No mezclar tasas con becas

Parece una buena idea, subir las matr¨ªculas y aumentar las becas. Parece justo, o igualitario al menos, cobrar m¨¢s a los ricos para darlo a los pobres. Y parece eficiente, porque con tasas m¨¢s altas los alumnos estudiar¨ªan m¨¢s, repitiendo menos y acabando antes.

Mejor a¨²n, podr¨ªan ser dos buenas ideas, una separada de la otra. Juntas e implicadas, como si dar m¨¢s becas dependiera de subir las tasas, creo que constituyen una mala pol¨ªtica. Ante todo, porque es m¨¢s justo financiar las becas con cargo a los presupuestos generales, como ahora se hace, que con cargo a una tasa o recargo sobre los dem¨¢s estudiantes; las becas, como las carreteras, la diplomacia o la dependencia, las debemos financiar todos, no s¨®lo los padres de los estudiantes. Tambi¨¦n, porque resultar¨ªan harto enojosas las disputas sobre el nivel administrativo al que manejar los fondos (?todas las universidades, las de cada autonom¨ªa, cada universidad?). Por no mencionar que la propuesta es dudosamente constitucional y, al confundir las tasas con los impuestos, les transfiere los defectos de los impuestos finalistas.

Las pol¨ªticas de tasas y las pol¨ªticas de becas deben ser independientes. Las becas deben regirse por el principio de disminuir hasta un cierto nivel (a discutir, pero igual para todos los espa?oles) los costes materiales de estudiar, incluidos los costes oportunidad. Parece claro que las becas-salario no cubren ahora mismo m¨¢s que una porci¨®n de los salarios perdidos por los estudiantes, y que su cuant¨ªa deber¨ªa aumentarse. Pero siempre con cargo a los presupuestos generales, no a un impuesto o tasa particular. Por su parte, las tasas deben servir para regular el uso general de los servicios p¨²blicos y evitar abusos particulares. Deber¨ªan subirse si se piensa que hay demasiados universitarios y bajarlas si se cree que hay pocos (teniendo en cuenta que los m¨¢s afectados no son los m¨¢s ricos, sino los que est¨¢n en el l¨ªmite donde las becas no alcanzan); tambi¨¦n, como por lo dem¨¢s ya se hace, aumentarlas a los repetidores que abusan de la baratura del servicio. Pero, siendo distintas de los impuestos, los ingresos por tasas (o precios p¨²blicos) nunca deber¨ªan ser un objetivo en s¨ª mismo, sino tan s¨®lo un subproducto de su funci¨®n reguladora del buen uso de lo p¨²blico. Y, desde luego, sin conexi¨®n con las becas.

Julio Caraba?a es catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid.