empe?¨¦ en intentar entender la trama G¨¹rtel, y saber el dineral que se hab¨ªa embolsado el ex presidente Matas. Me perd¨ª cual turista y... "me dio m¨¢s asco que un bocata de pelos".
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