Herman Puig, animador cultural y elegante fot¨®grafo del desnudo
El Ateneo homenajea al fundador de la Cinemateca de Cuba
Conoc¨ª a Germ¨¢n Puig (La Habana, 1928) en un hermoso piso-estudio del Madrid de los Austrias un d¨ªa muy caluroso de 1965, y ya entonces este cubano apuesto y elegante de treinta y tantos a?os era un gran fot¨®grafo, especializado en desnudos masculinos y femeninos tan estilizados de luz y pose como rotundamente carnales. Me llev¨® a su estudio Terenci Moix, que le admiraba mucho, y en la conversaci¨®n de una tarde memorable salieron a relucir, entre otros, los nombres de dos amigos ¨ªntimos de Puig, N¨¦stor Almendros y Guillermo Cabrera Infante, entonces desconocidos para nosotros; N¨¦stor, al que yo hab¨ªa encontrado ese mismo verano de 1965 en Barcelona, era un cin¨¦filo amateur que sab¨ªa m¨¢s de literatura que de cine, y Cabrera Infante no hab¨ªa publicado Tres tristes tigres.
La mejor pel¨ªcula de Puig es su propia vida, en fuga permanente
Hoy, Germ¨¢n ha germanizado un poco su nombre art¨ªstico y se hace llamar Herman Puig, quiz¨¢ como homenaje a uno de los fot¨®grafos hist¨®ricos que m¨¢s venera, el bar¨®n Von Gloeden. Octogenario pero muy vivaz, y dotado de una gran memoria, Puig sigue activo en su refugio del Borne barcelon¨¦s, aunque a las ocho de la tarde, ser¨¢ objeto de un homenaje en el Ateneo de Madrid. Lo dif¨ªcil en su caso es elegir, entre tantos, los motivos para se?alar sus m¨¦ritos como creador y animador cultural. ?l se siente muy orgulloso de haber creado con Ricardo Vig¨®n el Cine-Club de La Havana, que ser¨ªa luego el fermento de la Cinemateca de Cuba, para la que Puig cont¨® con el apoyo decidido del legendario Henri Langlois, el padre de la Cinemateca de Par¨ªs y a trav¨¦s de ella de la nouvelle vague, a la que, por cierto, tanto contribuir¨ªa N¨¦stor Almendros fotografiando algunas de las mejores pel¨ªculas de Truffaut y Rohmer.
Aunque en los primeros a?os de 1950 Germ¨¢n Puig realiz¨® dos cortos en La Habana (las im¨¢genes del segundo e inacabado, El visitante, son fascinantes en su modernidad tem¨¢tica y formal), yo dir¨ªa que su mejor pel¨ªcula es su propia vida. Una vida en fuga permanente pero voluntaria, llevado por el impulso de ser libre y sentirse a gusto en su trabajo, que, sin ser exhaustivo, ha pasado por etapas de editor de libros de fotograf¨ªa, adaptador para el cine de un cuento de Bioy Casares, actor y consejero art¨ªstico de la pel¨ªcula Golpe de suerte del poeta malague?o Manuel Altolaguirre, manteniendo siempre como elemento central la fotograf¨ªa, y dentro de ella el retrato; son extraordinarios, por ejemplo, los muchos que ha tomado de su amiga Luc¨ªa Bos¨¦. Elena Garro, la gran escritora mexicana y primera mujer de Octavio Paz, cuenta en un bello texto sobre Puig la frase que siempre le dec¨ªa Almendros a su compatriota: "?Germ¨¢n, sienta cabeza!". Ni Germ¨¢n, ni ahora Herman, le hicieron caso. Por suerte.
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