"Nos llamaban gitanos de mierda"

Dos a?os despu¨¦s de los incidentes registrados en el barrio pontevedr¨¦s de Monteporreiro, payos y gitanos volvieron ayer a verse las caras en los juzgados a ra¨ªz de una denuncia presentada por la Asociaci¨®n Pueblo Gitano contra seis vecinos por coacciones, amenazas e injurias. Tras escuchar los testimonios de unos y de otros, el fiscal decidi¨® presentar tambi¨¦n acusaci¨®n -algo que inicialmente no hab¨ªa hecho- por una presunta falta de coacciones y solicit¨® la imposici¨®n de 150 euros de multa para cuatro de los imputados. No qued¨® claro que los otros dos participaran de las movilizaciones que reventaron el realojo de tres familias gitanas, cuyas chabolas fueron derribadas por orden judicial. La acusaci¨®n particular elev¨® la sanci¨®n a 13.500 euros.

Los imputados sostienen que sus protestas no fueron por racismo

Los hechos se remontan a marzo de 2008 cuando, a lo largo de mes y medio, decenas de vecinos se concentraron a diario ante la fachada del edificio de la calle Alemania, que el Ayuntamiento de Poio adjudic¨® a los chabolistas, para manifestar su repulsa al realojo de esas familias. La escalada de tensi¨®n llev¨® a blindar en varias ocasiones las calles del vecindario pontevedr¨¦s cuyos residentes custodiaban los movimientos de los tres pisos ocupados por los cal¨¦s desde ventanas, negocios y la propia calle durante las 24 horas. "No dorm¨ªamos, ten¨ªamos miedo", record¨® ayer Mar¨ªa Magdalena Salazar, una de las perjudicadas. "Nos tiraban piedras, palos" y gritaban "?Gitanos, marchaos!". En condici¨®n de afectados tambi¨¦n comparecieron Roc¨ªo Jim¨¦nez y Jos¨¦ Antonio Jim¨¦nez, que trasladaron a la sala los insultos recibidos, como "gitanos de mierda". En la actualidad, todos ellos residen de nuevo en O Vao.

Por su parte, los vecinos reconocieron su presencia en las movilizaciones -de hecho, entre los acusados est¨¢n ?ngel Mario Lago, Jos¨¦ Manuel Dopazo, Laura Noceda y Mar¨ªa Darrosa, directivos de la asociaci¨®n O Mirador que capitane¨® la protesta-, pero negaron motivaciones racistas y recordaron la convivencia normal con otras familias de etnia gitana que residen en este vecindario cercano a los 7.000 habitantes. "Hab¨ªa mucha preocupaci¨®n", explic¨® Lago, porque los realojados proced¨ªan del poblado marginal de O Vao (Poio), un lugar que "todo el mundo identifica con venta de drogas y de objetos robados".

El temor a que estos movimientos delictivos se pudiesen extender por las calles de Monteporreiro fue lo que motiv¨® las protestas porque "nadie quer¨ªa eso", seg¨²n declararon. De hecho, uno de los argumentos de la defensa gir¨® en torno a la responsabilidad de las administraciones en todo el proceso de realojos que el Ayuntamiento de Poio consum¨® sin la colaboraci¨®n y el conocimiento de los consistorios de Pontevedra y Ponte Caldelas, donde tambi¨¦n se acomodaron otras dos familias afectadas por los derribos. Ya antes, ?ngel Mario Lago hab¨ªa manifestado que en el banquillo deber¨ªan haberse sentado las autoridades municipales de Poio y las de la Xunta. Adem¨¢s, se?al¨® que todas las movilizaciones celebradas "fueron comunicadas a las fuerzas del orden" y las imputaciones anteriores de racismo y xenofobia quedaron archivadas. Como testigos comparecieron tambi¨¦n dos polic¨ªas locales que subrayaron el desarrollo normal de las concentraciones y las desvincularon de cualquier comportamiento racista.