El calentamiento traer¨¢ seis grados m¨¢s en verano

Con seis grados m¨¢s en verano, la Pen¨ªnsula ser¨¢ un lugar poco apetecible. Pues esa es la previsi¨®n para 2070 de un informe realizado para el Gobierno por 120 cient¨ªficos espa?oles y que recopila la literatura cient¨ªfica publicada sobre la materia. El documento Clima en Espa?a: pasado, presente y futuro presenta "datos estremecedores" de incremento de la temperatura para Espa?a si no se limitan las emisiones de gases de efecto invernadero, seg¨²n declar¨® ayer la secretaria de Estado de Cambio Clim¨¢tico, Teresa Ribera.

Aunque se mantienen muchas incertidumbres en funci¨®n de los modelos de predicci¨®n del clima utilizados, la media de los 16 modelos europeos coincide: m¨¢s temperatura, especialmente en el trimestre de junio, julio y agosto, 5,41 grados m¨¢s de media. En realidad lo m¨¢s importante es la tendencia coincidente de todos los modelos al aumento de la temperatura, ya que un sistema anterior predijo un alza de temperaturas m¨¢ximas de hasta siete grados. Marcos Garc¨ªa, de Puertos del Estado, resumi¨® que la predicci¨®n tambi¨¦n incluye una rebaja de las lluvias de un 30% en primavera, aunque advirti¨® que "en las precipitaciones existen m¨¢s incertidumbres que en la temperatura".

El informe recopila tambi¨¦n los registros instrumentales existentes. Entre 1901 y 2005 la temperatura aument¨® en Espa?a "indudablemente", a un ritmo de 0,13 grados por d¨¦cada y de casi 0,48 grados entre 1973 y 2005, seg¨²n detall¨® Ileana Blad¨¦ de la Universidad de Barcelona. El calentamiento observado -mayor en verano que en invierno- es similar al registrado en otras partes de Europa pero "un 50% superior a la media continental del hemisferio norte", ya que grandes extensiones de Norteam¨¦rica no se han calentado tanto. Sobre las lluvias, la ¨²ltima d¨¦cada ha sido la m¨¢s seca de los ¨²ltimos 60 a?os, pero Blad¨¦ destac¨® que la variabilidad natural y la dispersi¨®n de los datos impide atribuir este descenso al cambio clim¨¢tico de origen antropog¨¦nico: "Es imposible saber si asistimos a una tendencia pronunciada de descenso de la precipitaci¨®n o si es la variabilidad natural. Carecemos de suficientes datos hist¨®ricos". El problema es que en la Pen¨ªnsula siempre ha habido gran variabilidad de lluvias, en funci¨®n de la intensidad de la oscilaci¨®n del Atl¨¢ntico Norte, la que hace que las borrascas del Atl¨¢ntico entren por Espa?a o por el norte de Europa. Si los cincuenta fueron secos, los sesenta y setenta, h¨²medos, y ahora llevamos tres d¨¦cadas secas.