El juez sospecha que el arquitecto del Xacobeo adjudic¨® trabajos a su estudio
El magistrado pide a la Xunta identificar a los firmantes de los proyectos
El juez que investiga el caso Retablo, una trama de corrupci¨®n generalizada en la restauraci¨®n de arte sacro y la construcci¨®n de albergues para peregrinos durante los ¨²ltimos a?os, sostiene en su ¨²ltimo auto que de las escuchas telef¨®nicas practicadas a la docena de imputados que integran la red "existen indicios de criminalidad". La instrucci¨®n apunta a los supuestos cabecillas de la red, Carlos G¨®mez-Gil Aizpur¨²a, ex restaurador de la Conseller¨ªa de Cultura, y Jos¨¦ Manuel Pichel Pichel, arquitecto de la Sociedade de Xesti¨®n do Xacobeo. El juez persigue en la conducta de estos dos funcionarios, de cinco firmas de restauraci¨®n, dos sacerdotes de Pontevedra y el ex obispo de Tui-Vigo Jos¨¦ Di¨¦guez Reboredo, los delitos de cohecho, tr¨¢fico de influencias, malversaci¨®n de caudales p¨²blicos, fraudes y exacciones fiscales.
El instructor cree que falsos licitadores ayudaban a la trama a ama?ar concursos
Tanto la polic¨ªa como el fiscal sostienen que G¨®mez-Gil y Pichel habr¨ªan utilizado su influencia como funcionarios de la Administraci¨®n para decidir qu¨¦ patrimonio se restauraba y qu¨¦ albergues se constru¨ªan a cambio de adjudicar las obras a empresas amigas. En el sumario hay pruebas de los numerosos regalos que ambos imputados percib¨ªan de las empresas a las que adjudicaban contratos e incluso la declaraci¨®n de un empresario arrepentido, Manuel Montes Carballa, tambi¨¦n imputado, que cont¨® a la polic¨ªa y al juez la manera de operar de la trama. Constan as¨ªmismo 39 ingresos en efectivo de G¨®mez-Gil en una cuenta del Deutsche Bank, por importe de 122.000 euros, que el ex restaurador de la Xunta no pudo justificar. El magistrado sospecha adem¨¢s que las obras de restauraci¨®n como las que la trama encargaba para poner en marcha albergues part¨ªan de proyectos que firmaban arquitectos y aparejadores relacionados con el estudio ADD Arquitectura del que son socios Pichel y su esposa.
Por eso, en su ¨²ltimo auto, el juez env¨ªa un oficio a la Sociedade de Xesti¨®n do Xacobeo "para que certifue la identidad de los arquitectos cuyos proyectos fueron informados por Jos¨¦ Manuel Pichel entre 2005 y 2007". El magistrado pretende determinar "si era un procedimiento habitual del imputado citado encargar los proyectos de obras financiados por el Xacobeo a personas vinculadas con el estudio ADD Arquitectura, del que son socios Pichel y su esposa". El juez alude a conversaciones intervenidas por la polic¨ªa, con Pichel y varias personas de su estudio como interlocutores, en las que se llega a decir: "No pueden acusarnos siquiera de que le estemos trincando".
En otra charla, interceptada el pasado 29 de septiembre, Pichel ofrece a un tal Paco [a quien la polic¨ªa identifica como un aparejador conocido suyo] la direcci¨®n de varios proyectos. El arquitecto del Xacobeo dice a su interlocutor: "Os voy a repartir Galicia, os voy a dar una herencia de puta madre". Otra media docena de llamadas confirman que todav¨ªa en diciembre, Pichel ofrec¨ªa proyectos a arquitectos amigos.
En el ¨²ltimo auto, el instructor solicita que se tome declaraci¨®n a cinco testigos "a fin de aclarar si, tal y como se desprende de la investigaci¨®n policial, fueron utilizadas por Olga Quintela y David Dur¨¢n Montero [ambos imputados] de las empresas CBC y Alguimia como supuestos licitadores en varios expedientes "para cubrir as¨ª el concurso, asegur¨¢ndose de que estas firmas resultar¨ªan adjudicatarias" de las obras. En el informe policial figuran pruebas de que la trama rebaj¨® presupuestos para no sacar obras a concurso p¨²blico abierto.
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