El nudo gordiano de B¨¦lgica
La ca¨ªda del Gobierno de coalici¨®n y el adelanto de las elecciones obedece al viejo conflicto sobre biling¨¹ismo en la circunscripci¨®n que rodea la capital
La B¨¦lgica en constante vaiv¨¦n institucional acudir¨¢ a mediados de junio de nuevo a las urnas en unas elecciones anticipadas fruto de los seculares desacuerdos entre flamencos y valones. La causa formal de la consulta ha sido la ca¨ªda de un Gobierno de coalici¨®n de partidos flamencos y valones incapaz de cortar el nudo gordiano de la circunscripci¨®n electoral de Bruselas-Hal-Vilvorde (BHV), que encarna las debilidades y recelos del inestable sistema federal belga. En un pa¨ªs abocado a la nitidez ling¨¹¨ªstico-cultural fruto de la estricta separaci¨®n constitucional entre neerland¨®fonos de Flandes, al norte, y franc¨®fonos de Valonia, en el sur, el mestizaje de BHV (donde se mezclan unos y otros) es una anomal¨ªa que cuesta liquidar.
En la pureza ling¨¹¨ªstica de Flandes hay 'manchas' franc¨®fonas
Visto de cerca, el conflicto de BHV es tan complejo que hasta la propia prensa belga ha tenido en estos d¨ªas que publicar p¨¢ginas informativas con titulares del tipo BHV para tontos o ?Qu¨¦ es eso de BHV? Puesta en perspectiva, la cuesti¨®n es m¨¢s simple: limpiar BHV de las manchas franc¨®fonas que enturbian la pureza ling¨¹¨ªstica de Flandes permitir¨¢ a los flamencos convertir en frontera pol¨ªtica la frontera que divide al pa¨ªs en funci¨®n de la lengua desde 1963. En ese caso, y si la cuerda del federalismo se sigue estirando hasta romperse, la Flandes monoling¨¹e estar¨ªa en mejor situaci¨®n para reclamar la escisi¨®n del pa¨ªs. Es un supuesto te¨®rico llevado al extremo, con un horizonte temporal imposible de determinar, aunque los m¨¢s locuaces hablen de unos 20 a?os.
La B¨¦lgica que hoy conocemos naci¨® en 1830 con muchos condicionamientos y con el pecado original de optar por el franc¨¦s de las ¨¦lites nacionales (bruselenses, valonas y flamencas) como lengua oficial, en detrimento del neerland¨¦s, a la saz¨®n un conjunto de dialectos de las zonas m¨¢s desfavorecidas del pa¨ªs. Ese pecado lo siguen purgando hoy los belgas, pese a que el desajuste original haya sido reparado con sucesivas reformas ling¨¹¨ªsticas y de forma de Estado para acomodar la pujanza de la mayoritaria Flandes. Si 1963 fij¨® la frontera ling¨¹¨ªstica que divide el pa¨ªs en dos mitades, 1970 vio la primera reforma constitucional hacia el federalismo. Cinco reformas despu¨¦s, el r¨¦gimen federal belga sigue en evoluci¨®n y la pr¨®xima reforma, sexta de la serie, es la que no ha podido comenzar el Gobierno reci¨¦n ca¨ªdo de Yves Leterme.
En B¨¦lgica, la circunscripci¨®n para las elecciones parlamentarias es la provincia, cinco a cada lado de la frontera ling¨¹¨ªstica. Dado que el sistema institucional belga impide la existencia de partidos nacionales, los habitantes de Flandes votan exclusivamente por partidos neerland¨®fonos y los de Valonia, por los franc¨®fonos.
La provincia del Brabante flamenco, cuya mitad occidental cubre BHV, es la anomal¨ªa a ese r¨¦gimen polarizado. En la parte Hal-Vilvorde (HV), mayoritariamente neerland¨®fona, habitan unos 165.000 franc¨®fonos que pueden votar por candidatos de la franc¨®fona regi¨®n de Bruselas capital (franc¨®fona en m¨¢s del 85%). Adem¨¢s, esos franc¨®fonos tienen derecho a comparecer ante el juez en su propia lengua. El propio Tribunal Constitucional ha considerado tal situaci¨®n (franc¨®fonos en tierra de Flandes votando por partidos franc¨®fonos de otra regi¨®n) como una anomal¨ªa del r¨¦gimen general que debe desaparecer. La singularidad se ve subrayada por el hecho de que en seis de los 35 municipios de HV, con poblaci¨®n franc¨®fona que oscila entre el 40% y el 85%, rige un acuerdo ("comunas con facilidades") que les permite mantener relaciones en su lengua con las autoridades locales y cierta autonom¨ªa educativa y cultural.
Hasta ahora, todas las reformas institucionales se hab¨ªan hecho por consenso. Pero la crispaci¨®n creada por BHV se ha ido apoderando del terreno. Prueba de ello es que por primera vez los partidos flamencos intentaron imponer la pasada semana la separaci¨®n entre Hal-Vilvorde y Bruselas para aplicar a todos los vecinos de HV el r¨¦gimen electoral general. Los parlamentarios franc¨®fonos paralizaron el golpe recurriendo a la provisi¨®n constitucional pensada para defender a una comunidad ling¨¹¨ªstica que se sienta amenazada por la otra.
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