La consejera que humaniza al l¨ªder
Nadie como Sarah Brown se ha revelado tan capaz de limar las asperezas del primer ministro brit¨¢nico, un hombre de personalidad dif¨ªcil para los par¨¢metros que impone la cultura de la imagen. Esposa y compa?era pol¨ªtica de Gordon Brown a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada, su experiencia profesional en el campo de las relaciones p¨²blicas, unida a esa capacidad innata de conectar con las clases medias inglesas, la han convertido en valioso ingrediente de la campa?a laborista. Fue ella quien, posando suavemente la mano sobre el hombro del candidato, guiaba a su marido entre la clientela de un supermercado del sureste de Londres, en el primer acto electoral de Brown tras anunciarse la convocatoria de las legislativas.
De esa proximidad con el p¨²blico dan fe los centenares de miles de seguidores de los mensajes que Sarah vuelca a diario en la red Twitter, por muy anodinos que puedan antojarse. Siempre estuvo en primera l¨ªnea de compromiso con el nuevo laborismo, pero su presencia adquir¨ªa categor¨ªa estelar hace dos a?os en la apertura del congreso del partido, cuando sus c¨¢lidas palabras arropaban la irrupci¨®n de Brown en el escenario y consegu¨ªan neutralizar las voces de los rivales que disputaban el liderazgo.
Sarah Macaulay, psic¨®loga nacida en Buckinghamshire hace 48 a?os, se cas¨® en 2000 con el ya entonces canciller del Exchequer y, al quedar embarazada, dejaba la firma de relaciones p¨²blicas que ella misma fund¨®. Desde la muerte de su primera hija a los diez d¨ªas de un parto prematuro (2002), se ha volcado en diversas organizaciones caritativas relacionadas con las mujeres y la infancia. El matrimonio nunca ha explotado aquel tr¨¢gico suceso con fines pol¨ªticos, como tampoco lo ha hecho a ra¨ªz de la fibrosis qu¨ªstica que padece el menor de sus dos hijos, Fraser, de 3 a?os (su hermano John tiene 6 a?os). Sarah compagina esa imagen tradicional de esposa del l¨ªder que se dedica a las buenas causas con el papel de experta consejera entre bambalinas, la estratega que por ejemplo convenci¨® a Brown para que concediera una entrevista ¨ªntima en televisi¨®n. Ah¨ª est¨¢ su punto fuerte, el demostrar a los brit¨¢nicos que el cerrado candidato laborista es ante todo un ser humano.
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