Seg¨²n se mire
Dice un amigo m¨ªo cul¨¦ de toda la vida que esta Liga se le est¨¢ haciendo enormemente larga. Vamos, que la cosa no acaba nunca, que el Madrid no afloja y que todos, absolutamente todos, los partidos le parecen tener una trampa escondida. Le gustar¨ªa a mi amigo llegar a estos ¨²ltimos 12 puntos con un margen mayor respecto al segundo, de forma y manera que pudiera disfrutar del bocata del descanso sin estar pensando en si la diferencia del marcador es la justa, si el cansancio aparecer¨¢ en los jugadores o si el rival se vestir¨¢ de aguafiestas para robar la alegr¨ªa de las gradas del Camp Nou. Tambi¨¦n le tiene amargado a mi amigo eso de tener que mirar con el rabillo del ojo los partidos del Madrid, que, por mucho que se niegue, tienen una buena parte de seguidores en aficionados del Bar?a que se re¨²nen en busca de los puntos necesarios para una recta final placentera.
Ninguno cede en una lucha que, si al primero se le hace larga, justo lo contrario debe de pensar su perseguidor
Y yo doy la raz¨®n a mi amigo porque es verdad que esta Liga parece no acabarse nunca y es verdad que en esta competici¨®n nuestra los pinchazos de los grandes se miden en empates, lo que obliga a afinar mucho el nivel de rendimiento de los equipos. Pero luego se me ocurre mirar el asunto desde el otro lado, desde el otro punto de vista, y todo ellos se me aparecen mientras veo al Mallorca llevarse los tres puntos de San Mam¨¦s con gran solvencia y efectividad. Y se me ocurre que la temporada se le est¨¢ haciendo muy larga a mi Athletic, que a este s¨ª que se le est¨¢ (se nos est¨¢) haciendo largo este rush final de la temporada. O miro al Sporting, al M¨¢laga, al Racing, envueltos en turbulencias que hace un mes parec¨ªan lejanas a todos ellos, con la calculadora en la mano, jugando a las probabilidades y las estad¨ªsticas para deducir el n¨²mero de puntos necesarios para quedarse en la Primera Divisi¨®n.
Y, de pronto, se me ocurre ponerme en la piel de Javier Clemente en su vestuario de Valladolid, mirando el calendario que tienen por delante, y me lo quiero imaginar pensando que esta Liga se le va a hacer demasiado corta, que a este momento dulce que ha encontrado en un equipo que parec¨ªa desahuciado le van a faltar jornadas para consolidar los puntos que le lleven a una salvaci¨®n m¨¢s cercana al milagro que al logro humano. Y, si esto pasa en Pucela, ?qu¨¦ deben de estar rumiando en Jerez, donde hace unos meses parec¨ªa que los equipos visitantes acud¨ªan como el que llega al surtidor de gasolina para ponerse tres puntos seguros en el dep¨®sito dejando a los locales con la sensaci¨®n de ser un segunda jugando en Primera? Y ahora la calculadora de los sue?os les permite levantar la mirada y encontrar un horizonte posible donde antes s¨®lo hab¨ªa burbujas de aire bajo el agua. ?Le llegar¨¢ al equipo jerezano con estos 12 puntos para sobrevivir? Seguro que a ellos tambi¨¦n les gustar¨ªa que esta Liga tuviera otro mes de competici¨®n.
Claro que se me ocurre que algo de eso debe de estar pasando por la parte alta de la tabla, all¨ª donde el Bar?a y el Madrid se han metido en una pelea que no deja puntos para los dem¨¢s. Una lucha en la que ninguno cede. Una lucha en la que, si al primero se le est¨¢ haciendo larga, justo lo contrario es lo que debe de estar pasando en el bando perseguidor, all¨ª donde las jornadas tachadas no llevan consigo adelantar al eterno rival. Y cada vez quedan menos oportunidades, y cada vez quedan menos minutos, y cada vez est¨¢ m¨¢s cerca la pancarta de la meta. No aflojar para vencer, no aflojar para remontar. Habr¨¢ que hablar con Pedro Horrillo para que nos cuente c¨®mo se vive esto sobre una bicicleta.
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