El d¨ªa del homenaje
El nuestro es un pa¨ªs arisco. Por eso se dice que "Dios nos libre del d¨ªa de los homenajes" porque suelen ser f¨²nebres. Nos cuesta reconocer los m¨¦ritos de nuestros compatriotas. Pero, sin ¨¢nimo alguno de enterrar al personaje, convendr¨ªa antes de proseguir la cr¨ªtica, que oxigena de modo tan ben¨¦fico a quienes est¨¢n en el poder, abrir una breve pausa para compendiar algunos aciertos del presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero.
Por ejemplo, que nos haya librado del apag¨®n estad¨ªstico en que nos sum¨ªan sus antecesores del Partido Popular. Ayer mismo, supimos todos al mismo tiempo los datos de la ¨²ltima encuesta del CIS. Fueron facilitados sin la envoltura interesada y tergiversadora que antes le a?ad¨ªa el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, lo cual es muy de agradecer. Otra cosa es que la base estad¨ªstica permita despu¨¦s que cada uno le a?ada interpretaciones y sesgos, conforme a su leal saber o a sus compromisos.
Al Gobierno le corresponde que cumplamos nuestros deberes de austeridad en solidaridad con la UE
En medio de la galerna perdemos tambi¨¦n la conciencia del camino recorrido pero al impulso del presidente Zapatero se deben avances varios muy relevantes. Recordemos que se ha hecho posible una alternativa de Gobierno en el Pa¨ªs Vasco, instalada con naturalidad sin el Apocalipsis que algunos pronosticaban. Que las nuevas disposiciones legales han liberado a la Radio Televisi¨®n Espa?ola de su arrastrada condici¨®n de servicio dom¨¦stico del Gobierno de turno, lo cual supone una renuncia a la manipulaci¨®n que ninguno de sus predecesores en La Moncloa se atrevi¨® a emprender. Que la eliminaci¨®n de la publicidad en RTVE le ha permitido abandonar la competencia con las privadas a la b¨²squeda siempre de mayores audiencias comercializables, una senda que nos ha llevado a la degeneraci¨®n de la televisi¨®n basura, de manera que ahora se atisba el nuevo horizonte del servicio p¨²blico.
Sin ¨¢nimo exhaustivo se?alemos otros aciertos como el que acompa?a a la lucha antiterrorista de la mano del ministro Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, la soluci¨®n del chantaje a que nos ten¨ªan sometidos los controladores a¨¦reos a los que ha sabido embridar el ministro Jos¨¦ Blanco, la multiplicaci¨®n de las inversiones en I+D+i, los reconocimientos que implica la Ley de Dependencia o el intento admirable del Pacto por la Educaci¨®n del que el Partido Popular en l¨ªnea de ruptura ha preferido desertar. Pero esta no es la foto de final de curso, ni de legislatura y al Gobierno de Zapatero corresponde hacer frente a exigencias inaplazables por el bien del pa¨ªs y porque por todas partes se reclama que cumplamos nuestros deberes de austeridad que est¨¢n en la base de la solidaridad esperable de los dem¨¢s socios del euro y de la UE.
Entre las primeras, se impone abordar sin demora la renovaci¨®n del Tribunal Constitucional porque a todos interesa que est¨¦ en condiciones de m¨¢xima legitimidad. Para hacer frente a las segundas no bastan medidas aisladas e inconexas. Es necesario un verdadero plan que d¨¦ idea de coherencia. Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Carece de sentido que tengamos 47 aeropuertos p¨²blicos a distancias ¨ªnfimas que luego cada Ayuntamiento o comunidad aut¨®noma pretende llenar de un tr¨¢fico subvencionado convenido con las l¨ªneas llamadas de low cost. Cuanto antes el AVE debe llegar a la T-4, a la nueva terminal del Prat y al aeropuerto de Lisboa para proceder al cierre ordenado de los aeropuertos que carezcan de sentido.
Otro tanto cabe decir de las Universidades que suman ya 50 p¨²blicas y 27 privadas, nacidas de la pretensi¨®n de que todo aspirante tengan una universidad a la puerta de casa. Cu¨¢nto mejor y m¨¢s sano es para los estudiantes abandonar pronto el domicilio familiar para acudir a los centros que ofrecen m¨¢s calidad con un profesorado prestigioso.
Adem¨¢s, como se?alaba un alto funcionario, ser¨ªa m¨¢s barato en el caso de algunas universidades de muy peque?o tama?o, que andan buscando desesperadamente alumnos, pagarles a todos sus licenciaturas en Harvard antes que seguir afrontando los gastos de funcionamiento que generan.
As¨ª llegamos, por hoy, al derroche de las televisiones auton¨®micas y municipales que lastran de manera tan gravosa los presupuestos respectivos. Se comprende bien que las autoridades del lugar est¨¦n muy apegadas a sus perritos falderos radiotelevisivos, entrenados como pregoneros de sus virtudes pol¨ªticas, pero su coste a estas alturas resulta insostenible.
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