Condenado un antidisturbios por agredir a un hombre
La juez le culpa de haber utilizado la violencia de forma desproporcionada
El polic¨ªa actu¨® de "una forma absolutamente desproporcionada e innecesaria". As¨ª de rotunda se muestra la titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 22 de Madrid, Patricia Jim¨¦nez-Alfaro, que ha condenado a un agente antidisturbios por golpear a un hombre, de nacionalidad brit¨¢nica, en septiembre de 2008. La magistrada, que le culpa por una falta de lesiones y otra de malos tratos, le obliga a pagar 300 euros de multa y una indemnizaci¨®n a la v¨ªctima de 3.000 euros, ya que estuvo 55 d¨ªas de baja.
La sentencia considera demostrado que sobre las dos de la madrugada del 11 de septiembre de 2008 cuatro agentes de la Unidad de Intervenci¨®n Policial (UIP, m¨¢s conocidos como antidisturbios) patrullaban en la furgoneta oficial por la calle de San Vicente Ferrer. En ese momento, un grupo de personas, formado por hombres de entre 25 y 35 a?os, empez¨® a golpear el veh¨ªculo mientras increpaban a los ocupantes. Los polic¨ªas se bajaron de inmediato, seg¨²n el relato de hechos probados de la sentencia, e identificaron a los supuestos atacantes. Como estos se negaron, le llevaron hacia la pared. Uno de los agentes se encarg¨® de Eli Roland Verth, que mostr¨® "una actitud huidiza". El funcionario sac¨® la porra y le propin¨® dos golpes en las piernas y la espalda. Le caus¨® hematomas en la cara posterior de los muslos, hematoma lumbar izquierdo y dorsal derecho. Tard¨® 55 d¨ªas en curarse, durante los cuales estuvo incapacitado para sus ocupaciones habituales.
"El uso de la defensa conlleva un exceso en el cumplimiento de su funci¨®n"
El funcionario tendr¨¢ que pagar 3.000 euros a la v¨ªctima
En el transcurso de los hechos, tambi¨¦n result¨® agredido Oliver Morley Eynon que, al intentar calmar la situaci¨®n, recibi¨® una patada en la entrepierna. "El resto de j¨®venes del grupo fue identificado por los dem¨¢s funcionarios sin que se produjera incidente alguno", afirma la sentencia.
La juez considera que los hechos cometidos por el funcionario con n¨²mero de placa 76.552 fueron desproporcionados e innecesarios, ya que la v¨ªctima se encontraba en un evidente estado de embriaguez y pasividad cuando le ordenaron identificarse y acercarse a la pared: "Situaci¨®n en la que el uso de la defensa [porra] conlleva un claro exceso en el cumplimiento de su funci¨®n". La magistrada tambi¨¦n le culpa de una falta de malos tratos, ya que golpe¨® hasta en dos ocasiones a su v¨ªctima, sin que haya prueba alguna de "la supuesta actitud agresiva del denunciante que justificara tal actuaci¨®n". "Sin duda, hubo desproporci¨®n a la vista de las lesiones producidas. Es m¨¢s, el mismo denunciado reconoce que Eli ni siquiera pod¨ªa hablar y que lleg¨® a pensar que 'iba mal", a?ade el fallo. El Estado es el responsable civil subsidiario.
La juez absuelve a los otros tres agentes que participaron en la identificaci¨®n ya que no ha quedado acreditado que ninguno de ello "infiera trato humillante alguno a los denunciantes, distintos del simple requerimiento de identificaci¨®n y toma de datos".
Las v¨ªctimas se mostraron muy contentas con el fallo judicial porque, en su opini¨®n, se ha hecho justicia y se demuestra que la polic¨ªa no puede cometer abusos de poder. "La forma en la que actuaron esa noche demuestra que quer¨ªan movida, que nosotros reaccion¨¢ramos de manera violenta para emprenderla a golpes con nosotros. Pero, al rev¨¦s, les pedimos perd¨®n y nos disculpamos por si hab¨ªamos hecho algo malo. Empezaron a pegarnos antes de que pudi¨¦ramos sacar nuestra documentaci¨®n", recuerda Oliver Morley. "Nuestro caso era, con todos los partes m¨¦dicos y los testigos, muy claro, se hab¨ªa producido un abuso de poder y malos tratos. Todo lo que pas¨® fue una barbaridad", a?ade.
El denunciante recuerda que les amenazaron con pasar toda la noche en el calabozo y que le quitaron el tel¨¦fono m¨®vil cuando intent¨® fotografiar la matr¨ªcula de la furgoneta. "No empezamos a golpear el veh¨ªculo como dice la sentencia. El furg¨®n pas¨® a gran velocidad y uno de los espejos retrovisores golpe¨® en el hombro a uno de nosotros que caminaba por la calzada. Adem¨¢s, no ¨ªbamos borrachos como se empe?aron en decir los polic¨ªas en el juicio", recuerda Morley. La versi¨®n que ofreci¨® la Jefatura Superior de Polic¨ªa al poco de ocurrir los hechos fue muy distinta. Los antidisturbios pasan por una zona de ocio. Oyen ruidos y, cuando se bajan, se dan cuenta de que est¨¢n golpeando la furgoneta. Los polic¨ªas les piden la documentaci¨®n, pese a lo cual intentan marcharse del lugar. "Est¨¢n bajo los efectos del alcohol. Dos de ellos muestran una actitud chulesca" y los polic¨ªas proceden a cachearlos. Les colocan contra la pared, pero los ingleses quieren escabullirse, seg¨²n la versi¨®n oficial. Entonces, los agentes aplican eso que llaman "la fuerza m¨ªnima imprescindible": Tiran de porra y golpean a los hombres en las piernas y la espalda.
A la vista de la sentencia ni fue una fuerza m¨ªnima ni imprescindible. Contra la sentencia, cabe recurrir en el juzgado y cuya resoluci¨®n dictar¨¢ la Audiencia Provincial.
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