Hablemos ingl¨¦s, o algo parecido
Lo llaman 'globish' y es un 'dialecto' internacional ya aceptado por muchos angl¨®fonos - La simplificaci¨®n de una lengua puede ser ¨²til para aprenderla
El escenario puede ser un congreso de medicina, una cumbre econ¨®mica o una feria internacional de electr¨®nica. Los actores son cirujanos, investigadores, pol¨ªticos, ingenieros o ejecutivos. Todos representan o, m¨¢s bien, improvisan su papel en un espect¨¢culo con argumento sencillo. El objetivo no es lograr la aprobaci¨®n de la cr¨ªtica. Aqu¨ª se trata simplemente de comunicar, entender y ser entendidos y, si el gui¨®n lo requiere, cerrar un pacto o un negocio. Para ello es recomendable hablar en un mismo idioma. ?Ingl¨¦s? Digamos que ingl¨¦s, o, en la mayor¨ªa de los casos, algo parecido.
Ese algo parecido era lo que observaba Jean-Paul Nerri¨¨re cada vez que acud¨ªa a un simposio o a un congreso, desde Estados Unidos hasta Asia. Cuando los compromisos de trabajo le permit¨ªan volver a su casa, en Par¨ªs, este ex directivo de IBM le daba vueltas al asunto. ?Por qu¨¦ se entend¨ªan mejor un mexicano y un chino que un chino y un estadounidense? ?En qu¨¦ idioma se dirig¨ªan los unos a los otros? Un d¨ªa decidi¨® por fin acu?ar (y proteger mediante las leyes de propiedad intelectual) la palabra globish, una fusi¨®n de los t¨¦rminos global e ingl¨¦s (english) que pretende resumir una filosof¨ªa de comprensi¨®n mutua universal. "El globish es el ingl¨¦s que se habla com¨²nmente en Estambul o en Montevideo", explica Nerri¨¨re en conversaci¨®n telef¨®nica desde Francia. En una definici¨®n m¨¢s t¨¦cnica, es "una estructura reflexionada y organizada de ingl¨¦s que se pone limitaciones a s¨ª misma, digamos que no se utilizan m¨¢s de 1.500 palabras", prosigue. Vocabulario b¨¢sico y sintaxis m¨¢s amable, para entendernos. ?Acabar¨¢ con toda una cultura y una tradici¨®n de ense?anza?
Se trata de un ingl¨¦s simplificado que usa unas 1.500 palabras y gram¨¢tica sencilla
El British Council apoya que se pierda el miedo al error al hablar una lengua
El 'globish' es una herramienta, pero no sirve para leer a Mark Twain o Wilde
"Algunos angl¨®fonos deber¨ªan limitar su vocabulario", dice su inventor
El invento, que cuenta con decenas de miles de partidarios, podr¨ªa parecer el en¨¦simo m¨¦todo de aprendizaje m¨¢s o menos r¨¢pido y m¨¢s o menos eficaz de un idioma, algo similar a lo que ya propuso hace casi un siglo el ling¨¹ista Charles K. Ogden con las 850 palabras de su Basic English. Sin embargo, Nerri¨¨re, que fue responsable de las estrategias de marketing de la multinacional inform¨¢tica y sabe c¨®mo vender un concepto abstracto, ha ido m¨¢s all¨¢. Ha conseguido crear un sistema que ha cuajado y encontrado aceptaci¨®n incluso en el mundo anglosaj¨®n. Robert McCrum, cr¨ªtico y editor literario del dominical brit¨¢nico The Observer, le felicit¨® por un libro, Globish The World Over, en el que expone sus ideas sobre la ense?anza de idiomas. Y el mismo McCrum est¨¢ a punto de publicar un texto en torno al fen¨®meno: Globish: How the English language became the World's language.
