Los gl¨®bulos de Lass
La altitud de la concentraci¨®n de la selecci¨®n francesa provoca en el madridista una enfermedad que nace de una mutaci¨®n gen¨¦tica
Probablemente, Lass Diarra, franc¨¦s de ascendencia maliense, nunca enfermar¨¢ de paludismo cuando viaje al ?frica subtropical: una mutaci¨®n gen¨¦tica en su hemoglobina hace que sus gl¨®bulos rojos, en vez de ser redondos, tengan forma de hoz. Este rasgo, de car¨¢cter hereditario -el organismo de los habitantes de zonas en que la malaria es end¨¦mica se adapta para sobrevivir, para resistir mejor la enfermedad-, fue, sin embargo, el causante de un susto -fuertes dolores abdominales, un principio de hemolisis, rotura de gl¨®bulos rojos con la consiguiente p¨¦rdida de hemoglobina, de ox¨ªgeno en la sangre- y de quedarse fuera, a los 25 a?os, de la selecci¨®n francesa en el Mundial: el futbolista deber¨¢ reposar durante 10 d¨ªas para recuperarse. Ayer mismo viaj¨® a Lyon, a un hospital en el que se someter¨¢ a diferentes an¨¢lisis para confirmar que sufre ese rasgo hereditario.
El Madrid estudia hacer un test a sus jugadores para ver si portan el rasgo
Todo sucedi¨® en el glaciar de Tignes, en los Alpes franceses, a 3.000 metros de altitud, donde el centrocampista del Madrid estaba concentrado a las ¨®rdenes de Raymond Domenech, y se conoci¨® el s¨¢bado, cuando Alain Simon, el m¨¦dico de la selecci¨®n, comunic¨® sus sospechas a su colega del Madrid. Ni los servicios m¨¦dicos del club espa?ol ni los de la federaci¨®n francesa conoc¨ªan hasta entonces el rasgo gen¨¦tico del parisiense. Si lo hubieran sabido, muy probablemente no le habr¨ªan permitido concentrarse a tanta altitud, una costumbre de la selecci¨®n bleu antes de los Mundiales, pues la altura, al igual que el ejercicio f¨ªsico extenuante, al m¨¢ximo, aumentan la posibilidad de un brote agudo, como el que padeci¨® Lass Diarra.
Aunque en el club no asocian este rasgo fisiol¨®gico a los problemas de salud recurrentes del jugador en la segunda vuelta de la Liga, enfermedades y lesiones que provocaron cierto escepticismo, tampoco descartan someter a una prueba sangu¨ªnea a los jugadores para comprobar si portan la mutaci¨®n gen¨¦tica y poder hacer trabajo de prevenci¨®n con ellos: controlar su hidrataci¨®n, evitar el ejercicio en altura...
En Estados Unidos, donde el 8% de la poblaci¨®n afroamericana es portadora de este rasgo gen¨¦tico del gl¨®bulo falciforme, han muerto en la ¨²ltima d¨¦cada 21 jugadores universitarios de f¨²tbol americano mientras se entrenaban. Ocho de ellos sufr¨ªan este problema. Este dato llev¨® recientemente a la NCAA, el organismo que regula el deporte universitario estadounidense, a estudiar la obligatoriedad del test de detecci¨®n entre los jugadores negros. Sin embargo, a¨²n no se ha llegado a un acuerdo sobre una medida que las asociaciones de enfermos consideran discriminatoria -podr¨ªa servir de base para excluir de los equipos a los pacientes- y que varios cient¨ªficos creen innecesaria: cuatro de los fallecidos sab¨ªan desde peque?os que sus gl¨®bulos eran diferentes y conoc¨ªan el peligro que corr¨ªan, pero no por ello dejaron de entrenarse hasta la muerte. Propugnan, en su lugar, un cambio en los programas de preparaci¨®n.
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