Cuidadito con Facebook y otros
El mi¨¦rcoles 5 de mayo varios suscriptores de Facebook tuvieron acceso -sin haberlo solicitado- a informaci¨®n privada de algunos amigos, concretamente al texto de sus intercambios por chat.
La misma semana VeriSign, una de las empresas de ciberseguridad m¨¢s respetadas, revelaron que un tal "Krillos, que vende acceso a perfiles de usuarios de Facebook, dice contar con 1,5 millones y los vende por miles a un precio de entre 35 y 45 d¨®lares. Seg¨²n ¨¦l lleva vendidos 700.000".
Facebook asegura que fanfarronea. A dichos problemas t¨¦cnicos debemos agregar los que provienen de nuestra forma de utilizar el sistema. Cuando las autoridades de EE UU implicaron al ciudadano estadounidense de origen paquistan¨ª Faisal Shahzad en el atentado fallido de Times Square, miles de webactores se fueron tras sus huellas en la red. Hallaron muchas. El problema es que tan s¨®lo en Facebook aparec¨ªan m¨¢s de 500 personas con el mismo nombre. Los datos err¨®neos circularon y se publicaron en los medios.
No es la primera vez, basta recordar el drama de Neda Soltani. Su nombre se parec¨ªa al de Neda Agha-Soltan, la joven que muri¨® en una manifestaci¨®n (en la que al parecer no participaba) en Teher¨¢n y cuya foto dio innumerables veces la vuelta a la web y al mundo. Adem¨¢s de tener un nombre similar al de la muerta se parec¨ªa f¨ªsicamente. Los manifestantes sacaron su foto de la web y desfilaron con ella por las calles de Teher¨¢n. La confusi¨®n fue tan grotesca que la pobre tuvo que abandonar el pa¨ªs e intentar crearse una nueva vida en Alemania.
Facebook, Google y los dem¨¢s tienen algo de responsabilidad, pero no toda. Debemos aprender a manejar con m¨¢s cuidado tanto la informaci¨®n que les proporcionamos como la que nos facilitan.
Todas las empresas de la Web social funcionan gracias a la informaci¨®n que voluntariamente les proveemos. A Google, por ejemplo, lo alimentamos con los enlaces que activamos se?al¨¢ndole los que juzgamos m¨¢s interesantes. El genio de Facebook consiste en invitar a cada uno de nosotros a aportar informaci¨®n personal tanto sobre qui¨¦nes somos como sobre qui¨¦nes son nuestros amigos.
Cuanta m¨¢s informaci¨®n aportemos y cuanta m¨¢s circule entre el mayor n¨²mero posible de sitios, mejor funciona el sistema. Le permite ofrecernos un servicio personalizado: avisos que pueden sernos ¨²tiles y, a la par, publicidad a medida.
Una b¨²squeda a partir de las nuevas herramientas de Google me permite saber qu¨¦ han opinado mis amigos, o mis conocidos, sobre los temas que me preocupan. Todo ello no es posible llevarlo a cabo con un gran respeto a la privacidad. La evoluci¨®n de Facebook lo deja claro.
La Electronic Frontier Foundation (EFF), respetada organizaci¨®n defensora de nuestros ciberderechos, recuerda que en 2005 Facebook certificaba que "ninguna informaci¨®n personal
ser¨¢ accesible a usuario alguno del sitio que no pertenezca por lo menos a unos de los grupos seleccionados en sus opciones de privacidad".
En diciembre de 2009 a los usuarios de Facebook se nos inform¨®: "algunas categor¨ªas de informaci¨®n tales como su nombre, la foto de su perfil, la lista de sus amigos, las p¨¢ginas de las cuales es fan, su g¨¦nero, regi¨®n geogr¨¢fica y redes a las que pertenece son consideradas p¨²blicamente accesibles a cualquiera incluidas las aplicaciones hechas para Facebook y, por lo mismo, carecer¨¢n de opciones de privacidad".
En abril de 2010 nos informaron: "si usted eligi¨® 'cualquiera' en la configuraci¨®n b¨¢sica (default) de privacidad , cuando se conecte con una aplicaci¨®n o un sitio web, ¨¦ste tendr¨¢ acceso a su informaci¨®n general de Facebook.
Mark Zuckerberg, jefe de Facebook, insin¨²a que la privacidad "no importa". Aventura que la sensibilidad a la privacidad est¨¢ desapareciendo. Eso es lo que a ¨¦l le convendr¨ªa para que su negocio prospere. Todo indica, sin embargo, que a nosotros no nos convendr¨ªa.
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