Buen bocado para la direcci¨®n

Podr¨ªa dar una lecci¨®n de cocina. De hecho, empez¨® a relacionarse con los fogones a los ocho a?os, estudi¨® para ser un buen chef y practic¨® en varios restaurantes. Pero esa no es m¨¢s que una parte de su historia. Podr¨ªa dar una lecci¨®n sobre t¨¦cnicas de liderazgo, pues Douglas McEncroe es un especialista en ense?ar a los directivos herramientas para que mejoren la gesti¨®n de sus compa?¨ªas y de las personas que trabajan en ellas. Esa es otra parte de su historia, en la que lleva trabajando los ¨²ltimos veinte a?os.

Pero el coach australiano, lejos de dar lecciones, prefiere transmitir los m¨¦todos que han sido eficaces a lo largo de su trayectoria tanto para triunfar en la mesa del comedor como en la mesa del comit¨¦ de direcci¨®n. En su libro mezcla la cocina y el liderazgo a fin de elaborar la mejor receta para sus comensales: los altos ejecutivos de las empresas.

El mensaje de este libro es claro: para conseguir que las organizaciones empresariales sobrevivan en este mundo global en el que estamos inmersos deben transformarse continuamente, someterse a una metamorfosis permanente en la que el liderazgo es la pieza estrat¨¦gica. Y para que esa pieza esencial funcione debidamente en las compa?¨ªas, estas tienen que alinear su estrategia de negocio, su cultura organizacional, sus pol¨ªticas internas y su propio liderazgo. "Igual que la cocina, es la combinaci¨®n la que produce resultados", asegura.

Con ese mensaje como tel¨®n de fondo, la obra aborda en el primer cap¨ªtulo c¨®mo la mise en place, esa preparaci¨®n culinaria francesa que anticipa buenos resultados en la mesa, es igual de necesaria en los fogones que a la hora de abordar un programa de liderazgo. Permitir¨¢ ahorrar a las empresas, que no tiren su inversi¨®n.

Los caldos protagonizan el segundo cap¨ªtulo. Y hacen las veces de la comunicaci¨®n en las organizaciones, de las conversaciones con distintos interlocutores de la empresa que permiten identificar cu¨¢les son los valores de la cultura de una compa?¨ªa que los practica, pero de forma inconsciente. El caldo es la esencia, lo mismo que la detecci¨®n de los problemas de la empresa, los cambios que necesita y los m¨¦todos para realizarlos son la parte intr¨ªnseca del programa de liderazgo.

Llegados al primer plato, es decir, a la puesta en marcha del plan ya dise?ado, la cuesti¨®n b¨¢sica es seducir para retener la atenci¨®n de los comensales. Lo mismo que la comunicaci¨®n con la que los directivos de la compa?¨ªa que comienza su programa de liderazgo tienen que implicar a quienes van a formar parte de ¨¦l. Explicarles el proyecto, su porqu¨¦ y qu¨¦ se espera de ellos. Aunque es en los segundos platos donde un buen chef se la juega. McEncroe compara los platos fuertes con los ingredientes necesarios de todo programa de liderazgo. Habla de c¨®mo sacar el m¨¢ximo provecho a la inversi¨®n que realiza una compa?¨ªa para alinear a sus directivos en torno a un prop¨®sito conjunto.

Y llega a los postres. Esto es el coaching desde su punto de vista, una disciplina que debe integrarse en el proyecto. Y, despu¨¦s, al toque maestro del cocinero: las especias y salsas, que representan la implicaci¨®n del comit¨¦ de direcci¨®n de la compa?¨ªa en el programa que ha puesto en marcha.

Para ayudar a que cada mensaje cale entre los lectores, el autor ofrece al final de cada cap¨ªtulo una serie de consejos pr¨¢cticos, tanto para las artes culinarias y su maridaje con el vino como para los aspectos primordiales a desarrollar en la gesti¨®n de un directivo. Y pone ejemplos de empresas espa?olas que los han desarrollado, como Vodafone (cuyo presidente prologa el libro), Europcar o Zurich Seguros. Tome nota de sus ingredientes. -