?No puedo seguir callado!
Desde hace siete meses, el 26 de septiembre de 2009, fecha de mi detenci¨®n en el aeropuerto de Z¨²rich cuando me dirig¨ªa a recibir un homenaje por el conjunto de mi trabajo de manos de un representante del Ministerio de Cultura suizo, no he querido manifestarme y he pedido siempre a mis abogados que limitaran sus comentarios a lo imprescindible. Quer¨ªa que tanto las autoridades judiciales de Suiza y Estados Unidos como mis abogados pudieran trabajar sin pol¨¦mica por mi parte.
He decidido romper el silencio para dirigirme a ustedes sin intermediarios y en mis propias palabras.
Como todo el mundo, he tenido en mi vida mi parte de dramas y de alegr¨ªas, y no voy a intentar pedirles que se compadezcan de mi suerte, s¨®lo pedir que se me trate como a todos.
Es verdad: hace 33 a?os me declar¨¦ culpable y cumpl¨ª una pena en la prisi¨®n de Chino para delincuentes comunes -no en una c¨¢rcel para personajes importantes- que en teor¨ªa deb¨ªa cubrir toda mi condena. Cuando sal¨ª de all¨ª, el juez cambi¨® de opini¨®n y dijo que con el tiempo que hab¨ªa permanecido encerrado no hab¨ªa satisfecho por completo la condena; ese cambio brusco fue la raz¨®n de que me marchara de Estados Unidos.
El caso estuvo dormido durante 30 a?os hasta que lleg¨® una cineasta que quer¨ªa hacer un documental y que recogi¨® testimonios de las personas involucradas en su momento, sin que yo tuviera nada que ver con ello. El documental dejaba claro que yo me hab¨ªa ido de Estados Unidos porque no recib¨ª un trato equitativo, y desencaden¨® las ansias de venganza de las autoridades judiciales de Los ?ngeles, que se sintieron atacadas y decidieron pedir mi extradici¨®n a Suiza, un pa¨ªs que visito regularmente desde hace 30 a?os sin que nunca me hubieran molestado.
?Hoy no puedo seguir callado!
-No puedo seguir callado porque las autoridades judiciales estadounidenses acaban de decidir, en una muestra de desprecio hacia todos los argumentos y las declaraciones de terceros, no estar dispuestas a juzgarme en ausencia, pese a que el Tribunal de Apelaciones hab¨ªa recomendado lo contrario.
-No puedo seguir callado porque el Tribunal de California acaba de desestimar la en¨¦sima petici¨®n de la v¨ªctima para que, de una vez por todas, acaben con mi persecuci¨®n y dejen de acosarla cada vez que este asunto vuelve a ser tema de conversaci¨®n.
-No puedo seguir callado porque mi caso acaba de experimentar un vuelco enorme: el 26 de febrero, Roger Gunson, fiscal encargado del caso en 1977, hoy jubilado, declar¨® ante la jueza Mary Lou Villar, en presencia de David Walgren -el fiscal actual, que ten¨ªa absoluta libertad de contradecirle e interrogarlo-, que, el 19 de septiembre de 1977, el juez Rittenband comunic¨® a todas las partes que mi pena de prisi¨®n en la penitenciar¨ªa de Chino correspond¨ªa a la totalidad de la pena que deb¨ªa cumplir.
-No puedo seguir callado porque la demanda de extradici¨®n a las autoridades suizas se apoya en una mentira: en esa misma declaraci¨®n, el fiscal Roger Gunson a?adi¨® que era mentira que, como dice el fiscal actual en su solicitud de extradici¨®n, el tiempo vivido en Chino fuera un tiempo dedicado a ex¨¢menes psicol¨®gicos.
En esta demanda se dice que yo hui para no someterme a la condena de la justicia estadounidense; sin embargo, en el procedimiento de "declararme culpable", hab¨ªa reconocido ya los hechos y hab¨ªa regresado a Estados Unidos para cumplir la pena impuesta; s¨®lo faltaba que el tribunal ratificara este acuerdo cuando el juez decidi¨® renegar de ¨¦l para conseguir notoriedad en los medios de comunicaci¨®n a mis expensas.
-No puedo seguir callado porque, desde hace m¨¢s de 30 a?os, son mis abogados quienes no dejan de repetir que el juez me traicion¨®, que el juez cometi¨® perjurio, que yo cumpl¨ª mi condena; hoy es el fiscal de entonces, de reputaci¨®n irreprochable, quien, bajo juramento, ha confirmado todas mis afirmaciones, y eso otorga una dimensi¨®n y una luz totalmente distintas a este asunto.
-No puedo seguir callado porque hoy se repiten las mismas causas con los mismos efectos, y el nuevo fiscal que se ocupa de este caso y que ha pedido mi extradici¨®n est¨¢ tambi¨¦n en campa?a electoral y tiene necesidad de salir en los medios...
-No puedo seguir callado porque Estados Unidos sigue reclamando mi extradici¨®n m¨¢s para dar carnaza a los medios del mundo entero que para pronunciar un juicio sobre el que se lleg¨® a un acuerdo hace 33 a?os.
-No puedo seguir callado porque estoy obligado a vivir en Gstaad y he tenido que pagar una enorme fianza que s¨®lo he podido obtener hipotecando el apartamento en el que viv¨ªa desde hace m¨¢s de 30 a?os, porque estoy lejos de mi familia y porque ya no puedo trabajar.
Esto es lo que quer¨ªa decirles mientras conservo la esperanza de que Suiza decida que no hay motivo para la extradici¨®n y de que pueda reencontrar la paz y la familia con toda libertad en mi pa¨ªs.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
Babelia
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