La novela rosa de Arroyo
El ciclista de Talavera, l¨ªder en medio de la dictadura del Liquigas
El Giro es cada d¨ªa una novela. La de ayer, rosa, se mire por donde se mire, fue la novela de David Arroyo, un bolo de 30 a?os, uno de los que le prestan al ciclismo el rostro de sacrificio y esfuerzo, que acab¨® l¨ªder la jornada del terrible ascenso y el interminable descenso del monte Grappa y dijo: "Hoy me he dado cuenta de que los sue?os se cumplen y de que, en ocasiones, la vida es rosa".
As¨ª, con esa frase, termin¨® una novela, una etapa de doble nivel de lectura e iron¨ªa como consecuencia de lo sucedido hace unos d¨ªas en L'Aquila, cuando se escap¨® el pelot¨®n ante la indiferencia de los l¨ªderes, que regalaron casi 13 minutos. Los mismos l¨ªderes, sustituida la generosidad inexplicable por una m¨¢s l¨®gica racaner¨ªa, se dedicaron en las dos laderas de la monta?a veneciana a reclamar el tiempo perdido. A toda velocidad. Bajo la dictadura agobiante del Liquigas de Basso y Nibali, dos l¨ªderes en un mismo equipo y, sin embargo, amigos. Los m¨¢s fuertes de la carrera atacaron; los otros, los que mandan en la general a¨²n, defendieron.
Nibali gui¨® la revuelta de los derrotados de L'Aquila y ya est¨¢ a 1m 24s de Sastre
Despu¨¦s de que su ¨²ltimo gregario, el inoxidable polaco Szmyd, llevara a todos los seguidores al l¨ªmite, en lo m¨¢s duro del Grappa, en la curva del 14%, Nibali volvi¨® la cabeza, cruz¨® su mirada con la de Basso y atac¨®. Le aguantaron tres: Basso, Scarponi y Evans. Sastre se refugi¨® en la rueda de Vinok¨²rov. Arroyo busc¨® su ritmo y organiz¨® un grupo: de la cima a la meta quedaban 40 kil¨®metros y necesitar¨ªa compa?¨ªa para resistir.
Nibali, el ciclista que llega para devolver a Italia la fe, volvi¨® a atacar bajando. El Tibur¨®n del Estrecho -Nibali, siciliano de Messina- despleg¨® alas y ech¨® a volar, manej¨® la bici con los codos, hizo volar la imaginaci¨®n de los aficionados, hizo sufrir a Sastre -al¨¦rgico a las bajadas, se refugi¨® en el pelot¨®n de Arroyo-, plant¨® la semilla de una victoria final en la que a¨²n cree. Ech¨® cuentas. Sac¨® 2m 26s a los de L'Aquila. Ya est¨¢ a 1m 24s de Sastre. Al Giro le quedan siete d¨ªas, cuatro llegadas en alto -hoy, la etapa reina, el Zoncolan-, una cronoescalada, una contrarreloj... Siete novelas de acci¨®n o de decepci¨®n.
Mientras Sastre, que ya ha ganado un Tour, y sabe de qu¨¦ percal est¨¢n hechas las grandes victorias, cree que puede dar el salto y pasar del pelot¨®n de los defensores al de los m¨¢s fuertes, Arroyo, de Talavera, hombre de ambiciones las justas -rechaz¨® este invierno una gran oferta del Rabobank: ganar¨ªa el doble, pero, pens¨®, vivir¨ªa la mitad de a gusto en un equipo de extranjeros-, hombre que goza en la huerta, que disfruta con los ladrillos, chico con ra¨ªces, conoce sus limitaciones: no se sale, pero su nivel medio es muy alto. Sabe que suele tener un d¨ªa malo, y que alcanz¨® su mayor sue?o, el jersey de l¨ªder de una gran carrera, no un d¨ªa en el que atac¨® para ganar, sino en el que se supo defender mejor que el anterior chico en rosa. Y que con esas letras se escribe su novela.
14? etapa: 1. V. Nibali (Ita / Liq). 2. I. Basso (Ita/Liq), a 23s. General: 1. D. Arroyo (Caisse d'?pargne). 6. C. Sastre (Cer), a 5m 27s. 8. V. Nibali, a 6m 51s. 9. A. Vinok¨²rov (Kaz / Ast), a 7m 15s. 10. C. Evans (Aus / BMC), a 7m 26s. 11. I. Basso, a 7m 43s.
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