Se tratar¨¢, seg¨²n dice, de una especie de "dialecto" del siglo XXI que encuentra sus or¨ªgenes en un cambio de la conciencia geopol¨ªtica internacional. Algo que hace que ahora el ingl¨¦s y su cultura se perciban como valores disociados de toda herencia colonial. El llamado complejo imperialista, al menos en el mundo occidental, ha desaparecido. Como decir: "An¨ªmese, el ingl¨¦s es un patrimonio de todos, tanto de los que han nacido en Boston como de los que se han criado en Estambul".
Parece, pues, una buena ocasi¨®n para aprender de una vez el idioma. Pero tambi¨¦n puede ser la excusa perfecta para la autoindulgencia y para convencerse (enga?arse, como seg¨²n algunos profesores suele hacer buena parte de la clase dirigente) de que bastan pocas palabras para dominarlo. Depende. Tal vez ocurran ambas cosas, es una cuesti¨®n de perspectivas.
El British Council, la instituci¨®n p¨²blica brit¨¢nica encargada de velar por el ingl¨¦s, adem¨¢s de difundirlo y ense?arlo, es prudente pero tambi¨¦n est¨¢ abierta a los experimentos. Su director en Espa?a, Rod Pryde, recuerda que "las personas siempre emplear¨¢n la lengua de manera que se adapte a sus necesidades...". Y, a prop¨®sito del globish, apunta: "Este uso no da lugar a una metodolog¨ªa en el sentido did¨¢ctico del t¨¦rmino, pero s¨ª que conforma una serie de par¨¢metros que pueden, o no, satisfacer las necesidades del mundo de los negocios internacional. La ¨²nica forma de descubrir si las limitaciones que impone el globish son aceptables es a trav¨¦s de la experiencia individual de cada persona".
Por esta raz¨®n algunos profesores temen que se convierta en una experiencia negativa para los alumnos. El empobrecimiento del lenguaje constituye justamente el mayor riesgo (y una de las mayores cr¨ªticas) del globish. Los docentes consultados est¨¢n divididos, aunque no es descabellado plantearse dudas sobre su eficacia a medio plazo.
"Soy traductora de ingl¨¦s y alem¨¢n y he residido varios a?os en Inglaterra, convivido con ingleses, estadounidenses y jam¨¢s hab¨ªa o¨ªdo hablar del globish", comenta Victoria Navarro. "S¨®lo conoc¨ªa el spanglish, y otra versi¨®n parecida que hablan en ?frica", a?ade antes de aclarar: "Considero que ya se han hecho varios intentos por globalizar las lenguas, sin embargo, nunca han terminado de cuajar, ya que no son idiomas naturales, y por lo tanto su ense?anza es compleja. ?Nunca podr¨¢s tener un profesor nativo de globlish!". En su opini¨®n, es una p¨¦rdida de tiempo: "Ya que te pones a aprender ingl¨¦s, est¨²dialo en condiciones, y d¨¦jate de idiomas inventados. A la larga, aunque su aprendizaje sea m¨¢s complicado, el ingl¨¦s aut¨¦ntico te va a llevar mucho m¨¢s lejos", dice.
Algo parecido opina el irland¨¦s Jason O'Dwyer, con 20 a?os de ense?anza a sus espaldas. Cree que tiene m¨¢s aspectos negativos que positivos. "Personalmente, no me gustar¨ªa ense?arlo y existir¨ªa el peligro de que convirtiera en una lengua mal hablada", advierte. "Un ejemplo reciente es el anuncio de la Comunidad de Madrid sobre los colegios biling¨¹es utilizando el lema yes, we want", que pretend¨ªa ser un gui?o a la campa?a presidencial de Barack Obama y que, sin embargo, deriva en una frase mal expresada y con una construcci¨®n gramatical imposible.
A pesar de esto, desde el British Council subrayan otros aspectos positivos. "Cualquier idea que otorgue a la gente la confianza suficiente para aprender una lengua nueva e intentar comunicarse con ella es positiva", dice Pryde. "A muchas personas el aprendizaje de un idioma les parece una tarea dif¨ªcil. Sin embargo, est¨¢ ampliamente demostrado que los que no est¨¢n preocupados por cometer errores y adoptan una actitud positiva frente al aprendizaje de un idioma, consiguen aprenderlo, a pesar de que la cantidad de informaci¨®n que se precisa para memorizar y adquirir una nueva lengua puede convertirlo en un proceso largo".
