En solidaridad con las v¨ªctimas
Justicia no es s¨®lo una palabra hermosa. La justicia es una condici¨®n imprescindible de la dignidad humana. La justicia es tambi¨¦n calor, fraternidad, solidaridad con quienes han sufrido la implacable injusticia del terror. La sociedad civil ha salido esta tarde a la calle, en toda Espa?a, para asumir la causa de las v¨ªctimas del terror franquista, y para reivindicar la dignidad de los centenares de miles de hombres y mujeres que dieron su vida por la libertad y por la democracia de nuestro pa¨ªs. Hoy, tantos a?os despu¨¦s, somos conscientes del precio que ellos pagaron para que podamos reunirnos libre y pac¨ªficamente en esta plaza, en su nombre y en el de libertad, la justicia y la democracia. Por encima de los tecnicismos, de las argucias legales y los laberintos jur¨ªdicos, queremos afirmar que hoy, una vez m¨¢s, es la dignidad de las v¨ªctimas del franquismo lo que est¨¢ en juego. Las consecuencias de un proceso que, en democracia, ensucia su memoria, desprecia el dolor de sus hijos, de sus nietos, y condena las aspiraciones de justicia de cientos de miles de familias espa?olas, van mucho m¨¢s all¨¢ del propio proceso. Esta causa podr¨ªa interpretarse, y as¨ª lo ha hecho la prensa extranjera, como una lamentable prueba de la minor¨ªa de edad de la democracia espa?ola, un Estado que treinta y cinco a?os despu¨¦s de la desaparici¨®n del dictador, sigue acusando los efectos del terror indiscriminado al que Francisco Franco recurri¨® para tiranizar a los espa?oles durante cuatro interminables d¨¦cadas. Que diversas iniciativas judiciales de organizaciones de extrema derecha, hayan logrado paralizar la investigaci¨®n de los cr¨ªmenes del franquismo, representa un esc¨¢ndalo sin precedentes en la historia reciente de nuestro pa¨ªs, que repugna a la naturaleza esencial de los principios democr¨¢ticos y nos devuelve a la noche oscura de los asesinos. Nadie puede ignorar que los 113.000 cad¨¢veres que, todav¨ªa hoy, siguen enterrados en cunetas y descampados, son la prueba de un proceso de exterminio sistem¨¢tico de una parte de la poblaci¨®n, que s¨®lo puede entenderse como un crimen contra la Humanidad. Nadie puede admitir que el deseo de los hijos y los nietos, de las viudas que quieren recuperar los restos de sus seres queridos, para devolverles la dignidad que les arrebat¨® una muerte injusta y reivindicar la memoria de su lucha por la libertad y por la democracia, pueda ser objeto de delito. Nadie puede siquiera comprender que un Estado democr¨¢tico impute un delito de prevaricaci¨®n a un juez que ha asumido los principios de verdad, justicia y reparaci¨®n de las v¨ªctimas, por aplicar en Espa?a la doctrina del Derecho Penal Internacional que, hace unos a?os, le permiti¨® actuar contra cr¨ªmenes semejantes cometidos en pa¨ªses como Argentina o Chile. Los cr¨ªmenes contra la Humanidad no pueden ser amnistiados y no prescriben jam¨¢s. La ley de Amnist¨ªa de 1977, preconstitucional, no puede prevalecer sobre la propia Constituci¨®n, ni sobre los tratados y acuerdos internacionales suscritos por nuestro pa¨ªs en materia de Derechos Humanos. Espa?a no puede continuar siendo una excepci¨®n para la Justicia espa?ola. Hoy, en esta tarde de abril, la sociedad civil est¨¢ en la calle para reivindicar la madurez de nuestra democracia y para hacer suya la causa de las v¨ªctimas del franquismo. El impulso democr¨¢tico que desemboc¨® en la aprobaci¨®n parlamentaria de la Ley de Memoria Hist¨®rica debe continuar, y profundizarse para impedir que en el futuro se reproduzcan hechos tan vergonzosos como el auto del juez Varela. En solidaridad con las v¨ªctimas, por la justicia universal y la dignidad democr¨¢tica de Espa?a: ?No a la impunidad! ?Investigar los cr¨ªmenes del franquismo no es delito!
"Esta causa se interpreta como lamentable prueba de la minor¨ªa de edad de la democracia espa?ola"

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.