El futuro del torero es impredecible
Hablar de acontecimientos en los que uno no ha estado presente es arriesgado y osado. Por eso, no voy a hablar de lo sucedido en la plaza de Aguascalientes. S¨ª puedo hacerlo sobre la cornada que he visto en diversos medios, lo que me induce a decir que produjo una herida muy, muy grande. El derrote seco al muslo izquierdo del hombre y la conformaci¨®n corniveleta de los pitones hicieron que el cuerpo no se escapara del pit¨®n. El toro lo elev¨®, el torero gir¨® sobre el pit¨®n; despu¨¦s, lo baj¨® y, con toda su fuerza, lo volvi¨® a elevar, mientras el cuerno se hund¨ªa dentro de la herida. El negro agujero que se vislumbra en la pierna, el hematoma que ya comienza a verse por encima de la herida y el reguero impresionante de sangre hasta la enfermer¨ªa nos est¨¢n hablando de una intensa hemorragia que, poco a poco, va ti?endo de palidez el rostro del diestro.
Los toreros deber¨ªan exigir mejores medios sanitarios en las enfermer¨ªas
Las prisas, el agobio, la intranquilidad y la preocupaci¨®n siempre brotan con celeridad ante la dif¨ªcil situaci¨®n que se presenta en unos instantes. Se va la vida de un hombre; se va el ¨ªdolo del toreo, y todos quieren ayudar, y los m¨¦dicos saben mejor que nadie la velocidad que pueden alcanzar los latidos de un coraz¨®n.
?Hay que actuar! ?Hay que salvar a la persona! Y all¨ª, entre tanto barullo, surge la profesionalidad de un equipo que coh¨ªbe la hemorragia, ventila al paciente y adopta la decisi¨®n adecuada de evacuarlo al hospital m¨¢s cercano. All¨ª, con el torero ya estabilizado, es sometido a una intervenci¨®n complicada que repara lo da?ado por el toro. Hoy podemos contemplar con m¨¢s esperanza la evoluci¨®n de Jos¨¦ Tom¨¢s, y, desde aqu¨ª, como cirujano taurino, expreso mi felicitaci¨®n a todos los cirujanos y m¨¦dicos taurinos de la plaza de toros y del hospital Hidalgo de Aguascalientes.
Ahora bien, no me pidan que juegue a adivino cuando nos encontramos a miles de kil¨®metros del centro sanitario mexicano, y las noticias sobre el tratamiento aplicado y la propia evoluci¨®n cl¨ªnica del herido son confusas. S¨®lo puedo hablar a tenor de mi experiencia como m¨¦dico y cirujano jefe de la Maestranza y por las graves cogidas a las que me he debido enfrentar en la mesa de operaciones.
Ojal¨¢ que la vida del torero no corra ya peligro. ?se es el deseo de todos. Pero mientras un paciente est¨¢ ingresado en una UCI no se puede afirmar que el peligro ha pasado. Asimismo, en circunstancias como la que comentamos, sigue vivo y presente el riesgo de infecciones por los graves destrozos que produjo la herida.
El futuro es un misterio. El futuro del torero es impredecible, y est¨¢ en funci¨®n de innumerables circunstancias. Recuerdo que en la Feria de Abril de 1986 el diestro Pepe Luis Vargas sufri¨® una grav¨ªsima cornada que le seccion¨® la vena femoral profunda. Esa herida pod¨ªamos calificarla hoy como leve si la comparamos con la acaecida en Aguascalientes, que, seg¨²n el parte m¨¦dico, es de una dimensi¨®n mucho mayor. Y Pepe Luis Vargas tard¨® un a?o en reaparecer...
Al d¨ªa siguiente de la pavorosa cogida ocurrida en M¨¦xico, y s¨®lo a la vista de las im¨¢genes y de las declaraciones del equipo m¨¦dico, y sin la oportunidad de analizar la herida, me aventur¨¦ a afirmar que la convalecencia ser¨¢ larga, desde la convicci¨®n de que la actuaci¨®n m¨¦dica ha sido impecable y con la contrastada fortaleza del diestro herido. Ojal¨¢ podamos volver a verlo pronto en una plaza.
Ram¨®n Vila es cirujano jefe de la Real Maestranza de Sevilla.
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