Tiger, Toyota y el Papa
Hace 20 a?os, la probabilidad de que los altos directivos de una instituci¨®n se tuvieran que enfrentar a un esc¨¢ndalo que manchase su reputaci¨®n era de cerca del 20%. Hoy es de m¨¢s de 80%. Esta es la conclusi¨®n de Oxford M¨¦trica, una consultora brit¨¢nica especializada en la reconstrucci¨®n de marcas da?adas. Y a mayor reputaci¨®n, mayores son los costos que tienen los esc¨¢ndalos que la da?an.
Victor Stango y Christopher Knittel, de la Universidad de California, han calculado que los esc¨¢ndalos relacionados con las andanzas sexuales de Tiger Woods hicieron disminuir en cerca de 12.000 millones de d¨®lares el valor en bolsa de sus patrocinadores (Nike, Gatorade, Gillette y varios otros). Este a?o, a Toyota le costar¨¢ 5.000 millones de d¨®lares la reparaci¨®n de los defectos en sus coches y la publicidad para mejorar su imagen. Solo en Estados Unidos, la Iglesia cat¨®lica ha pagado m¨¢s de 3.000 millones de d¨®lares en indemnizaciones a v¨ªctimas de los abusos sexuales y otros gastos legales.
La Iglesia, Toyota y Woods reaccionaron a sus esc¨¢ndalos de forma parecida: escondi¨¦ndose
Es obvio que los esc¨¢ndalos que han da?ado la imagen de Tiger Woods, Toyota y el Papa son muy diferentes. Los tres representan instituciones muy dispares que se enfrentan a situaciones radicalmente distintas. Pero es, precisamente, debido a sus diferencias que resulta fascinante la manera tan parecida en la que reaccionaron inicialmente: escondi¨¦ndose y evitando hablar del esc¨¢ndalo.
Tiger Woods dej¨® pasar meses antes de ofrecer una declaraci¨®n p¨²blica ("es mi culpa, pido disculpas, asumo mi responsabilidad y s¨¦ que no tengo derecho a jugar con reglas distintas de las de los dem¨¢s"). Lo mismo hizo Akio Toyoda, el presidente de Toyota. Se neg¨® a comparecer ante el Congreso estadounidense hasta que, despu¨¦s de ver que las cosas iban de mal en peor, entendi¨® que el silencio y la evasi¨®n eran t¨¢cticas catastr¨®ficas. Asisti¨® al Congreso, fue duramente increpado y pidi¨® disculpas a las familias de las v¨ªctimas que murieron en los accidentes de sus coches defectuosos. "Mi nombre est¨¢ en cada coche. Les prometo que Toyota trabajar¨¢ vigorosa e incansablemente para recuperar la confianza de sus clientes", dijo el magnate japon¨¦s.
El papa Benedicto XVI tambi¨¦n se ha mostrado reticente a la hora de responder amplia y directamente a los esc¨¢ndalos sexuales que involucran a curas cat¨®licos en un creciente n¨²mero de pa¨ªses. Si bien es cierto que el Papa ha pedido disculpas a las v¨ªctimas en Irlanda, Estados Unidos y otras partes, su reacci¨®n y la del Vaticano no han resultado tan eficaces como la de Tiger o Toyota. M¨¢s bien, algunas de las repuestas han agravado los problemas de imagen que hoy sacuden a la Curia. Las denuncias por los casos de pedofilia han sido desde?adas por los m¨¢s altos jerarcas eclesi¨¢sticos como "chismorreos" y "murmuraciones del momento que buscan golpear a la comunidad de creyentes". Tambi¨¦n han denunciado "una campa?a de denigraci¨®n y de calumnias que persigue manchar al Papa". El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, segundo en la jerarqu¨ªa despu¨¦s del Papa, explic¨® hace pocos d¨ªas que la homosexualidad era una "patolog¨ªa" y que esa patolog¨ªa, y no el celibato, es la causa de la pedofilia. En la Bas¨ªlica de San Pedro, y ante miles de fieles y del Papa, el predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, compar¨® las cr¨ªticas contra la Iglesia por los casos de pedofilia con el antisemitismo. L'Osservatore Romano, el peri¨®dico oficial del Vaticano, acus¨® a los medios de comunicaci¨®n de "tener la obvia e innoble intenci¨®n de atacar a cualquier costo a Benedicto XVI y sus m¨¢s cercanos colaboradores", mientras Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, denunci¨® que el diario The New York Times "formaba parte de una bien aceitada campa?a contra el Papa".
?Es ¨¦sta la mejor manera de responder a la crisis que sacude al Vaticano? Claro que no. No hay dudas que el esc¨¢ndalo ha atizado un anticlericalismo latente en ciertos c¨ªrculos y que muchos de los ataques a la Iglesia son exagerados, cuando no claramente tendenciosos. Pero esto no quiere decir que no haya un problema real que requiere de respuestas m¨¢s eficaces. El problema es que estas repuestas m¨¢s eficaces pueden chocar con la defensa de baluartes fundamentales del catolicismo como el celibato, el papel de las mujeres en la Iglesia y la infalibilidad papal. La Iglesia cat¨®lica, secreta, jer¨¢rquica y mon¨¢rquica, tambi¨¦n enfrenta un mundo donde la transparencia, la pluralidad y la democracia son expectativas cada vez m¨¢s extendidas. Es dif¨ªcil para el actual liderazgo vaticano responder con eficacia a esta crisis sin tocar valores milenarios. As¨ª, mientras Tiger Woods acaba de retornar espectacularmente a los campos de golf y Toyota aument¨® en un 40% sus ventas en marzo, el Vaticano sigue enredado en una crisis que cada d¨ªa le depara -y nos depara- nuevas y desagradables sorpresas. mnaim@elpais.es
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