La revoluci¨®n de Mourinho
El portugu¨¦s ha modificado las reglas en el Inter: decide qui¨¦n habla con la prensa, se ha hecho construir un despacho en la ciudad deportiva y ha cambiado todos los campos
En San Siro disput¨® el Inter su ¨²ltima semifinal de Champions. Era 2003 y fue contra el Milan. Perdi¨® y se acab¨® el sue?o. En el banquillo estaba H¨¦ctor C¨²per. Ahora el t¨¦cnico es Jos¨¦ Mourinho, el ¨²ltimo gran capricho, econ¨®micamente hablando, del presidente Moratti. El portugu¨¦s, que cobra nueve millones anuales, ha llevado a los neroazzurri a su s¨¦ptima semifinal: cuatro veces alcanzaron la final y dos levantaron el t¨ªtulo (1964 y 1965). De aquello hace 45 a?os, cuando la grande Inter de Helenio Herrera, Su¨¢rez, Corso, Facchetti y Mazzola.
A algunos, como a Mazzola, Mou les recuerda a Helenio Herrera por su capacidad de motivar. A otros, como al escritor y director de cine Gonzalo Su¨¢rez, que fue ayudante de Herrera, compararlos le parece una aberraci¨®n: "Hasta en el f¨ªsico no tienen nada que ver. El f¨²tbol ahora es otra cosa. Helenio, antes de que los jugadores salieran al campo, les hac¨ªa jurar sobre el bal¨®n como a los mosqueteros. Eran ni?os y era un f¨²tbol m¨¢s ingenuo".
"No soy un 'pirla' [un tontaina, en jerga milanesa]", avis¨® el d¨ªa de su presentaci¨®n
Mourinho ha irrumpido en el calcio como un hurac¨¢n. Por desafiante, provocador, pillo, a veces prepotente. Ayer, sin ir m¨¢s lejos, cuando le preguntaron si contra el Bar?a elegir¨ªa el mismo equipo ofensivo de los ¨²ltimos partidos, contest¨®: "One million special question! A m¨ª tambi¨¦n me gustar¨ªa que Pep me llamara para contarme en qu¨¦ posici¨®n van a jugar Maxwell, Milito o Messi", dijo, sentado al lado de una foto en blanco y negro del Inter de HH.
Todav¨ªa suenan las palabras que pronunci¨® el d¨ªa de su presentaci¨®n: "No soy un pirla [palabra t¨ªpica de la jerga milanesa que significa tontaina]", dijo como si hubiese nacido en Italia. Sabe c¨®mo ganarse al p¨²blico y c¨®mo provocar a los rivales. Se siente c¨®modo delante de las c¨¢maras pero vive alejado de los focos, en una peque?a mansi¨®n en el Lago di Como. Su relaci¨®n con Italia es conflictiva. ?l mismo ha dicho que el calcio no le quiere y ¨¦l no quiere al calcio. Tiene dos a?os m¨¢s de contrato y una cl¨¢usula de rescisi¨®n bilateral: si se quiere marchar tiene que indemnizar al Inter con nueve millones, si el Inter le echa, tiene que pagarle lo mismo. En los 22 meses que lleva en el f¨²tbol italiano, Mourinho ha roto todos los esquemas. La prensa transalpina le considera un showman, los jugadores agradecen su af¨¢n por controlarlo todo y el presidente Moratti le adora. Ha revolucionado al club, empezando por la ciudad deportiva.
- Un despacho nuevo en la Pinetina. La ciudad deportiva del Inter est¨¢ rodeada de pinos. De ah¨ª el nombre, La Pinetina. Mourinho vive encerrado ah¨ª dentro. Es el primero que llega, a las 8.30 de la ma?ana, y el ¨²ltimo que se marcha, a ¨²ltima hora de la tarde. Ha hecho construir un despacho -Roberto Mancini, su predecesor, no lo ten¨ªa- donde programa los entrenamientos y estudia a los rivales.
- Dos campos m¨¢s y fondo t¨¦rmico. Nada m¨¢s llegar, el portugu¨¦s cambi¨® toda la disposici¨®n de los campos de entrenamientos para conseguir m¨¢s espacio y ganar dos campos m¨¢s. Ahora hay 7: 4 reglamentarios, 2 peque?os y uno cubierto. Orden¨® tambi¨¦n rehacer los fondos y todos llevan uno t¨¦rmico para combatir las bajas temperaturas en invierno.
- Entrenamientos blindados y con pelota. Incluso en las largas concentraciones de pretemporada, donde los equipos italianos suelen trabajar ¨²nicamente la parte f¨ªsica, Mourinho utiliza la pelota en todos los ejercicios. Solo permite un entrenamiento abierto a la semana, ha hecho levantar m¨¢s muros en la ciudad deportiva y los ha protegido con lonas negras. Varios empleados del club, armados de comunicadores, vigilan que nadie esp¨ªe.
- El trabajo t¨¢ctico. Dicen en el Inter que el portugu¨¦s no se ha inventado nada t¨¢cticamente, pero que es un fan¨¢tico a la hora de estudiar los rivales. "La fuerza del Inter es el trabajo t¨¢ctico de Mourinho. Sabe adaptar al equipo a cada situaci¨®n y a cada rival", dice Marco Branca, director del ¨¢rea t¨¦cnica. Esta temporada ha utilizado un 4-2-3-1 y un 4-1-4-1.
- La libreta. Habla cinco idiomas: portugu¨¦s, ingl¨¦s, espa?ol, algo de franc¨¦s e italiano. En el banquillo nunca se separa de su libreta. Toma notas en italiano. La semana pasada se dej¨® un par de hojas en las que se pod¨ªan leer los nombres de sus jugadores con el dorsal del rival que ten¨ªan que marcar en las jugadas a bal¨®n parado y algunas frases sueltas: 'pressa a uomo sotto' [presiona al hombre por debajo], 'distanza barriera'
y 'profondit¨¤' .
- La cantera, igual que el primer equipo. Todas las categor¨ªas inferiores del Inter, menos el filial, se entrenan en Interello (otra ciudad deportiva). Mourinho pidi¨® a Pea, t¨¦cnico del segundo equipo, que trabaje con el mismo esquema t¨¢ctico que los mayores. Siempre hay varios canteranos entren¨¢ndose con el primer equipo. Santon fue un descubrimiento de Mourinho.
- La gesti¨®n del grupo. "Ha llegado a la cabeza de los jugadores y ahora cada uno tiene claro lo que tiene que hacer", explica Mazzola. Al llegar, se apoy¨® en la vieja guardia del vestuario. Se trajo un preparador f¨ªsico, un preparador de porteros y un segundo ayudante, pero pidi¨® como segundo t¨¦cnico a uno de la casa.
- Relaci¨®n con la prensa. "No he olvidado que soy un gran entrenador, pero llamadme Jos¨¦ Mourinho, no special one", pidi¨® el primer d¨ªa. Acto seguido empez¨® con las provocaciones a los medios: "Que yo est¨¦ en el Inter es tambi¨¦n un desaf¨ªo para vosotros", solt¨®. Es Mourinho quien decide qu¨¦ jugadores salen en rueda de prensa. Ellos se lo agradecen. Les gusta
que les quite presi¨®n.
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