"La rehabilitaci¨®n tiene futuro"
Llu¨ªs Comeron es el decano en funciones del colegio y, en cierto sentido, representa la continuidad de la junta actual. Ve la instituci¨®n cambiante: "Los arquitectos, cuando se cre¨® el colegio, ten¨ªan su despacho, hac¨ªan proyectos, dirig¨ªan sus propias obras y ten¨ªan determinada posici¨®n social. Ahora no. Ahora somos m¨¢s diversos. Siguen existiendo esos arquitectos, pero hay otros que hacen otras cosas muy distintas; por tanto, somos muchas cosas m¨¢s".
Pregunta. ?Cu¨¢l es la funci¨®n del colegio?
Respuesta. Ser ¨²til a los colegiados, a la sociedad y la arquitectura.
P. Y ?qu¨¦ es cada cosa?
R. Los arquitectos, cuando se cre¨® el colegio, eran casi todos de una determinada manera. Ten¨ªa su despacho, hac¨ªan proyectos, dirig¨ªan sus propias obras y ten¨ªan determinada posici¨®n social. Ahora no. Ahora somos m¨¢s diversos. Siguen existiendo esos arquitectos, pero hay otros que hacen otras cosas muy distinta, por lo tanto, somos muchas cosas m¨¢s. Los hay especialistas en calcular estructuras e instalaciones, urbanistas, otros que trabajan en sostenibilidad, arquitectos que trabajan en materia de normativas, funcionarios, pol¨ªticos, asesores, directores de obras. El colegio tiene que servir para todos ellos.
P. Est¨¢ evolucionando la profesi¨®n hacia un mayor n¨²mero de asalariados y funcionarios.
R. Tambi¨¦n pero no solo. Lo interesante es la diversificaci¨®n. Es cierto que no pocos j¨®venes empiezan trabajando para otros arquitectos o como funcionarios, pero hay muchos especialistas en diversos ¨¢mbitos: urbanismo, paisaje.
P. ?C¨®mo ha afectado a la profesi¨®n la crisis de la construcci¨®n?
R. De un modo brutal. Los arquitectos hemos tenido una ca¨ªda en la facturaci¨®n y el trabajo superior a la de cualquier otro sector. En el Colegio, los visados han ca¨ªdo un 70%. Estamos visando por debajo del 30% de lo que se visaba antes. Los despachos notan lo mismo: tienen mucho menos trabajo y eso amenaza su supervivencia.
P. ?Qu¨¦ soluci¨®n aporta el Colegio?
R. Menos encargos, se puede hacer muchas cosas. Primero, ayudar a los que a¨²n tienen trabajo, creando instrumentos de ayuda, gu¨ªas de redacci¨®n de proyectos, dot¨¢ndoles de capacidad t¨¦cnica para que superen mejor las rebajas de precios y con mayor eficiencia. Segundo, creando una oficina de apoyo a la rehabilitaci¨®n. Lo hicimos en 2008 y el objetivo es ayudar a los arquitectos, desde el punto de vista t¨¦cnico, y a gestionar la rehabilitaci¨®n: explicar las ayudas posibles, facilitarles los accesos a esas ayudas, al arquitecto y a su cliente.
P. C¨®mo ve los cambios que imponen las normativas europeas.
R. La transposici¨®n de la directiva europea consolida una situaci¨®n que ya hab¨ªa empezado a darse. Vamos hacia una relaci¨®n m¨¢s competitiva, m¨¢s liberales. Esto requiere mayor eficiencia empresarial. El Colegio tiene que adaptarse y esto comporta un replanteamiento del visado. Su precio, hasta ahora, ten¨ªa dos partes: lo que costaba el trabajo y la aportaci¨®n para el resto de actividades del Colegio. Esta parte tiene que desaparecer, por lo tanto, las actividades colegiales tendr¨¢n que mantenerse de otra forma. Por eso proponemos aligerar la estructura del Colegio. Ya hemos reducido un 50% el gasto y un 40% el personal en los ¨²ltimos dos a?os. Estamos en la l¨ªnea. El paso siguiente es la profesionalizaci¨®n empresarial, las tareas que tienen que hacer otros profesionales no deben hacerlas los arquitectos. Nos quedan los mecanismos de gobierno. Ahora el colegio es muy participativo, pero la participaci¨®n no es gesti¨®n. Hay que colocar a cada uno en su sitio. Los arquitectos deben dirigir, pero no gestionar.
