Consensos a la alemana, pero m¨¢s r¨¢pido
Al tiempo que merodean sobre Reino Unido los tiburones de los mercados, lo m¨¢s probable es que dos partidos de ese pa¨ªs deban ponerse r¨¢pidamente de acuerdo para gobernar y reducir el gasto p¨²blico
El fin de semana pasado, en Berl¨ªn, todos me preguntaban sin cesar sobre las elecciones brit¨¢nicas y yo les preguntaba a ellos c¨®mo se dec¨ªa en alem¨¢n "Parlamento sin mayor¨ªa". Ninguno supo ayudarme. En alem¨¢n, "Parlamento sin mayor¨ªa", "Parlamento igualado", se dice simplemente "Parlamento", porque el sistema de representaci¨®n proporcional adoptado por la Rep¨²blica Federal en 1949 produce habitualmente legislaturas sin ninguna mayor¨ªa absoluta. A bote pronto, de los ¨²ltimos 60 a?os, Alemania ha tenido menos de dos a?os de gobiernos de un solo partido o de minor¨ªa tolerada. El resto del tiempo, ha funcionado con gobiernos de coalici¨®n. Y, sin embargo, no da la impresi¨®n de que haya ese caos espantoso con el que ahora algunos diarios conservadores y populistas brit¨¢nicos como The Daily Mail y The Sun tratan de asustar a sus lectores.
Despu¨¦s de Grecia, Portugal; despu¨¦s de Portugal, tal vez la pierna de un surfista brit¨¢nico
Alemania demuestra que un gobierno de coalici¨®n puede llevar a cabo una pol¨ªtica econ¨®mica eficaz
Un ejemplo que supera cualquier parodia es la informaci¨®n aparecida en The Sun el martes. En la p¨¢gina 3, como cada d¨ªa, sal¨ªa una chica con los senos al aire, en esta ocasi¨®n, "Becky, 26 a?os, de Londres"; en el texto se le¨ªa lo siguiente: "Becky est¨¢ preocupada por la perspectiva de la reforma electoral en un Parlamento sin mayor¨ªa. Dice: 'En las legislaturas con representaci¨®n proporcional, es habitual que haya un gobierno de minor¨ªa o de coalici¨®n. Me horrorizar¨ªa vivir en un pa¨ªs como Italia, que ha tenido 61 gobiernos en 65 a?os; aunque me guste la comida italiana". Esta joya period¨ªstica iba detr¨¢s de una portada con un juego de palabras obsceno entre la falta de mayor¨ªa en el Parlamento y los atributos masculinos. "El miedo a un gobierno de coalici¨®n sacude Reino Unido", dec¨ªa el titular del art¨ªculo principal escrito por el redactor jefe de pol¨ªtica, que hablaba de las advertencias de "tories e importantes empresarios" de que "una coalici¨®n sumir¨ªa al pa¨ªs en el caos".
Por supuesto, eso no quiere decir que, por tener un Parlamento "igualado" como Alemania, vayamos a tener el ¨¦xito econ¨®mico alem¨¢n, como tampoco que vayamos a sufrir la inestabilidad pol¨ªtica italiana; ni la comida italiana, ya que estamos. Pero lo que demuestra Alemania es que es posible llevar a cabo una pol¨ªtica econ¨®mica eficaz con gobiernos de coalici¨®n; y lo que demuestra Grecia es que es posible tener una pol¨ªtica econ¨®mica desastrosa con un solo partido gobernando en mayor¨ªa. Todo depende de qui¨¦n y c¨®mo lo haga. Son muy importantes los detalles de los sistemas electorales y disposiciones constitucionales, por no hablar de la cultura pol¨ªtica y administrativa de cada pa¨ªs.
Cada variante tiene sus ventajas y sus inconvenientes. El sistema pol¨ªtico alem¨¢n, dise?ado para impedir el ascenso de otro Hitler, tiene muchos controles y equilibrios, casi incluso demasiados. Por ejemplo, la aportaci¨®n alemana al esfuerzo que van a hacer la eurozona y el FNI para rescatar a Grecia depende de las elecciones provinciales en Renania del Norte-Westfalia el 9 de mayo, que afectar¨¢ al equilibrio de poder en la C¨¢mara alta del pa¨ªs. Sin embargo, despu¨¦s de que hayan calificado la deuda griega de basura y de que el rendimiento de los bonos griegos de dos a?os ascendiera a un asombroso 38% el mi¨¦rcoles, es evidente que los mercados de bonos no est¨¢n inclinados a esperar.
Hubo una ¨¦poca, hace 10 a?os, en la que se o¨ªa decir a algunos alemanes que necesitaban un sistema uninominal mayoritario como el del Reino Unido para las elecciones. S¨®lo as¨ª podr¨ªan llevar a cabo unas reformas econ¨®micas decisivas que les permitieran salir de la depresi¨®n post-unificaci¨®n. Pero el ¨²ltimo decenio ha demostrado que esos cantos de sirena se equivocaban. Alemania ha hecho unos ajustes econ¨®micos dif¨ªciles, como rebajar los costes laborales unitarios, y los ha hecho, en gran parte, en cooperaci¨®n con los sindicatos. El estilo alem¨¢n de "cambio mediante el consenso" tarda m¨¢s que el de Margaret Thatcher, pero crea menos divisiones sociales y, al final, es m¨¢s duradero.
