El renacimiento de la PAC
Bruselas la mantendr¨¢ despu¨¦s de 2013, pero con una redistribuci¨®n de los fondos
La Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n (PAC) ha constituido en el ¨²ltimo medio siglo uno de los ejes para el mantenimiento de la actividad del sector agrario y el mundo rural de acuerdo con unos fondos anuales que hoy superan los 55.000 millones de euros. La PAC ha sobrevivido, en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, aunque malherida, a importantes reformas y, en la actualidad, se enfrenta a nuevos interrogantes sobre su futuro ante las disponibilidades financieras que se asignen a la misma a partir de 2013.
Bruselas tiene abierta una consulta p¨²blica hasta el mes de julio para recoger ideas sobre la necesidad y el futuro de la misma antes de elaborar un documento oficial de propuesta de reforma. En la actualidad todo hace indicar que la PAC seguir¨¢ despu¨¦s de 2013, pero con una nueva redistribuci¨®n de las ayudas entre pa¨ªses y sectores.
Desaparecer¨¢ de forma progresiva el pago de ayudas por derechos hist¨®ricos
Hoy, el 85% de los pagos los reciben solo nueve pa¨ªses, entre ellos Espa?a
Desde la perspectiva espa?ola, como el segundo pa¨ªs que m¨¢s ayudas recibe despu¨¦s de Francia, la PAC del futuro vendr¨¢ con rebajas. "No podemos cerrar los ojos a la nueva situaci¨®n que se puede presentar a partir de 2013. Existe el riesgo de que se puedan producir ajustes o qeu los mismos fondos se deban repartir entre m¨¢s pa¨ªses y m¨¢s beneficiarios. En ese escenario, se imponen medidas que no perjudiquen los intereses de los profesionales: recortes por la parte m¨¢s alta y apoyar fundamentalmente la actividad de los profesionales y la agricultura productiva", se?ala Javier Alejandre, responsable de los servicios t¨¦cnicos de UPA.
Espa?a recibi¨® en el ¨²ltimo ejercicio un total de 7.412 millones de los que 6.203 millones fueron v¨ªa el Fondo de Garant¨ªa Agraria. De esas cifra, los apoyos directos a la producci¨®n se acercaron a los 5.000 millones de euros. Para desarrollo rural se recibieron otros 1.208 millones.
Frente a diferentes voces que se han alzado en los ¨²ltimos tiempos en el seno comunitario contra la PAC, Espa?a ha desarrollado un trabajo importante durante la presidencia para defender el futuro de la misma, tanto ante los responsables de la comisi¨®n como ante los dem¨¢s pa¨ªses miembros. La Administraci¨®n espa?ola es firme partidaria de su mantenimiento e incluso de su reforzamiento. Para el secretario de Estado de Agricultura Josep Puxeu, la PAC es una pol¨ªtica clave para el mantenimiento de la actividad agraria, para la creaci¨®n de empleo, la sostenibilidad del territorio y para proporcionar una oferta alimentaria suficiente en volumen y en calidad y seguridad para los consumidores.
La Administraci¨®n espa?ola propugna el desarrollo de una pol¨ªtica de modernizaci¨®n del sector para lograr unas producciones m¨¢s competitivas en el conjunto de la econom¨ªa mundial. Pero se entiende que esa mejora de los procesos productivos no puede suponer eliminar los actuales niveles de ayudas directas que hoy suponen en la UE el 25% de los ingresos medios de una explotaci¨®n y que en Espa?a llegan casi al 30%.
Para los responsables del ministerio, a los agricultores y ganaderos comunitarios se les exigen una serie de condiciones en materia de controles de producci¨®n, seguridad alimentaria, respeto al medio ambiente o bienestar animal que suponen unos mayores costes y que no existen en terceros pa¨ªses competidores. Adem¨¢s, no se puede olvidar que una parte de las ayudas directas que hoy percibe el agricultor comunitario no son apoyos ca¨ªdos del cielo, sino una compensaci¨®n parcial por la bajada de los precios oficiales. En 1986, un kilo de cebada se elevaba a 0,15 euros frente a los 0,11 euros que tuvo esta campa?a.
En las perspectivas financieras para despu¨¦s de 2013, en el mejor de los casos, se podr¨ªan mantener los actuales niveles globales de apoyo, salvo que la crisis d¨¦ lugar igualmente a recortes en este presupuesto comunitario. Este mantenimiento de las ayudas ser¨¢ la primera raz¨®n por la que se deber¨¢ aplicar una redistribuci¨®n de los fondos. En este momento, el 85% de los gastos de la PAC los ingresan s¨®lo nueve pa¨ªses. Mientras en algunos nuevos socios las ayudas no llegan a los 100 euros por hect¨¢rea, en otros superan una media de 300 euros, con pagos en algunos cultivos superiores a los 2.000 euros por hect¨¢rea.