La actitud es en efecto determinante, tanto para perfeccionar una lengua extranjera como para abordarla. A este respecto, Jean- Paul Nerri¨¨re defiende sin fisuras el globish: "No se trata de un ingl¨¦s casual, ni tampoco hay que compararlo con el ingl¨¦s real, aunque se exprese con formas completamente correctas", dice, en referencias a los trucos de "su" sistema, que consiste esencialmente en reducir el l¨¦xico y utilizar formas gramaticales simples.
"Es una herramienta, m¨¢s que un idioma", insiste en precisar. "Si quieres disfrutar de la lectura de Mark Twain, Oscar Wilde o Racine, tienes que saber ingl¨¦s, o franc¨¦s, de verdad. Si quieres comunicarte con un indio o un japon¨¦s, no hace falta", aclara. Sea como fuere, parece sensato relativizar las necesidades y los objetivos. Ya lo escribi¨® el fil¨®sofo y pedagogo Comenio en el siglo XVII: "No es preciso aprender las lenguas a la perfecci¨®n, sino dentro del l¨ªmite de lo necesario". Hoy el director del British Council recuerda que "la poblaci¨®n nativa de Reino Unido y de los Estados Unidos tan solo utiliza unas 1.800 palabras en el 80% de su comunicaci¨®n verbal en ingl¨¦s".
Nadie, o muy pocos estudiantes, por poner un ejemplo, tienen en principio la ambici¨®n de recitar sonetos de Shakespeare ante la reina de Inglaterra. En el mejor de los casos, a la mayor¨ªa nos gustar¨ªa pulir el o¨ªdo o una pronunciaci¨®n demasiado pedregosa para conseguir lo que los expertos llaman ¨¦xito comunicativo.
"Ya ser¨ªa suficiente que los pol¨ªticos espa?oles no tuvieran que ir acompa?ados de un int¨¦rprete cuando est¨¢n en el extranjero", se?ala una docente. "El que simplemente entendieran una conversaci¨®n ser¨ªa ya todo un ¨¦xito", a?ade. Y si para ello tienen que estudiar globish, bienvenido sea.
El problema es que a menudo el aprendizaje de una lengua se convierte en una barrera que provoca rechazos. Lo sabe muy bien Tom Fieselmann, especialista en fon¨¦tica con a?os de experiencia en ense?anza de idiomas en Espa?a, Grecia e Italia. "A menudo utilizo un m¨¦todo llamado de adaptaci¨®n ling¨¹¨ªstica para mis clases. Este acercamiento [hacia la comprensi¨®n del alumno] las convierte en mucho m¨¢s amenas y divertidas y disminuye el rechazo frontal que muchas veces encuentro entre mis estudiantes de idiomas (o pacientes, como les llamo a veces)", explica. "Creo que el globish responde a un intento de normalizar los cambios y las necesidades ling¨¹¨ªsticas que se registran en todo el mundo", prosigue para admitir que, de todas formas, "los cambios en una lengua son normales e inevitables". ?Se convertir¨¢ el castellano en glastellano o andaluglobish?, se pregunta. Los usos y los h¨¢bitos de los hablantes lo decidir¨¢n. "Yo hablo un globish que suena a ingl¨¦s paquistan¨ª con mis estudiantes que no entienden algunos fonemas. Es mejor para ellos porque me entienden, y es mejor para m¨ª porque al menos ellos pueden entender una variedad de ingl¨¦s ya hablado en el mundo, en India, Pakist¨¢n, Tailandia, Vietnam... ?y Espa?a!".
