Cuba: el desgaste de la espera
Los castristas cuentan con el tiempo necesario para cualquier decisi¨®n. Y sin lo que ellos decidan nadie podr¨¢ solucionar nada, incluida la Iglesia, que negocia codo con codo con el r¨¦gimen, ya que en virtud de sus intereses no puede esconder m¨¢s la imagen de unas pobres mujeres que caminan hacia un templo cat¨®lico, durante siete a?os, con palomas y flores en las manos, reclamando la libertad de sus familiares inocentes, lo que afecta demasiado los principios humanos emitidos por el Vaticano.
A varios meses de una nueva ola represiva por parte del r¨¦gimen castrista, del asesinato de Orlando Zapata Tamayo, a siete a?os de la Primavera Negra, y a dos a?os y medio de una sucesi¨®n din¨¢stico-fascista, nada ha cambiado en la isla de los hermanos Castro.
La revoluci¨®n que se hizo para mejorar el pa¨ªs ha terminado por acabar con todo
Para aquellos que se hicieron ilusiones con el hombre que orden¨® y ejecut¨® fusilamientos masivos desde enero de 1959, con Ra¨²l Castro, el fiasco ha sido notable.
El panorama de la disidencia interna resulta cada vez m¨¢s enrevesado a causa de la gran cantidad de esp¨ªas que penetran las organizaciones opositoras; disfrazados de periodistas independientes y de blogueros, son pagados por espiar y consiguen dividir y desestabilizar a los verdaderos disidentes. Sin embargo, cada vez deben redoblar el esfuerzo, porque cada vez se les enfrenta m¨¢s gente.
Las Damas de Blanco declararon que no aceptar¨¢n la propuesta de mejoramientos de las condiciones de los presos pol¨ªticos. Adem¨¢s, se niegan a que se proh¨ªba a las Damas de Apoyo marchar junto a ellas.
Los mismos presos pol¨ªticos tampoco est¨¢n de acuerdo con que se merme el movimiento cada vez m¨¢s creciente de mujeres que protestan y reclaman la libertad de todos los presos de conciencia. Bertha Soler, esposa de ?ngel Moya, afirm¨® que marchar¨¢n hasta la liberaci¨®n del ¨²ltimo preso.
Sin embargo, la Iglesia no ha sido tan clara, seguramente porque no puede serlo. A estas alturas, los representantes de la dictadura y Ra¨²l Castro en persona no han dado ninguna respuesta positiva y real que aliente la esperanza de que se produzcan estas liberaciones.
Supongo que el general est¨¢ ganando tiempo. Ir¨¢ entreteniendo a los presos, a sus familiares, pero sobre todo a la Iglesia y a la prensa extranjera, hasta que por el desgaste que produce la espera -en lo que ellos son absolutamente magistrales, lo han probado durante 51 a?os- obligue a que nos olvidemos del tema cubano, y que los presos, las Damas de Blanco, as¨ª como los dem¨¢s movimientos de dem¨®cratas, sean tragados por el vertedero cotidiano de la sobreinformaci¨®n.
Ra¨²l Castro vuelve a equivocarse, la oposici¨®n cubana se ha ganado un espacio permanente en el inter¨¦s mundial. Personas como Bertrand Delano?, alcalde socialista de Par¨ªs, as¨ª como una gran cantidad de personalidades del mundo art¨ªstico, cultural, e intelectual, y pol¨ªticos de todas las tendencias pol¨ªticas coinciden en que Cuba no puede continuar m¨¢s bajo el mismo sistema que durante 51 a?os solo ha llevado miseria, opresi¨®n y falta de libertades al pueblo cubano.
Muchos coinciden en que la revoluci¨®n que se hizo para mejorar y cambiar lo que hab¨ªa sido cambiado y empeorado en gobiernos anteriores, no ha hecho m¨¢s que acabar con todo, y rebajar a niveles vergonzosos de existencia a un pa¨ªs que en lugar de ser un pa¨ªs subdesarrollado en 1959 era un pa¨ªs en v¨ªas de desarrollo. Un pa¨ªs que en los a?os cuarenta fue un ejemplo para Am¨¦rica y para el mundo: de democracia y, en muchos casos, de desarrollo, comparado con lo que se vive desde hace ya m¨¢s de medio siglo.
De cualquier modo, Ra¨²l Castro sabe que, pase lo que pase, ha perdido al continuar obedeciendo a Fidel Castro, al no permitir que se hicieran cambios democr¨¢ticos. Cuba sigue bajo una dictadura militar.
Todav¨ªa hay quienes se extra?an de la actitud de algunos representantes de aquellos que quieren pasar a un raulismo light, sobre todo de los artistas e intelectuales castristas que a¨²n defienden lo indefendible. Siempre han existido, en cualquier dictadura ah¨ª han estado, y no solo levantan su voz a favor del horror, adem¨¢s son ellos mismos el horror, forman parte de ¨¦l cuando firman cartas de acuerdo con el fusilamiento de inocentes, o cartas de apoyo para que dure y se extienda la represi¨®n.
Con esas mezquinas posiciones no solo se sit¨²an del lado de la ignominia. Lo hacen a sabiendas de que han sido movidos por las bajas pasiones, por la necesidad de conseguir una vivienda mejor, por el permiso para adquirir un autom¨®vil, por la autorizaci¨®n de un viaje para promocionar primero al castrismo, luego el disco, el libro, o lo que sea.
Estamos ante el toma y daca necesario para poder sobrevivir. El no aceptar semejante chantaje empuj¨® a numerosos artistas e intelectuales cubanos al exilio.
He aqu¨ª que nos hallamos en el punto de comp¨¢s de espera impuesto por los amos de Cuba, con un protagonista previsible, la Iglesia, que tambi¨¦n ha probado que sabe esperar ad vitam aeternam para sus decisiones.
Zo¨¦ Vald¨¦s, escritora cubana, vive exiliada en Par¨ªs.
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