El deterioro de las cuentas p¨²blicas en EE UU pone a prueba los mercados
El presidente de la Reserva Federal reclama un plan cre¨ªble para atajar el d¨¦ficit
Si la espiral de la deuda soberana griega es capaz de poner a los mercados internacionales en vilo, ?cu¨¢l ser¨ªa entonces el da?o que puede llegar a infligir si los inversores perdieran la fe en Estados Unidos? La deuda total estadounidense crece r¨¢pido, y alcanza ya a los 12,9 billones de d¨®lares, el equivalente al 92% de su PIB. La campana, temen algunos expertos, puede sonar pronto. La degradaci¨®n de las cuentas p¨²blicas en Estados Unidos comienza a acercarse a un nivel que amenaza con poner a prueba a los mercados en plena crisis del euro.
Es la consecuencia de lo que ya se conoce como "capitalismo de Estado", el t¨¦rmino con el que los observadores se refieren al papel central que adoptaron los Gobiernos en la econom¨ªa, para, con el dinero del contribuyente, rescatar la banca y combatir la recesi¨®n. Esto provocar¨¢ que la deuda en los pa¨ªses ricos toque el 100% del PIB en 2014, 37 puntos m¨¢s que antes de la crisis.
El par¨®n de Europa arrastra problemas a la incipiente mejor¨ªa de EE UU
Tres puntos de ese incremento, seg¨²n datos recientes del Fondo Monetario Internacional, se atribuyen a la ayuda masiva al sector financiero. Otros 3,5 puntos, a los paquetes de est¨ªmulos fiscales. Cuatro m¨¢s por los intereses que deben pagar los Gobiernos por la deuda que acumulan. Y a esto hay que a?adir otros nueve puntos derivados de la p¨¦rdida de ingresos por la recesi¨®n.
Como dicen los analistas de Citigroup, las finanzas p¨²blicas en la mayor¨ªa de las potencias industrializadas "est¨¢n en su peor estado desde la revoluci¨®n industrial", excluyendo, claro, los periodos de guerra y de posguerra. Y por eso no son pocos los que empiezan a mirar m¨¢s all¨¢ de la crisis inmediata en Europa, y se anticipan a la siguiente etapa, con la atenci¨®n puesta en EE UU.
?Somos Grecia?, se pregunta David Walker, presidente de la Fundaci¨®n Peter Peterson. Econ¨®micamente, dice, los dos pa¨ªses no son comparables. EE UU es mucho m¨¢s grande, crece desde hace un a?o y es m¨¢s flexible y diversificado. Pero Walker advierte de que si no se corrige el rumbo, el peligro de caer en una situaci¨®n como la griega "no estar¨¢ muy lejano en el tiempo".
La ecuaci¨®n es simple. Para un pa¨ªs con un nivel de deuda que se acerca al 100% del PIB, basta con que el inter¨¦s est¨¦ al 3% y que su econom¨ªa crezca al 3% para que todo lo que recaude extra vaya para cubrir los costes que genera la deuda. La oficina presupuestaria del Congreso de EE UU estima que para 2020, el 14% del gasto ir¨¢ destinado a pagar los intereses de la deuda. Eso equivale a 916.000 millones de d¨®lares, frente a los cinco veces m¨¢s que el a?o pasado. El problema a?adido es que buena parte de esa deuda est¨¢ en manos de extranjeros, es decir, el dinero sale del pa¨ªs en lugar de invertirse.
En las pr¨®ximas dos d¨¦cadas, si esa pol¨ªtica no cambia, la deuda podr¨ªa doblarse y superar el 150% del PIB por el impacto en el gasto sanitario y de pensiones de la ola de jubilaciones del baby boom. Ante este panorama, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, reclama un plan cre¨ªble para reducir el d¨¦ficit (ronda el 11% del PIB) a un nivel sostenible. Bernanke opina que el caso griego debe ser tomado como una lecci¨®n. Si no, "se perder¨¢ la confianza de los mercados". EE UU tiene, adem¨¢s, su propio drama en casa. A d¨ªa de hoy es m¨¢s arriesgado prestar dinero a California que a Irak, seg¨²n el CMA Sovereign Risk Monitor. El Estado aparece el s¨¦ptimo en una lista liderada por Venezuela, Argentina y Grecia. La diferencia es que la relaci¨®n entre los distintos niveles de gobierno en EE UU es m¨¢s estrecha que en Europa, lo que se traduce en una garant¨ªa para los mercados financieros.
Y aunque por lo general se niega cualquier comparaci¨®n entre la situaci¨®n fiscal estadounidenses y el drama que se vive en Europa, en Washington siguen muy de cerca su evoluci¨®n, por el temor de que la crisis descarrile la d¨¦bil e incipiente recuperaci¨®n. Por un lado, el euro est¨¢ en ca¨ªda libre, lo que encarece los productos estadounidenses en el exterior. La zona euro es el segundo mercado para EE UU (15,3%), por detr¨¢s de Canad¨¢ (19,4%) y seguido de M¨¦xico (12,2%). Pero como se?alan desde Goldman Sachs, el negocio exportador equivale al 1,1% de la econom¨ªa, cuando el conjunto de sector representa el 7,8% del PIB.
El problema llegar¨ªa, se?alan, si el par¨®n en Europa derivado de la crisis fiscal afectara a otras econom¨ªas, con las que EE UU tiene estrechos lazos comerciales. Y lo que preocupa especialmente es que el efecto contagio restrinja las condiciones financieras.
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