A una conclusi¨®n muy parecida lleg¨® tambi¨¦n Nerri¨¨re. Un acento o una determinada pronunciaci¨®n no debe convertirse en un obst¨¢culo excluyente. "Cuando hablo en ingl¨¦s, se ve que mi propia pronunciaci¨®n es muy pintoresca, ex¨®tica", admite con sentido de la iron¨ªa. "Pero esta no tiene que convertirse en una raz¨®n v¨¢lida para renunciar a hablar con el resto del mundo. De hecho, he conseguido desenvolverme en el mundo de los negocios". Nerri¨¨re hab¨ªa visto durante sus viajes y estancias en el extranjero c¨®mo, por ejemplo, las comunicaciones "mejores" se desarrollaban entre chinos y los no angl¨®fonos. "Los que ten¨ªan m¨¢s problemas para comunicarse eran precisamente los estadounidenses y me dije: 'esto no es nada es normal. ?Por qu¨¦ ocurre?". Se trata sobre todo de falta de educaci¨®n en comunicaci¨®n, seg¨²n concuerdan los expertos. "Porque tal vez algunos angl¨®fonos deber¨ªan limitar su vocabulario y medir su acento en determinadas circunstancias".
Si finalmente nos entendemos, si logramos nuestros objetivos, estaremos practicando globish -o como queramos llamarlo- y, en palabras de Elena Montalvo, docente de ingl¨¦s y profesora de Escuela Oficial de Idiomas, estaremos buscando una especie de "polifon¨ªa" ling¨¹¨ªstica ideal. Esta docente ahonda en el llamado m¨¦todo de la intercomprensi¨®n, que consiste en mantener las caracter¨ªsticas de dos lenguas que entran en contacto pero permitiendo y facilitando la comunicaci¨®n mutua. Se trata de un concepto muy importante en el llamado espacio de comunicaci¨®n europeo. Y es justamente lo que defienden los expertos y fil¨®logos preocupados por la supervivencia de las llamadas lenguas cooficiales o minoritarias. Para explicar la filosof¨ªa de intercomprensi¨®n y esta tolerancia ling¨¹¨ªstica, Montalvo utiliza un s¨ªmil deportivo. "Si ya practicas uno o m¨¢s deportes, no tendr¨¢s problemas en enfrentarte a un tercero". Y si ya hablas castellano, catal¨¢n e ingl¨¦s, puede que tengas menos problemas a la hora de comunicarte (o hablar, entender y aceptar) en franc¨¦s.
A este prop¨®sito, tal vez tuviera raz¨®n Umberto Eco cuando, hace m¨¢s de una d¨¦cada, ofreci¨® una idea de comunidad internacional en su libro La b¨²squeda de una lengua perfecta: "Una Europa de pol¨ªglotas no es una Europa personas que hablan correctamente muchas lenguas, sino, en el mejor de los casos, de personas que puedan comunicarse hablando cada uno su propia lengua y comprendiendo la del otro". As¨ª podr¨ªan entender el "genio, el universo cultural que cada uno expresa cuando habla la lengua de sus antepasados y de su propia tradici¨®n".
'Globish grammar'
- Estudiar globish significa aprender unas 1.500 palabras, muchas combinaciones de dos t¨¦rminos, monos¨ªlabos... Hay que hablar con expresiones directas, evitando las locuciones negativas o frases pasivas. Los phrasal verbs est¨¢n admitidos, pero hay que saber aprovecharlos porque pueden causar problemas. The streets were cleaned in the morning se convertir¨ªa, en globish, en The workmen cleaned the streets in the morning. Jean-Paul Nerri¨¨re propone como ejemplo el inicio del discurso inaugural de Barack Obama.
- Ingl¨¦s. I stand here today humbled by the task before us, grateful for the trust you have bestowed, mindful of the sacrifices borne by our ancestors.
- 'Globish'. I stand here today full of respect for the work before us. I want to thank you for the trust you have given, and I remember the sacrifices made by our ancestors.
- Castellano. Me presento aqu¨ª hoy humildemente consciente de la tarea que nos aguarda, agradecido por la confianza que hab¨¦is depositado en m¨ª, conocedor de los sacrificios que hicieron nuestros antepasados. [Traducci¨®n publicada en EL PA?S].
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