La nueva propuesta de sentencia prev¨¦ recortes moderados del Estatuto catal¨¢n
La presidenta del Constitucional se plantea una votaci¨®n por cada art¨ªculo
Es la ¨²ltima oportunidad y la presidenta del Tribunal Constitucional, Mar¨ªa Emilia Casas, no quiere dejarla pasar. El proyecto de sentencia sobre el Estatuto catal¨¢n elaborado por la magistrada Elisa P¨¦rez Vera estuvo a punto de salir, pero le falt¨® al menos un voto. Fracasado el proyecto tras dos a?os y medio y cinco intentos, la ponencia se entreg¨® al sector conservador pero, en apenas un mes, el vicepresidente Guillermo Jim¨¦nez fue incapaz de elaborar un proyecto que arrastrase a los magistrados menos proclives al Estatuto.
Si la presidenta ha decidido asumir la ponencia "es para hacer algo en serio", dicen las fuentes consultadas. Pero tiene que hacerlo ya, porque sobre el Tribunal llueven presiones, y los propios magistrados le han dado un plazo perentorio. Casas ha dicho que habr¨¢ sentencia antes del verano. Incluso su intenci¨®n es presentarla a votaci¨®n y fallo en la primera quincena de junio.
Se mantendr¨ªa la tacha del catal¨¢n como lengua "preferente"
El borrador de Casas partir¨¢ del ¨²ltimo, elaborado por P¨¦rez Vera
Casas est¨¢ preparando un nuevo borrador, que casi en su totalidad se basar¨¢ en los trabajos de P¨¦rez Vera, que redact¨® cinco proyectos de sentencia a partir de las aportaciones de todos los magistrados durante m¨¢s de dos a?os y que planteaba recortes moderados del Estatuto. La ponencia deca¨ªda de P¨¦rez Vera declar¨® inconstitucionales 15 preceptos y otros 25 quedaron sometidos a una "interpretaci¨®n de conformidad", seg¨²n los t¨¦rminos resumidos en un fundamento jur¨ªdico conclusivo.
Guillermo Jim¨¦nez elev¨® en un 50% las tachas de inconstitucionalidad, de manera que los preceptos declarados inconstitucionales ser¨ªan unos 22. Demasiado para alg¨²n progresista descolgado y demasiado poco para los magistrados menos proclives al Estatuto y partidarios de laminar alrededor de la mitad de los art¨ªculos impugnados por el PP.
El proyecto de Casas tratar¨¢ de arrastrar el par de votos que necesitar¨ªa para una sentencia presentable, lo que hoy se traduce por una votaci¨®n de 6-4. Sin embargo, dado que el Tribunal sigue dividido en tres bloques, lo m¨¢s factible es que acabe imponi¨¦ndose una votaci¨®n "art¨ªculo por art¨ªculo", entendiendo por tal la votaci¨®n por bloques, por art¨ªculos completos, por preceptos de cada art¨ªculo e incluso por incisos o t¨¦rminos de seg¨²n que preceptos. Despu¨¦s de un sinf¨ªn de deliberaciones, de votaciones prospectivas, de interpretaciones y reinterpretaciones los magistrados ya conocen al dedillo los puntos de acuerdo y los de desacuerdo. Se trata de volver sobre ellos y votar. En lo que se est¨¦ de acuerdo en general, se podr¨¢ votar por bloques, y en lo que no, se descender¨¢ al ¨²ltimo detalle. Y lo que salga en cada caso se lleva al fallo. El sistema implica que algunas posiciones, como las de hacer que en el fallo conste expresamente que la interpretaci¨®n del t¨¦rmino "naci¨®n" del Pre¨¢mbulo del Estatuto carece de eficacia jur¨ªdica, o que la definici¨®n como "nacionales" de los s¨ªmbolos de Catalu?a del art¨ªculo 8.1 se refieren a Catalu?a como "nacionalidad" reconocida "dentro de indisoluble unidad de la Naci¨®n espa?ola" pueden acabar siendo incorporadas incluso con el voto de calidad de la presidenta, en el supuesto de que se llegase a un empate.
Pero tambi¨¦n puede conseguir salvar, siquiera como interpretaci¨®n de conformidad, algunos de los aspectos m¨¢s pol¨¦micos del Estatuto, los que hacen referencia a la lengua catalana. Se mantendr¨ªa la tacha de inconstitucionalidad del catal¨¢n como lengua "preferente" en Catalu?a, y algunas limitaciones sobre el deber de conocimiento del catal¨¢n -que no ser¨ªa jur¨ªdicamente exigible- o sobre el derecho a relacionarse por escrito en catal¨¢n con los ¨®rganos judiciales y constitucionales -en los casos que determine el legislador estatal-. Las votaciones se hacen empezando por el magistrado m¨¢s moderno y terminando por la presidenta, que puede utilizar su voto de calidad. El resultado final previsiblemente contendr¨¢ m¨¢s declaraciones de inconstitucionalidad y m¨¢s reinterpretaciones, si se quiere que haya sentencia.
Los magistrados no s¨®lo tienen que hacer frente al escaso tiempo que queda hasta el verano, sino tambi¨¦n a las presiones, ahora con la clase pol¨ªtica volcada en las elecciones catalanas.
En el sector progresista cay¨® particularmente mal la orden de renovaci¨®n del tribunal impartida desde el Gobierno y de la que en el Constitucional se enteraron a trav¨¦s de sus servicios t¨¦cnicos. La aceptaci¨®n por el PSOE de los magistrados Enrique L¨®pez y Francisco Hernando con tal de renovar, trajo a todos el amargo recuerdo de las tajantes negativas de otros tiempos a que el ultraconservador Roberto Garc¨ªa-Calvo, ya fallecido, accediese al Constitucional. Tras meses de intentos fallidos por parte del PP, el PSOE acab¨® cediendo a cambio de una plaza en el Tribunal de Cuentas.
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