Miquel Sigu¨¢n, un defensor de la pluralidad ling¨¹¨ªstica
El estudioso reflexion¨® sobre la convivencia del catal¨¢n y el castellano
Miquel Sigu¨¢n (Barcelona, 1918) falleci¨® el s¨¢bado en Barcelona tras una vida dedicada a la psicolog¨ªa y, en especial, a la psicolin-g¨¹¨ªstica. Fue uno de los principales promotores de la Facultad de Psicolog¨ªa. Cuando obtuvo la c¨¢tedra de la especialidad en la Universidad de Barcelona (UB), la carrera no exist¨ªa como tal, sino que se hallaba integrada dentro del conglomerado que entonces englobaba Filosof¨ªa y Letras. De hecho, este tipo de estudios se desarrollaron en Barcelona ampliamente a partir de los a?os sesenta, en paralelo a las actividades en el resto de Espa?a de autores como Mariano Yela y Jos¨¦ Luis Pinillos.
Sigu¨¢n tuvo una vida ajetreada. A los 20 a?os, en 1938, fue movilizado y enviado al frente de Teruel, periodo de su vida que contar¨ªa a?os m¨¢s tarde en el libro La guerra als 20 anys (La guerra a los 20 a?os), uno m¨¢s de la treintena de vol¨²menes que deja.
De sus obras, una de las m¨¢s influyentes y debatidas fue Espa?a pluriling¨¹e. En ella, a partir de los trabajos sobre psicolin-g¨¹¨ªstica realizados a lo largo de su vida universitaria, reflexionaba sobre la convivencia del castellano y el catal¨¢n en Catalu?a y de las diversas lenguas peninsulares en el conjunto de Espa?a. Y acababa con un canto a la pluralidad. Especialmente la ling¨¹¨ªstica. Para Sigu¨¢n, una lengua con pocos hablantes (siempre en t¨¦rminos relativos) tiene perfecto derecho a existir, pero no debe perder de vista que no siempre eso es lo mejor para los ciudadanos. Como ejemplo se?alaba pa¨ªses como Holanda y Dinamarca, que hab¨ªan apostado claramente por dotar a sus nacionales de m¨¢s de un idioma. En realidad, sosten¨ªa en esa obra, la afirmaci¨®n de la identidad entre naci¨®n e idioma no se sostiene, aunque se trate de un prejuicio rom¨¢ntico con abundantes defensores.
Pero eso, sosten¨ªa, no debe llevar al abandono de las lenguas minoritarias en beneficio de las que tengan mayor presencia mundial. Por ejemplo, defend¨ªa que en la multiling¨¹e Uni¨®n Europea habr¨ªa que evitar que el ingl¨¦s se convirtiera en la segunda lengua de todos. Y no dejaba de mostrar su perplejidad ante el hecho de que, frente a esa tendencia, la voz principal fuera la de Francia, cuya pol¨ªtica interior es abiertamente contraria al pluralismo ling¨¹¨ªstico. Espa?a, afirmaba, a trancas y barrancas ha terminado por espolear la pluralidad incluso en territorios gobernados por la derecha espa?olista (caso de la Galicia del PP) lo que har¨ªa que pudiera defender la pluralidad en la UE con muchos m¨¢s argumentos.
Sigu¨¢n era profesor em¨¦rito de la UB, asesor de la Unesco y, en 1988, le fue otorgada la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalu?a.
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