Cuando la 'yihad' gana al sue?o americano
Qu¨¦ hace que un universitario de 30 a?os, con un buen empleo, dos hijos y casado intente poner una bomba en el coraz¨®n de Nueva YorkPor qu¨¦ un universitario de 30 a?os, con un buen empleo, dos hijos y casado intenta poner una bomba en el coraz¨®n de Nueva York
El chico que mira a la c¨¢mara con su camiseta verde tiene una expresi¨®n amable. Es Faisal Shahzad. Parece que detr¨¢s del objetivo hay un amigo, un compa?ero de trabajo, quiz¨¢ su mujer. Ahora esa foto es la de un terrorista que pretend¨ªa volar Times Square. Y los que se topan con ella en el ordenador, en la tele o en el m¨®vil son ciudadanos de medio mundo quiz¨¢ sorprendidos de no encontrarse con un tipo barbudo, malamente retratado rodeado de riscos en alguna remota zona monta?osa.
Los dos ¨²ltimos hombres que han intentado atentar en Estados Unidos son j¨®venes, universitarios y proceden de familias de clase media-alta. "La gente tiene la idea de que los terroristas son pobres, sin oportunidades y sin educaci¨®n. Pero lo que la experiencia muestra es que una mayor¨ªa de ellos son gente instruida, con un trabajo bien remunerado, pertenecen a la clase media-alta y provienen de buenas familias. Lo que estamos viendo hoy es m¨¢s t¨ªpico de lo que la gente cree. ?Por qu¨¦? Porque queremos pensar que ellos son distintos de nosotros", explica por tel¨¦fono Bruce Hoffman, uno de los principales expertos internacionales en terrorismo de la Universidad de Georgetown.
Al Qaeda est¨¢ reclutando a estadounidenses o a j¨®venes que se mueven por Occidente sin levantar sospechas
Faisal Shahzad tiene 30 a?os, estudi¨® inform¨¢tica, un MBA (m¨¢ster en direcci¨®n de empresas), trabajaba como analista financiero, est¨¢ casado, tiene dos ni?os, compr¨® la cl¨¢sica casa a las afueras en Connecticut, tuvo problemas con la hipoteca, se mud¨® con su familia a un piso alquilado. Aunque obtuvo la nacionalidad (naci¨® en Pakist¨¢n) en 2009, llevaba una d¨¦cada viviendo como centenares de miles de estadounidenses.
Umar Farouk Abdulmutallab, de 23 a?os, es nigeriano. Subi¨® a un avi¨®n con una bomba el pasado d¨ªa de Navidad. Como la mayor¨ªa de los hijos de las ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas de su pa¨ªs -su padre es un ex banquero-, estudi¨® en una prestigiosa escuela africana, la British School of Lom¨¦ en Togo, le gustaba el hip-hop y se traslad¨® a Londres para estudiar ingenier¨ªa.
Los dos estaban bien integrados en Occidente. Pero algo hizo que, en el ¨²ltimo a?o, a Faisal Shahzad le sedujera m¨¢s la yihad que el sue?o americano. Algo hizo que Abdulmutallab se colocara una bomba en los calzoncillos, se montara en un avi¨®n rumbo a Detroit con 278 personas y tratara de hacerse estallar a bordo, produci¨¦ndose quemaduras.
Ese algo es un viaje, en sentido literal (Shahzad se fue a Wazirist¨¢n, y Abdulmutallab, a Yemen) e ideol¨®gico (proceso de radicalizaci¨®n). Un informe de enero del Senado de EE UU alerta de que Al Qaeda est¨¢ cambiando su estrategia de reclutamiento. Quiere "individuos de Europa Occidental y norteamericanos". Se titula Al Qaeda en Yemen y Somalia: una bomba de relojer¨ªa. Habla de c¨®mo la guerra ha empujado "a Al Qaeda fuera de Afganist¨¢n en Irak. (...) Cientos o quiz¨¢ miles de combatientes se han ido a lugares en el norte de ?frica, sureste asi¨¢tico, Yemen y Somalia". ?Su nueva ocupaci¨®n? En parte, entrenar a gente como Shahzad y Abdulmutallab. Gente con pasaporte estadounidense o j¨®venes que se mueven por Occidente sin levantar sospechas. Tiene sentido que, tambi¨¦n, rebusquen en la clase media.
"Al Qaeda utiliza una estrategia exitosa, que es diversificar a quienes recluta. Internet es extremadamente ¨²til en este sentido, porque llega a mucha m¨¢s gente", precisa Hoffman. Tampoco parece importarle demasiado que sus pupilos sean, por fortuna, chapuceros. "Al principio, los ide¨®logos de Al Qaeda quer¨ªan esperar hasta que tuvieran la capacidad de montar un atentado a gran escala como el del 11-S. Ahora el af¨¢n es llevar a cabo cualquier tipo de ataque, incluso los m¨¢s peque?os", a?ade Jessica Stern, asesora antiterrorista y profesora de la Universidad de Harvard.
