El ¨²ltimo fantasma de Marienbad
La memoria de Volker Schl?ndorf y un concienzudo trabajo de restauraci¨®n han recuperado el proceso de filmaci¨®n de 'El a?o pasado en Marienbad', pel¨ªcula de culto del director de cine franc¨¦s Alain Resnais
Es una de las historias m¨¢s extra?as y hermosas del cine contempor¨¢neo.
Todo el mundo conoce El a?o pasado en Marienbad, la obra de culto de Alain Resnais escrita por Robbe-Grillet y rodada hace exactamente cincuenta a?os.
Pues bien, resulta que en el rodaje de esta pel¨ªcula particip¨® una joven actriz, hoy olvidada, que se llamaba Fran?oise Spira.
Por supuesto, no interpretaba el papel principal, pues este corri¨® a cargo de Delphine Seyrig.
Ni siquiera uno de esos "papeles secundarios" oficiales que le dejan a uno el recuerdo de una o varias secuencias inolvidables.
Sin embargo, estuvo all¨ª, desde el principio hasta el final del rodaje, armada de una c¨¢mara s¨²per 8 sin toma de sonido con la que film¨® la pel¨ªcula, capt¨® los momentos de excepci¨®n y los instantes de incertidumbre, los lapsus de uno, las vacilaciones de otro, la risa gratuita de un tercero, el fr¨ªo, la bruma, los travelling imposibles, los trucos del director de fotograf¨ªa para simular una sucesi¨®n a¨²n m¨¢s larga de corredores, las ingenuidades de la actriz, la timidez de la jovenc¨ªsima Florence Malraux, entonces esposa de Resnais y script de la pel¨ªcula, por no hablar de ese "incidente" extraordinario y, me parece, desconocido hasta la fecha, que fue la excursi¨®n dominical del equipo a Dachau. Desde su rinc¨®n, y sin llamar la atenci¨®n, film¨® el making of de la pel¨ªcula m¨¢s voluntariamente hier¨¢tica, artificiosa, sin trepidaci¨®n, g¨¦nesis ni pasado; en resumen, la m¨¢s susceptible en la historia del cine moderno de disuadir a cualquiera de la idea misma de su realizaci¨®n y de un making of.
Una joven actriz capt¨® con su c¨¢mara los momentos cruciales de la filmaci¨®n de 'El a?o pasado en Marienbad'
Tras revisar las im¨¢genes restauradas, Volker Schl?ndorf describi¨® en un texto preciso los entresijos de la pel¨ªcula
Fran?oise Spira se suicida poco despu¨¦s.
Y su making of desaparece con ella.
Durante casi cincuenta a?os, los iniciados lo buscan en secreto, como Harrison Ford el arca perdida.
Ya al final de su vida, el mismo Alain Robbe-Grillet llega a dudar de su existencia, un d¨ªa en que lo evocamos durante el rodaje en Marraquech de Es Gradiva quien os llama.
Hasta que, en 2008, despu¨¦s de su muerte, el objeto resurge como por milagro, gracias al ¨²ltimo compa?ero de la joven suicida, Jean-Baptiste Thierr¨¦e, que lo encuentra en un s¨®tano, se lo entrega a Catherine, la viuda de Alain, y ¨¦sta lo cede, con el resto de sus archivos, al Institut M¨¦moires de l'?dition Contemporaine, dirigido por Olivier Corpet, que, a su vez, me lo conf¨ªa para su difusi¨®n en la web de mi revista, La R¨¨gle du Jeu (laregledujeu.org).
Restauraci¨®n de las im¨¢genes, deterioradas por d¨¦cadas de estancia en el purgatorio del cine.
Selecci¨®n de un montador para darle cierto orden y sentido a esas diez bobinas mudas y, cuando nos llegan a Corpet y a m¨ª, rigurosamente ininteligibles.
Y, sobre todo..., sobre todo, nos viene a la memoria que un tal Volker Schl?ndorf, que por aquel entonces no era sino otro joven debutante, fue el segundo asistente de Alain Resnais, y vamos a su encuentro para pedirle que visione las im¨¢genes y nos diga lo que a¨²n evocan para ¨¦l.
Schl?ndorf, en principio esc¨¦ptico, redescubre (lo que no es demasiado sorprendente, trat¨¢ndose del realizador de Un amor de Swann y, por tanto, de uno de nuestros proustianos m¨¢s eminentes) los milagros de la memoria que vuelve por sus fueros. Esas im¨¢genes en blanco y negro y, lo repito, sin sonido (y, en consecuencia, completamente indescifrables para cualquiera que no estuviese presente en el rodaje), reaparecen ante ¨¦l con la fuerza y la frescura del primer d¨ªa. Y, as¨ª, redacta en unas horas, febrilmente, un comentario a la vez libre, divertido y preciso, que sigue paso a paso las secuencias, cuenta lo que se ve en ellas, lee en los labios de Alain Resnais, descifra una rabieta de la Seyrig y vuelve accesible lo que hasta ese momento era para nosotros una especie de Lineal B.
Una vez ajustado el comentario, resulta una pel¨ªcula de casi una hora -y de una singularidad absoluta-: la copia fr¨¢gil y, por eso mismo, tanto m¨¢s conmovedora, de El a?o pasado en Marienbad. Pero se trata de una pel¨ªcula realmente nueva que narra los entresijos de esa obra maestra hecha de corredores, espejos, altas y antiguas balaustradas, y di¨¢logos hier¨¢ticos y escritos hasta el m¨¢s m¨ªnimo suspiro, que parece enteramente fabricada para hacer olvidar, precisamente, que haya podido haber nunca algo parecido a entresijos, vacilaciones o remordimientos.
He aqu¨ª, pues, esta pel¨ªcula, que tras una emisi¨®n "codificada" en La R¨¨gle du Jeu y luego una proyecci¨®n ¨²nica en el Museo del Jeu-de-Paume, de Par¨ªs, llega a Nueva York para una proyecci¨®n tambi¨¦n ¨²nica que organizamos mi amiga Diane von Furstenberg y yo en beneficio de la Maison Fran?aise de la Universidad de Nueva York, en la que precisamente Alain Robbe-Grillet ense?¨® hasta el final de su vida.
Los cin¨¦filos de Nueva York han acudido a la cita.
Algunos, como Joe Lally, o el bi¨®grafo de Godard, Richard Brody, lloran de emoci¨®n.
La gracia de estas im¨¢genes, su alegr¨ªa, la impresi¨®n de juventud que desprenden, son tan conmovedoras, sobre todo trat¨¢ndose, una vez m¨¢s, de una pel¨ªcula supuestamente hostil al "movimiento que altera las formas", que la asistencia se queda sin habla.
Ignoro cu¨¢ndo ni d¨®nde podremos exhibirla de nuevo.
Ni siquiera s¨¦ qu¨¦ lugar puede corresponderle a¨²n en los circuitos demasiado convencionales de la distribuci¨®n contempor¨¢nea.
Y tal vez es bueno que as¨ª sea: ning¨²n lugar en absoluto, proyecciones ef¨ªmeras, fantasma de una gran pel¨ªcula, tal vez de nuevo La R¨¨gle du Jeu.
Ah¨ª est¨¢, terrible y elegante, surgida del limbo e infinitamente encantadora. Ya veremos.
Traducci¨®n: Jos¨¦ Luis S¨¢nchez-Silva
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