Especuladores y oportunistas
La crisis financiera derivada de un sistema sin regulaci¨®n e inversores sin escr¨²pulos, provoc¨® una crisis econ¨®mica que oblig¨® a todos los gobiernos del mundo a adoptar medidas de rescate del sistema financiero y de est¨ªmulo de la demanda. Se aplicaron pol¨ªticas keynesianas de apoyo a desempleados y empresas, se impuls¨® la inversi¨®n p¨²blica y se iniciaron t¨ªmidas reformas estructurales. Era obvio que estas pol¨ªticas contrac¨ªclicas supondr¨ªan un incremento del d¨¦ficit p¨²blico, tanto mayor cuanto mayor fuese la destrucci¨®n de empleo, de modo que ser¨ªa imprescindible aplicar, una vez superado el bache, planes de austeridad para recuperar la estabilidad presupuestaria. La duda, tanto de analistas como de gobiernos, se centra en el momento adecuado para implementar estas pol¨ªticas de ajuste ya que eliminar los est¨ªmulos fiscales y la inversi¨®n p¨²blica pueden suponer un freno a la incipiente recuperaci¨®n econ¨®mica.
Arrecia la tormenta pero Feij¨®o ofrece demagogia e insolidaridad: todo le vale con tal de gobernar
En Espa?a la virulencia de la crisis y el intenso incremento del desempleo, hasta situarse en el 20%, provocaron el r¨¢pido incremento del d¨¦ficit p¨²blico hasta el 11,4% del PIB en 2009, aunque se mantiene la deuda p¨²blica 20 puntos por debajo de la media de la Uni¨®n Europea. El Gobierno, al igual que pr¨¢cticamente todos los pa¨ªses europeos, programa recortes en las pol¨ªticas de gasto para hacer frente a los ataques especulativos a Espa?a y al euro. Medidas impopulares pero necesarias en la actual coyuntura, si bien la inc¨®gnita contin¨²a siendo el efecto sobre el empleo y la recuperaci¨®n econ¨®mica.
Congelar las pensiones m¨¢s altas, realizar rebajas proporcionales a los ingresos a los funcionarios o reducir inversiones, son medidas tomadas para reducir el gasto sin perjudicar todav¨ªa m¨¢s un mercado laboral que con un 20% de desempleados soporta el peso de las pol¨ªticas de ajuste. Recortes que recaen sobre colectivos que mejoraron su posici¨®n en los seis ¨²ltimos a?os, al subir las pensiones m¨¢s de un 30%, incrementarse el salario de los funcionarios un 15,9% o reconocerse el derecho a la dependencia. Medidas duras que deber¨ªan ir acompa?adas de la regulaci¨®n de los movimientos especulativos de capital, de la lucha contra el fraude fiscal, de reformas del mercado laboral, financiero y energ¨¦tico o de la redistribuci¨®n de renta y riqueza para que las consecuencias de esta crisis no recaigan s¨®lo sobre los asalariados.
En esta situaci¨®n, la receta conservadora ante la crisis tiene un claro ejemplo en Galicia. A pesar de liderar el crecimiento del desempleo en el ¨²ltimo trimestre, con m¨¢s de 233.000 parados registrados y una tasa de desempleo del 15,45%, el Gobierno de Feijoo presume de gesti¨®n y de control del d¨¦ficit. Un gobierno que da la espalda a los problemas del pa¨ªs, porque abandona las pol¨ªticas de reactivaci¨®n econ¨®mica, las iniciativas para la recuperaci¨®n de empleo, paraliza las obras p¨²blicas, olvida sus prometidas rebajas fiscales, privatiza infraestructuras y deteriora servicios, como si no fuesen tambi¨¦n su responsabilidad los desempleados, empresas y familias gallegas.
Desde su llegada a la Xunta, Feijoo intenta situar la responsabilidad de los problemas de Galicia en el exterior, como si nuestra Autonom¨ªa no tuviera competencias. Sirva como ejemplo, el ajuste a la baja en la previsi¨®n de crecimiento de la econom¨ªa gallega como supuesta consecuencia del recorte del Gobierno de Espa?a. Anuncio realizado para poner la venda antes de la herida e intentar ocultar su ineficacia en la gesti¨®n del Xacobeo y la incapacidad de un Gobierno que observa como un mero espectador el incremento del 20% de la tasa de desempleo y la ca¨ªda de la actividad.
La derecha insolidaria de Feijoo, en su af¨¢n de hacer m¨¦ritos mas all¨¢ de Pedrafita, ante los ajuste de gasto afirm¨® que "Espa?a esta intervenida" y que tomar¨¢ medidas de ajuste interno cuando el d¨¦ficit del Gobierno central se acerque al de la Xunta. Es de suponer que el presidente se ha enterado de que toda Europa acord¨® destinar 750.000 millones de euros a defender su moneda de ataques especulativos, que existen planes de estabilidad y que todos los pa¨ªses de la zona euro ajustan sus cuentas. Pero es m¨¢s, deber¨ªa abandonar la demagogia de comparar el d¨¦ficit de Espa?a y Galicia, ya que el gasto del Gobierno central permite mantener un pa¨ªs plural, solidario y descentralizado que garantiza las pensiones, avanza en derechos, mejora el sistema de financiaci¨®n auton¨®mica o financia unas infraestructuras que Feijoo en Galicia exige priorizar mientras la derecha conservadora defiende recortar. Un gasto p¨²blico que paga los seguros de desempleo a trabajadores y aut¨®nomos, incluidos los gallegos, y que representa hoy el 3% del PIB espa?ol, es decir, una parte sustancial del d¨¦ficit actual.
En este contexto de extrema dificultad internacional la oposici¨®n conservadora, en lugar de arrimar el hombro y contribuir a dar confianza a los mercados, se apunta al "cuanto peor, mejor" y critica hoy los recortes de gastos que lleva tiempo pidiendo. Cuando arrecia la tormenta financiera y es preciso generar confianza y dar imagen de solvencia y cohesi¨®n, el principal partido de la oposici¨®n y el presidente Feijoo responden con insolidaridad, oportunismo y demagogia, demostrando una vez m¨¢s que para la derecha todo vale con tal de gobernar.
Mar¨ªa Jos¨¦ Caride es portavoz de Econom¨ªa del Grupo Parlamentario Socialista
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