El proceso de radicalizaci¨®n violenta resulta nebuloso para los expertos. En cada terrorista hay un mundo de porqu¨¦s muy dif¨ªcil de predecir. Es un fen¨®meno "transversal, alcanza a ricos y pobres, extranjeros y nacionales de cada pa¨ªs", aclara Fernando Reinares, investigador principal de terrorismo del Real Instituto Elcano. "M¨¢s all¨¢ de decir que est¨¢n entre la veintena y la treintena, no podemos elaborar una caracterizaci¨®n m¨¢s compleja del yihadista".
Dos investigadores del Nuttfield College y la Universidad de Durham, Diego Gambetta y Steffen Hertog, publicaron en diciembre un estudio, Ingenieros de la yihad, sobre la formaci¨®n de 404 individuos de 30 pa¨ªses acusados de terrorismo. De ese universo, el 48% ten¨ªa estudios superiores. Observaron que predominaban claramente los que hab¨ªan elegido la carrera de ingenier¨ªa: de 178 hombres, 78 eran ingenieros. Adem¨¢s, afirman: "Hay pocas dudas de que los islamistas violentos han recibido una mucho mejor educaci¨®n que sus compatriotas". Le siguen, muy de lejos, los estudios isl¨¢micos.
As¨ª que ni un elevado grado de formaci¨®n ni un nivel adquisitivo medio o alto evitan que un pu?ado de individuos elijan el camino del terrorismo. Tampoco el origen. Los europeos tienen experiencia en que algunos terroristas islamistas tengan ra¨ªces profundas en el pa¨ªs en el que atentan. Por ejemplo, tres de los cuatro atacantes en Londres el 7 de julio de 2005 eran de Leeds. "Los americanos conservan el espejismo de que EE UU es diferente de otros pa¨ªses", sostiene Hoffman. "Pens¨¢bamos que la diversidad de nuestra comunidad iba a proporcionar una especie de muralla de fuego porque esas comunidades est¨¢n mejor integradas, tienen mejor educaci¨®n y son m¨¢s ricas que las de Europa, y que as¨ª podr¨ªamos evitar el homegrown terrorism (terroristas nacidos en el propio pa¨ªs). Con Faisal Shahzad nos hemos dado cuenta de que las creencias populares estaban equivocadas".
Ninguna explicaci¨®n es suficiente para entender el fen¨®meno sin simplificarlo demasiado. Reinares cita motivaciones racionales, emotivas e identitarias que confluyen en la radicalizaci¨®n. "Algunos llegan al terrorismo porque interiorizan la idea de yihad violenta como imperativo religioso y la perciben como una t¨¢ctica eficaz. Otros han sido socializados en el odio o lo han experimentado, en pa¨ªses donde hay una represi¨®n brutal y una idea de que el islam est¨¢ humillado. Tambi¨¦n por frustraci¨®n. Llegan a Occidente con grandes expectativas y a?os despu¨¦s no consiguen cumplirlas. En el caso de Faisal Shahzad, a ra¨ªz de sus dificultades financieras empieza la radicalizaci¨®n. No hay que dejar de lado la crisis de identidad: sigue habiendo j¨®venes que no se sienten ni de su pa¨ªs ni del de sus padres, ni marroqu¨ªes ni franceses, por ejemplo. La idea de la Umma, la naci¨®n global del islam, es una alternativa. ?Y qui¨¦n ha canalizado esa identidad global desde los noventa? Al Qaeda".
La revista Stern se dedic¨® a entrevistar a algunos de estos terroristas para averiguar m¨¢s sobre sus motivaciones. "Algunos j¨®venes exponen ideas yihadistas sin intenci¨®n ni capacidad para convertirse en terroristas realmente. El de terrorismo es un delito muy serio, pero en algunos c¨ªrculos es cool hablar de ello, un tema de moda", explica.
Muy poco se sabe sobre c¨®mo se radicalizan, ni por qu¨¦ unos s¨ª y otros no. "Queremos creer que las razones por las que se convierten en terroristas son obvias y f¨¢ciles de enmendar. Si creemos que son analfabetos, pobres y parados, todo lo que tenemos que hacer es darles instrucci¨®n, trabajo y oportunidades y acabaremos con el terrorismo. Pero es algo complejo e impredecible". Al ver la foto de Shahzad persiste la duda. ?Por qu¨¦ ese grupo de universitarios, con oportunidades y bien integrados, se hizo terrorista? Hoffman admite no tener ni idea, pero apunta que "quiz¨¢ porque los m¨¢s ricos y mejor educados no tienen que preocuparse de sobrevivir y no tienen que trabajar tan duro como otras personas. Adem¨¢s, son libres para contemplar el mundo como creen que deber¨ªa ser y no como en realidad es". Y de intentar cambiarlo. A bombazos.
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