P. La rehabilitaci¨®n se anuncia como actividad de futuro, pero no se firma.
R. S¨ª que nos gusta. De todas formas, es cierto que hay una parte de la rehabilitaci¨®n que no se firma, porque en este subsector hay mucha econom¨ªa sumergida. Pero otra parte s¨ª se firma. Y queremos que sea toda.
P. La referencia era a la autor¨ªa.
R. ?Ah, bueno! Pero la satisfacci¨®n del arquitecto no es s¨®lo el reconocimiento medi¨¢tico. Estos son muy pocos. La mayor¨ªa esperamos que el cliente quede satisfecho y que al cabo de los a?os te invite a cenar en su casa. Y eso se da mucho.
P. El parque de edificios, ?necesita mantenimiento?
R. Mucho. Hasta hace un par de a?os, la rehabilitaci¨®n supon¨ªa un porcentaje muy bajo de la actividad. Eso tampoco era bueno. Es imprescindible una intensa actividad de rehabilitaci¨®n. La vivienda es el principal patrimonio de muchos catalanes y hay que mantenerlo y revaluarlo. Pero hay dos aspectos m¨¢s importantes: los usuarios de hoy son diferentes y requieren pautas de confort diferentes a los de hace 15, 20 o 50 a?os, cuando se hicieron las viviendas. Hoy tenemos m¨¢s electrodom¨¦sticos, m¨¢s necesidades de almacenamiento, queremos que una persona en silla de ruedas pueda cenar en nuestra casa. Y luego, las exigencias de sostenibilidad, para garantizar menor consumo de energ¨ªa.
P. ?C¨®mo inciden las nuevas tecnolog¨ªas?
R. Mucho, pero tambi¨¦n las antiguas. Trabajamos a la vez con elementos sumerios, el ladrillo, y con elementos dom¨®ticos. Y en esto, la rehabilitaci¨®n es especialmente importante.
P. ?Cu¨¢ntos colegiados hay y cu¨¢ntos arquitectos no colegiados?
R. Unos 10.000 colegiados. Puede haber otros 5.000 arquitectos no colegiados, pero no lo sabe nadie.
P. ?Por qu¨¦ no se critica la mala arquitectura?
R. La verdad es que hay trabajos con los que no estamos de acuerdo. Pero esto pasa en todas las profesiones. Hay una parte de profesionales excelentes, normales y malos. El Colegio debe fomentar la buena arquitectura y una deontolog¨ªa firme. Hay zonas grises, de dif¨ªcil definici¨®n, pero tambi¨¦n zonas negras. Deberemos reducirlas y gestionarlas. Debemos garantizar a la sociedad de que las pr¨¢cticas no admisibles ser¨¢n sancionadas por el Colegio.
P. El refer¨¦ndum de la Diagonal ?hay que hacerlo?
R. Es un problema a resolver entre todos. La sociedad pide m¨¢s mecanismos de participaci¨®n. Y esto es imparable y razonable. El refer¨¦ndum es una propuesta para hilvanar ciudadan¨ªa y expertos. No es perfecto, pero nos dejar¨¢ elementos positivos y negativos en ese camino.
P. ?Votar¨¢?
R. No soy de Barcelona.
P. Y si lo fuera, ?qu¨¦ opci¨®n preferir¨ªa?
R. Veo ventajas a la opci¨®n b.
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