Retratos interiores sin personajes
La fot¨®grafa alemana Candida H?fer trabaja en cuatro edificios de Sevilla antes de la inauguraci¨®n de 'Projects: done', que re¨²ne 40 a?os de su obra
A Candida H?fer le gusta pasar de puntillas por la vida. Esta fot¨®grafa alemana, una de las figuras m¨¢s relevantes de la Escuela de D¨¹sseldorf, es conocida en todo el mundo por sus instant¨¢neas de interiores arquitect¨®nicos vac¨ªos pero en los que siempre se detecta la huella humana. Una forma de trabajar que surgi¨® por su deseo de "no molestar a la gente" y que se ha convertido en su se?a de identidad.
H?fer (Eberswalde, 1944) lleg¨® el domingo a Sevilla junto a su asistente, Ralph M¨¹ller, y sus dos c¨¢maras: una Hasselblad anal¨®gica y otra digital que tiene el cuerpo suizo, la lente alemana y el sensor dan¨¦s. La artista inaugurar¨¢ el s¨¢bado en el Centro Andaluz de Arte Contempor¨¢neo (CAAC) la muestra Candida H?fer. Projects: done, que ya ha pasado por el Marco de Vigo, y aprovecha la visita para fotografiar cuatro edificios clave de Sevilla. El pasado martes, desde las siete y media de la ma?ana y hasta las dos de la tarde, Candida H?fer escudri?aba cada rinc¨®n, cada l¨ªnea de fuga de la sala de exposiciones del Archivo General de Indias. Cargada de maletas y acompa?ada tambi¨¦n por una asistenta y traductora, la fot¨®grafa se afanaba en integrar los elementos de una muestra temporal sobre la pirater¨ªa con la imponente y sobria arquitectura de la gran sala.
"Utilizo la Hasselblad desde hace 30 a?os. La prefiero cuando trabajo en lugares m¨¢s peque?os, son im¨¢genes m¨¢s ¨ªntimas; mientras que para espacios grandes empleo la c¨¢mara digital", explica mientras mueve su vieja c¨¢mara, con tr¨ªpode incluido, como si fuera una pluma. Ella se limita a plasmar los interiores de edificios p¨²blicos como bibliotecas, palacios, escuelas, iglesias, museos -espacios en los que queda la memoria de la presencia humana- sin trucos. Respeta la luz, ya sea natural o artificial, y no a?ade focos ni realiza manipulaciones digitales. Esa norma no escrita que se ha impuesto requiere un trabajo muy meticuloso. En las primeras cinco horas en las que estuvo en el Archivo de Indias solo tom¨® dos fotograf¨ªas.
"Conseguir los permisos, trabajar a una hora en la que los edificios est¨¦n vac¨ªos y que la luz sea la apropiada te condiciona tanto que casi nunca desecho una imagen. Dos al d¨ªa no es mucho, tienen que ser buenas", comenta mientras mira un cron¨®metro que lleva colgado al cuello con una cinta de la Documenta 11, la edici¨®n de 2002 en la que H?fer particip¨® y en la que conoci¨® al equipo de arquitectura Kuehn Malvezzi que, desde entonces, se ocupa del dise?o museogr¨¢fico de sus exposiciones.
Los espacios sevillanos que pasar¨¢n a formar parte del m¨¢gico universo iconogr¨¢fico de H?fer son el resultado de una selecci¨®n que realiz¨® en una visita hace dos a?os. La fot¨®grafa comenz¨® su recorrido el lunes por el palacio de Pilatos. El martes lo pas¨® en el Archivo y el mi¨¦rcoles, en el monasterio de Santa Mar¨ªa de las Cuevas, sede del CAAC que acoge su muestra con 120 obras realizadas entre 1968 y 2008. Hoy le toca el turno al Real Alc¨¢zar.
"Todav¨ªa no he decidido lo que har¨¦ con las fotograf¨ªas de Sevilla. Al final de octubre tengo una exposici¨®n en Santiago con im¨¢genes que tom¨¦ en Galicia. Espa?a es un pa¨ªs con mucha historia y con unos edificios estupendos. Hace m¨¢s de 20 a?os que vengo a hacer fotos aqu¨ª", comenta. "Lo que hago son retratos interiores en los que no aparecen los personajes", aclara H?fer mientras pasa de puntillas entre legajos.
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