En la pr¨®xima reforma, Bruselas deber¨¢ decidir los criterios para proceder a esa redistribuci¨®n de los recursos. En la actualidad, la pol¨ªtica de pagos directos se basa en derechos hist¨®ricos en funci¨®n de rendimientos o n¨²mero de cabezas, tanto en las producciones agr¨ªcolas m¨¢s importantes como en las caba?as de ovino o vacuno. Para el futuro est¨¢ por debatir esa f¨®rmula. Pero, lo que es seguro, es que los actuales criterios hist¨®ricos para fijar ayudas se van a eliminar, aunque sea de una forma progresiva desde 2013. En su lugar, una posibilidad es la fijaci¨®n de una tarifa plana, una ayuda para todos igual por hect¨¢rea, cultivo o cabeza de ganado, ayuda b¨¢sica complementada por diferentes conceptos variables como su ubicaci¨®n en el territorio, tama?o o compromiso medioambiental.
En ese nuevo escenario, la meta del sector ser¨ªa establecer un sistema por el que no se perjudicara a los profesionales del sector, menos de 300.000, frente a los 900.000 que reciben ayudas. En esa l¨ªnea, hay sobre la mesa tres medidas complementarias: mantener el apoyo a los que viven directamente de la actividad; aplicar recortes al colectivo de 450.000 perceptores con menos de 1.250 euros de ayuda, y ajustar los pagos en los cobros m¨¢s altos de personas f¨ªsicas.
Ayudas libres de sospecha
Las ayudas de la PAC han estado en muchos momentos bajo sospecha, alimentadas por clich¨¦s que, en casos muy puntuales, respondieron a hechos reales, pero que en su mayor parte carecen de base.
Un primer estereotipo es que al agricultor le pagan por no cultivar o por no recoger la cosecha. Hoy, los mecanismos de control sobre los cultivos est¨¢n generalizados y las sanciones son muy duras.
Un segundo estereotipo es que unos pocos se llevan la mayor parte de las ayudas y la gran mayor¨ªa, las migajas. Es una verdad a medias. Es cierto que solo el 1% cobra el 23% de las ayudas con cobros por petici¨®n superiores a los 300.000 euros y que solo un centenar de beneficiarios cobran unos 190 millones de euros, una cifra igual a la percibida por 450.000 peticionarios. Pero hay explicaciones. En ese colectivo hay grandes terratenientes, pero tambi¨¦n entidades asociativas que cobran en nombre de miles de socios. Por otro lado, de esos 450.000 perceptores que no llegan a los 1.250 euros de ayuda, la mayor parte no se puede considerar que vivan de la agricultura. El colectivo real de agricultores profesionales, el 22%, cobran casi el 60% de todas las ayudas.
Un tercer estereotipo es que los mayores perceptores viven en las grandes ciudades y que se llevan la parte del le¨®n. Es cierta la existencia de esos cobros en grandes urbes, pero el grueso de los pagos se domicilia en el medio rural.
El Fondo Espa?ol de Garant¨ªa Agraria ha hecho un informe sobre d¨®nde viven los 804.290 perceptores de las ayudas del pago ¨²nico que en 2009 fueron de 3.276 millones de euros.
Seg¨²n este estudio, de los 8.112 municipios que hay en Espa?a,
7.960 han recibido ayudas. Y de esa cifra, 7.240 son pueblos con menos
de 10.000 habitantes donde residen
el 68% de los beneficiarios que
cobran el 62,5% de las ayudas.
En los municipios urbano-rurales, de entre 10.000 y 100.000 habitantes, se hallan un 23% de los beneficiarios cobrando el 22,7% de las ayudas. Ello supone que m¨¢s del 85% de los pagos se quedan en zonas rurales o semirurales, destacando el tri¨¢ngulo de Ja¨¦n, C¨®rdoba y Sevilla como las receptoras de las mayores de esas ayudas.
Los residentes en las grandes ciudades son el 3,48% de los beneficiarios y cobran el 6,2% de los pagos. Madrid es el municipio con el mayor n¨²mero de perceptores de pagos con 11.820. En cuanto al volumen de los pagos, a la cabeza se halla Sevilla con 86,8 millones seguida de Madrid con 76,4 millones de euros. -
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