"En Italia el regate est¨¢ mal visto"
Sandro Mazzola (Tur¨ªn, 67 a?os) dice que el calcio ha muerto porque el regate se ve con malos ojos y porque los ni?os prefieren el esqu¨ª al bal¨®n. Mazzola, ahora comentarista de la RAI, fue el delantero de aquel gran Inter que, a las ¨®rdenes de Helenio Herrera, levant¨® dos Copas de Europa, en 1964 y 1965.
Pregunta. ?Le sigue gustando el f¨²tbol?
Respuesta. A m¨ª s¨ª. Son los ni?os italianos de ahora los que ya no juegan al f¨²tbol. Tengo un sobrino de 14 a?os, en Navidad o Semana Santa se junta con todos los primos: son 25 y no hay 11 para jugar. Prefieren ir a esquiar. Viven acomodados, por eso ya no salen futbolistas. Han desaparecido los campitos de la Iglesia. Yo jugaba en uno de 20 por 30 metros. ?ramos 35 y hab¨ªa que regatear. El que no lo hac¨ªa, no jugaba nunca. Ahora todo son espacios grandes, en el calcio el regate no est¨¢ bien visto. Prima lo f¨ªsico. Tenemos a Totti, Del Piero, Cassano, ?y qui¨¦n m¨¢s? Nos equivocamos.
"Los ni?os italianos ya no juegan al f¨²tbol. Viven acomodados, prefieren esquiar"
"Mourinho es como Helenio Herrera: entrena la cabeza y luego las piernas"
"Cuando me encontr¨¦ a Di St¨¦fano me qued¨¦ embobado. Para m¨ª era Dios" "
Para ganar al Bar?a hay que impedir que Messi reciba y que Xavi haga su juego"
P. ?C¨®mo era el f¨²tbol cuando jugaba usted?
R. La m¨ªa fue la generaci¨®n que no hab¨ªa vivido la guerra, pero s¨ª acababa de salir de ella. Hab¨ªa hambre y a los ni?os pobres no nos quedaba otra cosa que el f¨²tbol. Pod¨ªas correr en bici, pero para comprar una bicicleta hab¨ªa que tener dinero. Para comprar una pelota de pl¨¢stico hac¨ªamos una colecta. Y te mor¨ªas de ganas de que llegara el domingo para ir al campito de la iglesia a jugar. Y el cura, don Giordano, no nos daba las llaves si no ¨ªbamos todos a la misa de las 7.30 de la ma?ana. En el campo hac¨ªas lo que te daba la gana, sin m¨¢s, sin esquemas.
P. ?Ni cuando lleg¨® al Inter?
R. No. Cuando llegu¨¦ era el m¨¢s peque?ito y el m¨¢s flaco, me pusieron de ala. Lo odiaba, sufr¨ªa, era un infierno estar pegado a la cal. Pero aprend¨ªa, porque Giuseppe Meazza, mi t¨¦cnico, daba clases de vida y muy pocas de f¨²tbol.
P. ?Qu¨¦ tipo era?
R. Una persona excepcional. Era el responsable de las categor¨ªas inferiores. Era ya un poco mayor y se pasaba el invierno vestido de paisano mir¨¢ndonos desde lejos. Cuando llegaba el calorcito de la primavera se pon¨ªa el ch¨¢ndal y bajaba al c¨¦sped. Le ped¨ªamos que jugara con nosotros. Me encantaba tenerle en el campo, nunca he visto a nadie con su golpeo de bal¨®n. La pelota sal¨ªa tan r¨¢pida y tan fuerte y parec¨ªa que no le costaba ning¨²n esfuerzo. Nos ense?aba a ser correctos. Una vez, en un partido que jugu¨¦ de ala, no toqu¨¦ bola me quej¨¦ con un compa?ero: 'Joder, es que no me pasas ni una'. Meazza me oy¨® y me ech¨® la bronca: 'A ver pastina [algo as¨ª como fideos], yo he ganado dos Mundiales y nunca me he quejado de un compa?ero, la pr¨®xima vez que te oiga decir eso no vuelves a jugar'.
P. ?C¨®mo eran los vestuarios?
R. Hab¨ªa alguna ducha y los ba?os eran para hacer todo de pie. Los vestuarios de San Siro estaban pegados los unos a los otros. Y, como calentabas en la puerta del vestuario, los rivales te ve¨ªan y t¨² a ellos. Por aquel entonces eran 15 los que iban convocados. Recuerdo que Helenio, en un derbi, mand¨® a calentar a un compa?ero dentro del vestuario para despistar al Milan. El Mago era diab¨®lico.
P. ?Y las concentraciones?
R. A veces duraban seis d¨ªas. Y tocaba escaparnos de vez en cuando. Recuerdo que Burgnich, al que apod¨¢bamos el cura, estudiaba los movimientos de H.H. Me dijo un d¨ªa: 'Helenio ha dejado las zapatillas en la puerta y ha encendido la l¨¢mpara de la mesita de noche. Es una trampa, cuando hace eso es que se marcha a su casa a dormir. V¨¢monos'. Baj¨¦ al garaje para coger el coche, mir¨¦ la ventana de Helenio y de repente le veo moviendo la cabeza de un lado a otro. Nos pill¨®. Nos escapamos igual y al d¨ªa siguiente la bronca fue enorme.
P. Fue el primero en dejar a las novias ir a los hoteles...
R. Ser¨ªa en el Roma, porque yo en el Inter nunca vi llegar una. Llegamos incluso a amenazarle con hacer huelga para acortar las concentraciones. Conseguimos convencer hasta a Luisito Su¨¢rez, el jugador m¨¢s profesional que he conocido, que siempre dec¨ªa lo mismo: 'En la Espa?a franquista no existe esto de la huelga'. Un d¨ªa le dijimos al presidente Angelo Moratti que nos plantar¨ªamos, y nos contest¨®: 'Me encantar¨ªa ver la cara que pone el cerebro'.