Con los tiburones de los mercados de bonos dando vueltas alrededor de Europa, olisqueando sangre -despu¨¦s de Grecia, Portugal; despu¨¦s de Portugal, tal vez una pierna de un surfista brit¨¢nico-, ¨¦ste no es el momento ideal para pensar en reformar el sistema electoral brit¨¢nico. Deb¨ªa haberse abordado tras la victoria electoral de Tony Blair en 1997, acompa?ando al traspaso de poderes a Escocia y Gales (otros dos lugares en los que no parece que el edificio se venga abajo por tener un "Parlamento sin mayor¨ªa"). Pero el laborismo, emborrachado por el alcance de su victoria, se neg¨® a aprovechar la ocasi¨®n hist¨®rica.
Como muestra un estudio reciente del nuevo Centro de Pol¨ªtica de la Academia Brit¨¢nica, el sistema unipersonal mayoritario era razonable en 1951, cuando el 97% de los votos iba a parar a los conservadores o los laboristas. En las ¨²ltimas elecciones generales, en 2005, los dos "viejos" partidos (para utilizar el t¨¦rmino que emplea Clegg) obtuvieron s¨®lo el 69% entre los dos. Esta erosi¨®n gradual de la pol¨ªtica bipartidista, que hace que los gobiernos brit¨¢nicos sean cada vez menos representativos, se ha convertido en una aut¨¦ntica avalancha debido a la repugnancia popular ante el esc¨¢ndalo de los gastos de los parlamentarios.
Puede que no sea el momento ideal, pero es el momento en el que estamos. De no producirse un cambio trascendental en la ¨²ltima semana de campa?a, que haga que los conservadores ganen por mayor¨ªa absoluta, tendremos lo que nosotros llamamos un "Parlamento igualado" y los alemanes llaman simplemente Parlamento. Entonces los pol¨ªticos brit¨¢nicos tendr¨¢n que empezar a comportarse como los alemanes, pero sin unas reglas claras (habr¨¢ seguramente una serie de "pautas convencionales" inventadas por la Oficina de Presidencia), sin ninguna experiencia sobre c¨®mo actuar, y con necesidad de hacerlo a la velocidad alemana multiplicada por 10.
Porque, si el "cambio mediante el consenso" a la alemana es lento, tambi¨¦n lo es construir coaliciones. Las negociaciones pueden durar semanas. En el Reino Unido va a haber que tomar decisiones urgentes y dif¨ªciles sobre gasto p¨²blico y fiscalidad, para mantener alejados a los tiburones de los mercados de bonos. Si la cumbre de la eurozona prevista para el 10 de mayo (no es casualidad que sea al d¨ªa siguiente de las elecciones de Renania del Norte-Westfalia) no consigue salvar a Grecia, los tiburones tendr¨¢n un mont¨®n de ricos alimentos continentales con los que saciar su hambre. Si la cumbre saca a Grecia del agua, con mordiscos pero viva, y arroja un salvavidas a Portugal, los tiburones tal vez decidan mordisquear las piernas de la hermosa Britannia ("26 a?os, de Londres") mientras chapotea en unas aguas que le resultan desconocidas.
Es decir, que lo que en Alemania es un proceso de cinco semanas debe lograrse aqu¨ª en cinco d¨ªas. Una construcci¨®n de consensos a la alemana pero con rapidez brit¨¢nica. Eso significa que, desde la ma?ana del 7 de mayo, los dirigentes pol¨ªticos brit¨¢nicos tendr¨¢n que empezar a actuar como adultos y no como esos jovenzuelos a los que vemos gritarse durante las sesiones de control en la C¨¢mara de los Comunes.
Sea una coalici¨®n formal o un gobierno de minor¨ªa tolerada, haya un acuerdo entre liberales y conservadores o entre liberales y laboristas, debemos ponernos de acuerdo sobre dos cosas: c¨®mo avanzar hacia la reforma electoral y c¨®mo progresar en la cuesti¨®n de las finanzas p¨²blicas. Despu¨¦s de medio siglo de exclusi¨®n injusta, los liberales estar¨ªan locos y equivocados si no insisten en lo primero; y los intereses nacionales exigen lo segundo. El principal analista de la agencia de calificaci¨®n de cr¨¦ditos Moody para Reino Unido dijo hace poco a The Financial Times que, si una coalici¨®n aprobara un plan fiscal, "podr¨ªa ser muy positivo, porque implicar¨ªa un amplio apoyo popular". Pero los pol¨ªticos tendr¨¢n que llegar primero, y deprisa, a un punto de partida en el que nunca han estado, al tiempo que se comprometen a hacer unos recortes del gasto p¨²blico para el que ninguno de ellos (ni siquiera los dem¨®cratas liberales, aunque son los que m¨¢s se han acercado) han preparado todav¨ªa a la poblaci¨®n brit¨¢nica.
Y ¨¦se no es m¨¢s que el comienzo. Luego tendr¨¢n que elaborar una nueva forma de hacer pol¨ªtica en el Reino Unido, sobre la marcha, sin manual de instrucciones que les gu¨ªe. Ser¨¢ un proceso interesante.
Timothy Garton Ash es catedr¨¢tico de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford e investigador en la Hoover Institution de la Universidad de Stanford. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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