De Crevillent al Carnegie Hall
El compositor Marcos Galvany estrena en el famoso escenario de Nueva York su ¨®pera 'Oh my son', inspirada en la Semana Santa
El compositor crevillentino Marcos Galvany, de 41 a?os, estren¨® el pasado 10 de abril, en el Carnegie Hall de Nueva York, una versi¨®n orquestal de su ¨®pera Oh my son, inspirada por la natividad y la pasi¨®n de Jesucristo. Galvany, pianista formado en el conservatorio ?scar Espl¨¢ en Alicante y Elche, que ha forjado su carrera en el New England Symphonic Ensemble de EE UU, se ha dedicado plenamente a esta obra en los ¨²ltimos tres a?os, aunque su inspiraci¨®n se encuentra en su infancia, en el recuerdo de los pasos religiosos en la Semana Santa de Crevillent.
De hecho, reconoce que en esta obra hay "mucho" de Crevillent. "Ha estado en mi cabeza desde que era ni?o y ve¨ªa los pasos de la Semana Santa en Crevillent. La estructura musical es similar a la de esos pasos. A las arias les siguen coros, como los que van tras las im¨¢genes en las procesiones. Y hay mucha influencia espa?ola, ritmos distintos, como la jota".
El autor espera que su obra sea representada en M¨¦xico y Espa?a
Una delegaci¨®n del Ayuntamiento de su pueblo acudi¨® al estreno
La presencia valenciana en la ¨®pera se completa con el tenor Antonio Gand¨ªa. "Nos conocemos desde que ¨¦ramos ni?os, ¨¦l es tambi¨¦n de Crevillent. Llegamos a compartir escenario all¨ª cuando yo ten¨ªa, creo, 17 a?os, sin saber que nos volver¨ªamos a juntar a?os despu¨¦s". Galvany explica que en Crevillent "hay una tradici¨®n musical de mucho calado". Y a?ade: "Antonio es un artista impresionante. Ha ganado numerosos concursos y vino a Washington de visita de la mano de Pl¨¢cido Domingo [que dirige la ¨®pera de la capital estadounidense] hace unos tres a?os. As¨ª me volv¨ª a encontrar con ¨¦l y le propuse participar en este proyecto. Desde entonces hemos estado colaborando".
La ¨®pera cuenta las tensiones emocionales que hay tras la natividad y la pasi¨®n de Jesucristo, algo muy cat¨®lico, que podr¨ªa chocar en un pa¨ªs de mayor¨ªa protestante, como es EE UU. Pero Galvany resta importancia al asunto: "La pasi¨®n es lo que inspira la historia. Lo que importa de ella son los personajes, su sufrimiento, la tensi¨®n. No hay religi¨®n en la ¨®pera. Se trata de un grupo de personajes, con su dolor, es una historia universal, de emociones muy humanas". As¨ª, Oh my son es, como dice su autor, m¨¢s un tableau oper¨ªstico, una sucesi¨®n de arias muy mel¨®dicas, con momentos ¨¢lgidos de bel canto, m¨¢s cerca de Verdi y Puccini que de la experimentaci¨®n atonal y dodecaf¨®nica de las vanguardias recientes.
Galvany ha a?adido a los nervios del compositor los del empresario, como productor de la representaci¨®n. "Es lo que m¨¢s me estresa", se?ala, "soy compositor y, adem¨¢s, productor. Debo estar pendiente de todo. Y no estrenamos en cualquier lado. Es el Carnegie Hall. Son 2.800 asientos".
Una delegaci¨®n del Ayuntamiento y de la organizaci¨®n de la Semana Santa de Crevillent acudi¨® a Nueva York al estreno de la obra, que Galvany espera presentar en M¨¦xico y Espa?a. "Se est¨¢ considerando la catedral de la Almudena", asegura. "Estar¨ªa encantado, por supuesto, de poder llevarla a Valencia. Adem¨¢s, estamos en negociaciones para representarla en El Vaticano en marzo de 2011, una posibilidad que se va materializando. Ser¨ªa un marco perfecto".
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