P. ?Le llamaba cerebro a HH?
R. S¨ª, porque era para volverse loco. Cuando HH lleg¨® a Italia el f¨²tbol casi no era profesional. ?l lo invent¨® e impuso reglas muy duras. Yo, con 11 a?os, cuando era mascota del Inter, ve¨ªa a gente fumar en los vestuarios, con dos estiramientos jugabas, nada de calentar. Helenio lo revolucion¨® todo, fue el inventor del f¨²tbol moderno. Siempre llevaba una gabardina negra y te miraba con esos ojos tan negros y penetrantes que te acojonaba. Cuando te hablaba siempre lo hac¨ªa acerc¨¢ndote el dedo a la cara.
P. ?Hablaba de algo que no fuera f¨²tbol?
R. No. S¨®lo nos dec¨ªa que no nos pas¨¢ramos con las novias. No te vigilaba, pero porque se daba cuenta vi¨¦ndote entrenar.
P. ?C¨®mo celebraron los t¨ªtulos intercontinentales?
R. En Buenos Aires llev¨¢bamos 20 d¨ªas concentrados. Llegamos al hotel con la Copa y Helenio nos ofreci¨® un vaso de agua, uno de vino y sopa de verdura. Nos miramos todos alucinados: ?somos campeones del mundo y no hay champ¨¢n? 'El domingo hay Liga contra el Varese', nos dijo. ?Ni que fuera la Juve! ?l siempre pensaba en el siguiente rival. Subimos todos a las habitaciones y volvimos a bajar a la media hora cuando Helenio ya se hab¨ªa dormido. Peir¨® se puso a hacer sangr¨ªa, bebimos champ¨¢n y dejamos todas las botellas vac¨ªas en la puerta de Helenio. A la ma?ana siguiente se fue como un loco a buscar al m¨¦dico, que se supone que nos ten¨ªa que vigilar...
P. ?C¨®mo eran las charlas?
R. Las famosas confessioni. Helenio te ense?aba una fotograf¨ªa de tu rival y te explicaba todas las caracter¨ªsticas. Una vez, antes de un partido contra el Everton, me dijo: 'Mira a ¨¦ste, que sepa que hasta le han metido en la c¨¢rcel por dar una paliza. Pega como un forjador as¨ª que como no seas r¨¢pido con la pelota te va a machacar'. Entrenaba la cabeza antes que las piernas, como Mourinho.
P. ?Qu¨¦ estadio le impresion¨®?
R. El viejo Anfield. Era todo de madera, todos cantaban y daban golpes con los pies, hab¨ªa un eco enorme. Y el Bernab¨¦u, me qued¨¦ mirando pregunt¨¢ndome si era de verdad. Lo mismo me pas¨® con Alfredo di Stefano, para m¨ª era Dios y cuando me lo encontr¨¦ en el Prater de Viena en la final de 1964 me qued¨¦ embobado mir¨¢ndole. En el t¨²nel casi no hab¨ªa luz, s¨®lo un par de bombillas y yo miraba a Alfredo y me parec¨ªa que med¨ªa dos metros. Recuerdo que Luisito Su¨¢rez me dijo: 'Sandro, t¨² qu¨¦date aqu¨ª mirando a Alfredo, nosotros vamos a jugar la final'. Su¨¢rez era el comandante. Un d¨ªa contra el Palermo me lanz¨® un pase por la izquierda. Fui a por la bola, pero cuando vi que no llegaba a ella me par¨¦. Luisito me ech¨® la bronca: 'Qu¨¦ cojones haces, yo nunca fallo un pase'. Y era verdad, no fallaba nunca.
P. ?Hoy tiene alguien su calidad?
R. No, quiz¨¢s se le acerquen Xavi e Iniesta.
P. ?Se enfrent¨® al Bar?a?
R. No, siempre jug¨¢bamos contra el Real Madrid de Di St¨¦fano, Gento y Puskas. Cuando les ganamos en Viena yo fui como un loco a por la camiseta de Di St¨¦fano pero me encontr¨¦ a Puskas en el camino. Me dijo: 'Enhorabuena, yo jugu¨¦ contra tu padre, eres digno de ser su hijo'. Y me dio su camiseta. Todav¨ªa la guardo.
P. ?Hay algo de Mourinho que le recuerda a Helenio?
R. Que ha devuelto la pelota a los entrenamientos. Siempre entrena con ella. Y es un gran motivador. El Inter ahora funciona porque cada uno sabe lo que tiene que hacer y porque cada uno ha tenido que ganarse el puesto, incluido Eto'o. Helenio igual que Mourinho nos manten¨ªa a todos despiertos. De hecho, dejamos de ser un gran equipo cuando nos cre¨ªmos los mejores. No hay nadie que estudie tanto los rivales como Mourinho. Habr¨¢ mirado horas y horas de v¨ªdeos sobre el Barcelona. Y nada le pillar¨¢ desprevenido.
P. ?C¨®mo se le gana al Bar?a?
R. Impidiendo a Messi que reciba la pelota e impidiendo a Xavi hacer su juego.
P. ?Qu¨¦ recuerda de su padre [Valentino, fallecido en el accidente del Torino en Superga en 1949]?
R. Que era un medio que marcaba 25 goles por a?o, dec¨ªan que era un f¨²tbol mucho m¨¢s f¨¢cil... pero ¨¦l mezclaba t¨¦cnica y fuerza.
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