Quien se mueve vive m¨¢s
El ejercicio de fuerza, m¨¢s eficaz en ancianos que la polimedicaci¨®n - Los expertos animan a ir al gimnasio a los 90 para ganar calidad de vida
Jerry Morris demostr¨® hace m¨¢s de 50 a?os que el ejercicio era bueno para la salud con un estudio publicado en The Lancet en el que se observaba c¨®mo mor¨ªan mucho m¨¢s j¨®venes los conductores de los autobuses de Londres, todo el d¨ªa sentados ante el volante, que los cobradores, que no paraban de moverse, escaleras arriba, escaleras abajo, cobrando a los pasajeros. El resto de su existencia, el venerado y longevo Morris fue un ejemplo de la verdad de sus teor¨ªas. Hasta su muerte, en octubre pasado, a los 99 a?os, sigui¨® haciendo ejercicio, nadando, desplaz¨¢ndose en bicicleta. Evidentemente, desde su perspectiva, Morris habr¨ªa considerado evidente el experimento llevado a cabo hace unos meses con 40 nonagenarios en una residencia de ancianos de Madrid por Jos¨¦ Antonio Serra, director del Departamento de Geriatr¨ªa del hospital Gregorio Mara?¨®n, y Alejandro Luc¨ªa, catedr¨¢tico de Fisiolog¨ªa del Ejercicio de la Universidad Europea de Madrid. Quiz¨¢s, incluso, Morris, o el sueco Per Olof Astrand, otro de los padres de la ciencia del deporte, que a los 88 a?os, dos semanas despu¨¦s de operarse de la cadera, iba en bicicleta al trabajo, se habr¨ªan prestado voluntarios para contribuir a¨²n m¨¢s a demostrar que, digan lo que digan muchos, a los viejos, y tambi¨¦n a los muy viejos, les viene muy bien hacer ejercicio de fuerza, de buena intensidad, hacer pesas en el gimnasio tambi¨¦n.
La FDA dijo que la EPO, probada en enfermos, aumenta la mortalidad
Un estudio confirma un 17% de aumento muscular en nonagenarios
"Los viejos mueren porque hace fr¨ªo y no salen de casa" dice un geriatra
Los efectos s¨®lo se ven tras esfuerzos muy intensos, dice un experto
"El horror a envejecer no nace del miedo a morirse, sino del miedo a la incapacidad, a la p¨¦rdida de independencia, a lo que no curan los f¨¢rmacos", dice Serra. Desde que ley¨® en 1994 un estudio con personas de m¨¢s de 90 a?os en el New England Journal of Medicine (NEJM) no ha dejado de so?ar con hacer algo similar en Madrid. "Los viejos se atrofian por una discapacidad progresiva, se atrofian porque no se mueven, porque hace un invierno fr¨ªo y no salen de casa, porque viven en un cuarto sin ascensor y est¨¢n recluidos, porque llegan al hospital andando con una neumon¨ªa y pasan 15 d¨ªas en cama y salen con la neumon¨ªa curada pero en silla de ruedas, las piernas ya no les sujetan y ya no se levantan m¨¢s. Y la soluci¨®n que les ofrece la sociedad son f¨¢rmacos, cuando el problema son los h¨¢bitos. Seguimos las directrices de la industria".
Es la medicina de la polip¨ªldora. Serra habla de c¨®mo la industria farmac¨¦utica est¨¢ investigando para dar con una pastilla contra la atrofia muscular, un intento m¨¢s cuando a¨²n est¨¢ de moda la hormona del crecimiento, considerada en muchos geri¨¢tricos de alto standing la p¨ªldora de la eterna juventud -y de ingresos para los m¨¦dicos que la prescriben- o la testosterona. Ambas hormonas sint¨¦ticas comenzaron a fijar su prestigio, parad¨®jicamente, gracias a la lucha contra el dopaje en el deporte: si convierten a deportistas normales en m¨¢quinas, ?qu¨¦ no van a poder hacer con los ancianos? Podr¨ªa haber mencionado tambi¨¦n Serra la eritropoyetina sint¨¦tica, la m¨ªtica EPO.
Sintetizada por ingenier¨ªa gen¨¦tica por primera vez a finales de los ochenta, la EPO, una hormona que dirige la fabricaci¨®n de gl¨®bulos rojos, los que transportan el ox¨ªgeno en la sangre para dar vida a los m¨²sculos, transform¨® durante d¨¦cadas a mulas laboriosas en purasangres del deporte, sobre todo en especialidades de resistencia. Cambi¨® la vida, para mejor, de los enfermos de ri?¨®n sometidos a di¨¢lisis, que pudieron olvidarse de las engorrosas y peligrosas transfusiones de sangre. Mejor¨® tambi¨¦n el rendimiento de los ciclistas hasta l¨ªmites con los que no pod¨ªan so?ar y, a partir de ah¨ª, se aprob¨® su uso tambi¨¦n para todo tipo de enfermos -cardiacos, oncol¨®gicos- que desarrollaran anemias. Si los ciclistas van mil veces mejor con un hematocrito de 50 que con uno de 40, ?no ser¨¢ mejor uno de 40 para los enfermos que uno de 30, que les permite moverse lo justo?
No, fue la respuesta hace unos meses en el NEJM, unos a?os despu¨¦s de la moda, de la Food and Drugs Administration (FDA), el organismo de control farmac¨¦utico de EE UU. En una revisi¨®n profunda de ensayos y estad¨ªsticas tras 20 a?os de EPO, lleg¨® a la conclusi¨®n de que no s¨®lo no era verdad la hip¨®tesis de que a m¨¢s hematocrito mejor calidad, sino que, incluso, una elevaci¨®n r¨¢pida y excesiva de hematocrito mediante inyecciones de EPO provocaba mayor mortalidad.
