?Recortes en desarrollo humano?
Cuesta creer que la recuperaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola tenga que pasar, entre otras cosas, por recortar la inversi¨®n en colectivos especialmente vulnerables: las personas dependientes, los jubilados, que ver¨¢n congeladas sus pensiones, y las mujeres que van a dar a luz, con las que hab¨ªa un compromiso. No parece que ninguno de ellos sea responsable de la crisis econ¨®mica, ni tampoco de otras crisis que oscurecen el horizonte, y justamente para ellos, por su especial vulnerabilidad, el recorte es a todas luces dram¨¢tico. Es en estos casos cuando se hace patente que hay ciudadanos de primera y de segunda, y que los de segunda est¨¢n en permanente situaci¨®n de riesgo, un riesgo que no s¨®lo se corre, sino que se transforma en amarga realidad.
No bajemos la ayuda a los pa¨ªses pobres. Luchemos contra el fraude y tasemos los negocios financieros
Pero falta un cuarto colectivo, que ni siquiera parece contar por su lejan¨ªa, el de las personas que viven en pa¨ªses en desarrollo. El recorte asciende en este caso a 800 millones entre 2010 y 2011, lo cual supone un buen pico de la ayuda al desarrollo de estos dos a?os. Son gentes que no votan en nuestro pa¨ªs, claro est¨¢, y podr¨ªa pensarse que para la mayor¨ªa de nosotros representan una difusa nebulosa, porque ojos que no ven, coraz¨®n que no siente.
Si no nos preocupan de verdad las personas dependientes de nuestro entorno, parece que menos a¨²n nos van a preocupar las de pa¨ªses lejanos, por mucho que andemos un d¨ªa tras otro mentando la globalizaci¨®n.
Lo bien cierto es que a cuenta de la crisis se retrasa todav¨ªa m¨¢s el prop¨®sito de alcanzar los c¨¦lebres Objetivos de Desarrollo del Milenio, que proclam¨® en 2000 la Asamblea General de Naciones Unidas, contando con los l¨ªderes mundiales de 189 pa¨ªses, objetivos cuyo cumplimiento se preve¨ªa inicialmente en 2015. Realmente, no pueden ser m¨¢s b¨¢sicos, calificarlos de modestos es poco: erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la ense?anza primaria universal, promover la igualdad entre g¨¦neros y el empoderamiento de la mujer, reducir la mortalidad de los ni?os menores de cinco a?os, mejorar la salud materna, combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y fomentar una alianza mundial para el desarrollo.
?Puede pedirse menos en materia de justicia? Pues los recortes por la crisis de distintos pa¨ªses y del nivel global retrasan su cumplimiento no a una fecha por lejana que sea, sino ad calendas graecas, teniendo en cuenta que los griegos no ten¨ªan calendas.
Podr¨ªa pensarse que las gentes de los pa¨ªses en desarrollo no son ciudadanos espa?oles, y que son "los nuestros" los que tienen prioridad, m¨¢s a¨²n en tiempos de recortes. Dar¨ªamos entonces la raz¨®n a ciertos neurocient¨ªficos, seg¨²n los cuales, el desinter¨¦s por los lejanos tiene bases cerebrales, porque llevamos acu?ados unos c¨®digos, producto de la evoluci¨®n, que se fueron formando en la ¨¦poca de los cazadores-recolectores, cuando las gentes formaban peque?as tribus y se ve¨ªan obligadas para sobrevivir a estrechar lazos con los dem¨¢s miembros y a rechazar con agresividad a los lejanos, a los diferentes, a los extra?os.
Si as¨ª fueran las cosas, llevar¨ªamos esa disposici¨®n incorporada y por eso nos resulta dif¨ªcil acoger al diferente, sentir preocupaci¨®n por el lejano. Ser¨ªa esa entonces una de las razones por las que la ayuda al desarrollo suena a m¨²sica celestial, a discurso edulcorado para los buenos tiempos.
S¨®lo que para las cuestas arriba quiero mi burro, que las cuestas abajo yo me las subo. La ayuda al desarrollo humano es vital para los pa¨ªses m¨¢s pobres de la tierra, para sus gentes la cuesti¨®n es de vida o muerte. Sin ayuda externa no pueden ni siquiera poner el pie en el primer pelda?o que lleva a salir de la pobreza extrema. No se puede, pues, retroceder un ¨¢pice: erradicar el hambre y la pobreza extrema es, en realidad, un "Deber Ya" de la humanidad, y no un simple "Objetivo del Milenio". No hay recortes que valgan.
Cosa que, al parecer, ha percibido buena parte de la ciudadan¨ªa espa?ola que, seg¨²n las encuestas, se ha puesto por montera el c¨®digo pueblerino de los cazadores-recolectores y ha respondido a los encuestadores que recortes en desarrollo, no.
Por si faltara poco, nobleza obliga, y la presidencia de la Uni¨®n Europea deber¨ªa llevar aparejado un plus de ejemplaridad, especialmente relevante en temas de desarrollo humano, que afectan a los m¨¢s desprotegidos.
Ciertamente, la salida de la crisis vendr¨¢ de reformas estructurales y sobre todo de cambio en los modelos de vida, apostando por la transparencia, la profesionalidad, la generaci¨®n de confianza y de amistad c¨ªvica.
Pero, en lo que afecta a reducir gastos, podr¨ªa muy bien prescindirse de asesores, ministerios, direcciones generales y un buen n¨²mero de cargos superfluos, poner tasas a las transacciones financieras, mirar con lupa fraudes y corrupciones, y sobre todo no invertir lo recaudado en todo aquello que lleva a conseguir votos, aunque sea est¨¦ril o incluso est¨¦ contraindicado. Pero reducir la ayuda al desarrollo humano es radicalmente inadmisible.
Adela Cortina es catedr¨¢tica de ?tica y Filosof¨ªa Pol¨ªtica de la Universidad de Valencia y directora de la Fundaci¨®n ?TNOR
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