"Dijeron: 'Eres un fontanero italiano de Brooklyn"
"Cuanto m¨¢s feliz y positivo seas como persona, mejor har¨¢s tu trabajo". Charles Martinet (San Jos¨¦, California, 1955) lleva esta filosof¨ªa a rajatabla. Lleva m¨¢s de 20 a?os "de privilegio y alegr¨ªa", siendo la voz de Mario, el popular personaje del videojuego de Nintendo: "Hello, it's me, Mario!" ("?Hola, soy yo, Mario!"), dice a la primera oportunidad que tiene, gesticulando y movi¨¦ndose como el fontanero m¨¢s famoso de las consolas. El personaje lo tiene muy interiorizado: ha participado en "casi un centenar" de los juegos protagonizados por Mario y Luigi desde principios de los noventa.
Entramos al restaurante L¨¢grimas Negras, en el hotel Puerta de Am¨¦rica de Madrid. A Martinet le gusta mucho comer y se ha propuesto no perder el tiempo en los tres d¨ªas que dura su visita a Espa?a. En los setenta vivi¨® en Barcelona durante tres a?os, siendo un adolescente. Su padre quer¨ªa una nueva sede internacional para su empresa y eligi¨® Espa?a por estar estrat¨¦gicamente situada entre Europa y Oriente Pr¨®ximo.
Este actor es desde los noventa la voz de Mario, el personaje de Nintendo
Hoy, a sus 54 a?os, a?ora la capital catalana en cuanto sirven jam¨®n ib¨¦rico y pan con tomate como aperitivo. "El jam¨®n es probablemente uno de los 100 mejores manjares del mundo. Digo 100 porque soy muy generoso con el resto del planeta. En EE UU es muy dif¨ªcil encontrarlo", dice mientras se lleva un trozo a la boca.
Martinet r¨ªe cuando le decimos que en realidad su personaje no habla demasiado. R¨ªe y empieza a soltar, en un registro de voz que es el de su ¨¢lter ego, distintos gritos que Mario exclama a lo largo del videojuego: "Here we go! Mamma mia!" ("?All¨¢ vamos! ?Madre m¨ªa!"). Entonces, cuenta su historia, la de los minutos que cambiaron su vida, en un casting en Las Vegas a principios de los noventa. La divisi¨®n de la compa?¨ªa en EE UU buscaba una voz para promocionar al personaje en sus tiendas norteamericanas. Le dijeron: "Imagina que eres un fontanero italiano de Brooklyn". ?l se qued¨® pensativo unos segundos y utiliz¨® todos sus recursos teatrales, aprendidos y practicados desde que, como estudiante de Derecho, se lanz¨® al teatro. Martinet empez¨® a hablar sin parar durante media hora. Consigui¨® el trabajo y su voz se hizo tan popular que los videojuegos empezaron a incorporarle. As¨ª, hasta convertirse no solo en la voz de Mario, sino en la de Luigi, Baby Mario, Wario...
La historia de su vida fluye al mismo ritmo que el delicioso men¨² degustaci¨®n. Arroz con perrechicos, merluza al pilpil, secreto de ib¨¦rico... En cada plato, Martinet proclama lo rico que le saben los ingredientes. No solo eso. De su bolsillo saca una figura de Mario y una peque?a c¨¢mara fotogr¨¢fica. Martinet no tiene hijos, as¨ª que Mario es el suyo. Lo coloca estrat¨¦gicamente junto a cada plato e inmortaliza el momento.
"Tengo sobrinos que disfrutan mucho jugando con Mario", asegura. "?Me encantan las pantallas donde las tortugas simplemente caminan despacio, paran y empiezan a bailar! ?Soy feliz ah¨ª!", dice al tiempo que tararea la pegadiza m¨²sica de Mario. Martinet es un ni?o sabio, que se pone melanc¨®lico al hablar de su padre, un octogenario al que visita cerca de su casa de Sausalito, el primer pueblo tras salir de San Francisco por el Golden Gate: "Hay que perseguir la felicidad en la vida, porque la vida camina muy deprisa".
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