"Aunque aumente el transporte de ox¨ªgeno, la EPO no aumenta necesariamente el consumo de ox¨ªgeno, el volumen m¨¢ximo (VO2 max) de los no deportistas, y menos a¨²n de los sedentarios. En ellos el VO2 max es ¨ªndice de su calidad y esperanza de vida, que s¨®lo se aumenta mediante el entrenamiento, el ejercicio", dice Alejandro Luc¨ªa. "As¨ª que la EPO no aumenta la calidad de vida, porque aunque aumente la cantidad de ox¨ªgeno en sangre, si no hay m¨²sculos a los que alimentar, ?para qu¨¦ hace falta el ox¨ªgeno?". Para hacer m¨²sculo hay que mover las piernas.
El estudio con los 40 nonagenarios (32 mujeres y ocho hombres) se desarroll¨® durante ocho semanas en la residencia Los Nogales, en Madrid. Aleatoriamente, se les dividi¨® en dos grupos de 20, uno hizo de control y otro se someti¨® a tres sesiones semanales de ejercicios de fuerza, fundamentalmente prensa de piernas, en la que se iba incrementando la resistencia. El grupo entrenado mostr¨® un aumento del 17% en fuerza muscular en las piernas, mientras que en el de control decreci¨®. "Y el aumento s¨®lo lo medimos a partir de una semana de trabajo en la que los sujetos se familiarizaron con la t¨¦cnica de la m¨¢quina. Si no, habr¨ªa sido m¨¢s espectacular", dice Serra. "Adem¨¢s, tambi¨¦n es muy importante otro resultado: en el grupo de entrenados se produjeron despu¨¦s menos ca¨ªdas que en el de control. Y ellos, subjetivamente, se sintieron mucho mejor. Acostumbrados a comprobar c¨®mo envejecer equivale a perder, a ser cada d¨ªa menos capaces, vieron c¨®mo pod¨ªan ganar". "Y unas semanas despu¨¦s", dice Alejandro Luc¨ªa, "a¨²n se manten¨ªa la mejora: hab¨ªa aumentado su diferencia".
"Tal fue el ¨¦xito, que por la tarde ten¨ªamos que cerrar el gimnasio. Los del grupo de control no entend¨ªan por qu¨¦ no les dej¨¢bamos hacer ejercicio y se colaban para machacarse por su cuenta".
"La fuerza, las pesas, es muy agradecida", dice Alejandro Luc¨ªa, quien antes de centrar sus investigaciones en la gen¨¦tica y en los beneficios del ejercicio en los enfermos trabaj¨® con deportistas profesionales, a los que se aplic¨® hace a?os el entrenamiento de fuerza. "En ejercicio funciona la correlaci¨®n dosis-respuesta".
"Es curioso c¨®mo en las recomendaciones de las asociaciones de m¨¦dicos se dice que mucho cuidado con el ejercicio, que no hay que pasarse", dice Ricardo Mora, catedr¨¢tico de Fisiolog¨ªa en la Universidad de Castilla-La Mancha. "Y, sin embargo, las grandes adaptaciones en el organismo, los efectos del entrenamiento, s¨®lo se producen tras esfuerzos intensos".
"Los m¨¦dicos no saben muy bien c¨®mo manejar el ejercicio, no prescriben ejercicio, sino que lo recomiendan y, a veces, lo proh¨ªben, como si fuera peligroso", dice Alejandro Luc¨ªa. "En todo caso dicen que se haga con moderaci¨®n, o proh¨ªben a la gente que corra, cuando a veces es su mayor satisfacci¨®n en la vida. Su calidad de vida es el ejercicio, y las adaptaciones son imposibles si no se suda, si no hay esfuerzo".
La edad media de los enfermos de Serra es 87 a?os; la de las roturas de cadera es 84 a?os: el 30% morir¨¢ en menos de un a?o, y muchas veces por no hacer ejercicio. "La estancia hospitalaria los enferma m¨¢s que la fractura", dice Serra. "Se recomienda que se les opere a las 48 horas de la fractura y que apoyen el pie a las 48 horas de la operaci¨®n, pero muchas veces pasa m¨¢s de una semana hasta que se les opera y otro tanto para que inicien la rehabilitaci¨®n. Y adem¨¢s, casi la mitad sufre confusiones mentales durante su estancia. Y no tiene sentido, con enfermos del coraz¨®n, hacerles intervenciones costosas y luego decirles que no se muevan, dejarles vivos pero sin vida".
Serra propugna, con poco optimismo, la implantaci¨®n de gimnasios y programa de ejercicio en los hospitales, m¨¢s all¨¢ de la rehabilitaci¨®n normal. "Imitar a la calle, donde cada vez se ve a m¨¢s gente mayor haciendo ejercicio". Tambi¨¦n cree que los m¨¦dicos acabar¨¢n proponiendo antes cambios de h¨¢bitos que pastillas, que sabr¨¢n qu¨¦ actividad prescribir, c¨®mo dosificarla, c¨®mo ense?ar a practicarla. "Los viejos se mueren principalmente del coraz¨®n y de c¨¢ncer", dice. "El primer paso contra ello no son las pastillas, sino el ejercicio. S¨®lo con andar se previene la enfermedad, y cuando golpea es menos grave: a igualdad de factores de riesgo, quienes m¨¢s se mueven mueren m¨¢s tarde. Nunca es tarde para empezar con h¨¢bitos saludables, ni siquiera despu¨¦s de los 90 a?os".
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