Mandanipour no quiere ser Panahi
El escritor iran¨ª sufre la censura por alzar la voz contra el r¨¦gimen islamista
Shahriar Mandanipour mide mucho las palabras antes de contestar, su hablar es pausado, hay tristeza en sus ojos cuando hace referencia a su pa¨ªs y sus gentes, pero tiene asumido que su vida est¨¢ ahora fuera de las fronteras de Ir¨¢n. "Es triste escribir un libro en tu idioma, dirigido a unos lectores que hablan tu misma lengua y sabiendo que ellos no podr¨¢n leer Una historia iran¨ª de amor y censura [publicado en Espa?a apor Lumen]. Es un precio demasiado alto por hacer lo que quieres", afirma Mandanipour mientras se levanta a por una botella de agua y se mueve inquieto de un lado a otro de la sala.
El Ministerio iran¨ª de Cultura y Orientaci¨®n Isl¨¢mica prohibi¨® la publicaci¨®n de las obras de ficci¨®n de Shahriar Mandanipour como resultado de las actividades literarias y pol¨ªticas del autor. Actualmente vive en Cambridge (Massachusetts, Estados Unidos), donde imparte clases. "S¨¦ que por ahora, y creo que durante mucho tiempo, no podr¨¦ pisar un aeropuerto en Ir¨¢n. No voy a ocultar que tengo miedo y volver significar¨ªa entrar en la c¨¢rcel. Es un riesgo que de momento no estoy dispuesto a correr". Habla entonces de Jafar Panahi , quien el martes recobr¨® la libertad despu¨¦s de estar tres meses encarcelado y 10 d¨ªas en huelga de hambre. El cineasta, seg¨²n Mandanipour, "simboliza lo que los iran¨ªes van a hacer: dejarse matar para tener una oportunidad de vivir, la muerte otorga un poder liberador".
La novela, escrita en clave metaling¨¹¨ªstica y en la que la vida del autor se mezcla con la de los personajes, contiene palabras y frases tachadas, que, en opini¨®n del escritor, no superar¨ªan el juicio de los censores. Un juego literario que Shahriar Mandanipour (Shiraz, 1957) s¨®lo pudo llevar a cabo porque vive fuera de su pa¨ªs. "Hay una especie de doble censura, la oficial y la que est¨¢ escondida en estructuras m¨¢s profundas. Cualquier voz disidente es acallada de inmediato, el r¨¦gimen elige personas significadas y las encarcela con el objetivo de transmitir el mensaje al resto de la poblaci¨®n. He sido consciente de que en algunos momentos, mientras escrib¨ªa, me estaba censurando, pero la literatura te permite jugar con el lenguaje y la insinuaci¨®n y decir cosas sin llegar a decirlas".
El autor utiliza el amor de los protagonistas de su novela, Sara y Dara, dos j¨®venes estudiantes que se encuentran por primera vez en una biblioteca y viven su relaci¨®n a trav¨¦s de los libros que intercambian marcando p¨¢ginas de El peque?o pr¨ªncipe o poemas er¨®ticos de la tradici¨®n persa, para hablar tambi¨¦n de pol¨ªtica.
Mandanipour creci¨® en una familia religiosa que le transmiti¨® los valores del islam. Sin embargo, considera que la religi¨®n es peligrosa, "se ha convertido en una especie de nueva ideolog¨ªa, en un r¨¦gimen ideol¨®gico. Hay algo en Ir¨¢n que tiene el mismo efecto que las dictaduras. No creo que la religi¨®n tenga que ser impuesta, cada uno puede ser fiel a lo que siente y no obligar a los dem¨¢s a que te sigan". ?Hay mucha gente en su pa¨ªs que lo tiene tan claro? "Creo que m¨¢s de lo que se imaginan. Los reg¨ªmenes dictatoriales necesitan que la poblaci¨®n sea lo m¨¢s ignorante posible, que siga sus consignas sin preguntarse nada m¨¢s. Necesitan gente para la guerra y de ah¨ª viene su inter¨¦s en doblegar e imponer", explica el escritor iran¨ª. Su vida en Estados Unidos, donde continuar¨¢ en los pr¨®ximos a?os, le permite analizar su pa¨ªs con la distancia necesaria como para reflexionar sin apasionamiento.
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