Lo de menos era la Diagonal
Al alcalde Jordi Hereu no debi¨® de ocurr¨ªrsele en octubre de 2008 pararse un momento a examinar alg¨²n episodio m¨¢s o menos similar en la historia pol¨ªtica reciente del pa¨ªs antes de acceder a lanzar una consulta sobre una reforma urban¨ªstica de relieve como la celebrada en esta ciudad la semana pasada. Craso error. Si lo hubiera hecho, no la habr¨ªa convocado. Habr¨ªa sospechado que las derechas iban a reproducir el comportamiento que tuvieron en 1986 en el refer¨¦ndum de la OTAN. Es decir, que iban a convertirla, al precio que fuera, en un refer¨¦ndum pol¨ªtico contra el alcalde y su minoritario equipo de gobierno local.
?Qu¨¦ sucedi¨® en 1986? Obligado por un compromiso electoral solemne, el entonces presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, convoc¨® hacia el final de legislatura un refer¨¦ndum para decidir si Espa?a permanec¨ªa o no en la OTAN, la alianza pol¨ªtico-militar en la que hab¨ªa ingresado en 1981 de la mano de UCD, AP y CiU, sin el consenso del primer partido de la oposici¨®n, el socialista, y la radical oposici¨®n del resto de la izquierda, los comunistas. Pero, una vez convocado aquel refer¨¦ndum, los partidos de la derecha que hab¨ªan impulsado el ingreso de Espa?a en la alianza atl¨¢ntica prescindieron de cualquier asomo de coherencia con sus convicciones pol¨ªtico-ideol¨®gicas y de su voto positivo en las Cortes sobre la cuesti¨®n y promovieron el voto negativo de los ciudadanos. Lo convirtieron en un refer¨¦ndum contra Gonz¨¢lez. Creyeron que ten¨ªan ante s¨ª una oportunidad de oro para derrotar al primer gobierno socialista que hab¨ªa en Espa?a desde la Guerra Civil, liquidar pol¨ªticamente a Gonz¨¢lez y hundir al PSOE en una grave crisis. La Alianza Popular en la que ya entonces militaba Alberto Fern¨¢ndez D¨ªaz, ahora l¨ªder municipal del PP en Barcelona, hizo la campa?a en favor del no. CiU tambi¨¦n, aunque de otra forma, una campa?a de boca oreja, con la que evitaba a un Jordi Pujol que se hab¨ªa declarado siempre pro-OTAN el bochorno de exhibir el oportunismo pol¨ªtico en vallas y carteles publicitarios.
?Rambla, bulevar? A la derecha tanto le daba. La cuesti¨®n era humillar a Hereu y derrotar por primera vez a la izquierda
El s¨ª se impuso en el conjunto de Espa?a, pero el no gan¨® en Catalu?a. La diferencia entre aquel episodio y el que se acaba de dar en Barcelona es que Gonz¨¢lez asumi¨® el reto, se defendi¨® como un le¨®n, llev¨® la apuesta al l¨ªmite dejando claro que, si perd¨ªa, los partidarios del no -una heterog¨¦nea coalici¨®n de hecho en la que figuraban desde el PP al PCE pasando por CiU- tendr¨ªan que hacerse cargo del Gobierno y de sacar a Espa?a de la OTAN justo cuando se iba a dar el paso siguiente, el ingreso en la Comunidad Econ¨®mica Europea. Ahora no ha habido le¨®n alguno, es obvio.
Hay otras enormes diferencias entre aquel episodio pol¨ªtico y el actual, pero en los comportamientos de unos y otros hay tambi¨¦n algunas constantes y algunas lecciones que al alcalde Hereu quiz¨¢ le habr¨ªa resultado provechoso tener en cuenta. Una de ellas es que en este tipo de envites, CiU es digna heredera de sus ancestros pol¨ªticos del primer tercio del siglo XX, aquellos que ante el dilema entre monarqu¨ªa o rep¨²blica respond¨ªan ?Catalu?a!, con lo que sol¨ªan obtener el aplauso de los incondicionales al tiempo que evitaban comprometerse. Es lo que ahora han hecho a prop¨®sito de la reforma de la Diagonal. ?Que si bulevar o rambla? A los se?ores Xavier Trias y Fern¨¢ndez D¨ªaz tanto les daba. La cuesti¨®n era otra para la derecha. La cuesti¨®n era humillar al alcalde y propinar a la izquierda municipal su primera derrota desde 1979.
Si esta era la batalla, ser¨ªa un error atribuir el resultado del refer¨¦ndum a aspectos como el coste econ¨®mico, los fallos inform¨¢ticos, las consideraciones sobre democracia bananera y otros del mismo cariz. No. Todo eso es el ruido que se ha levantado, con ¨¦xito evidente, para que el elector progresista no percibiera que la derecha se hab¨ªa lanzado a una cacer¨ªa pol¨ªtica y se quedara en casa. El resultado ha sido la aportaci¨®n local a la peor semana para la izquierda desde hace muchos a?os: sacrificio de la pol¨ªtica social del Gobierno espa?ol ante las exigencias de los especuladores financieros, victoria de la derecha judicial sobre el juez Garz¨®n y primera gran derrota pol¨ªtica del principal Ayuntamiento gobernado por la izquierda en Espa?a.
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