Israel se muestra dispuesto a suavizar el bloqueo naval a Gaza
Netanyahu se resiste a una investigaci¨®n internacional del abordaje a la flota
Benjam¨ªn Netanyahu se niega a que se investigue el asalto militar a la flotilla. Rechaza de antemano, como ya ocurri¨® tras la Operaci¨®n Plomo Fundido contra Gaza, cualquier investigaci¨®n que emprenda la ONU: Israel no cooperar¨¢ con ella ni aceptar¨¢ los resultados . Tambi¨¦n rechaza la opci¨®n de una investigaci¨®n interna israel¨ª tutelada por un observador estadounidense, pese a las presiones de Barack Obama. Pero parece dispuesto a suavizar el bloqueo naval impuesto a Gaza, y a aceptar en el mismo alg¨²n tipo de supervisi¨®n internacional.
La idea de variar la actual modalidad de bloqueo, y abrir la costa de Gaza a un cierto tr¨¢fico mar¨ªtimo que no incluya lo que Israel considera material armament¨ªstico, no es nueva. El Gobierno de Tel Aviv lleva alg¨²n tiempo sopesando la opci¨®n, y los acontecimientos del lunes podr¨ªan pesar de forma decisiva. Netanyahu ha comunicado a Washington que estar¨ªa dispuesto a aceptar un "planteamiento imaginativo" en la modificaci¨®n del bloqueo y que no se niega a una posible supervisi¨®n internacional.
El Gobierno israel¨ª mantendr¨¢ el control de la frontera terrestre de la franja
S¨ª se niega, en cambio, a toda modificaci¨®n en el bloqueo de la frontera terrestre con Israel.
El asunto resulta complejo, porque Israel lleva mucho tiempo intentando que la responsabilidad sobre Gaza (excepto en temas de armas) y sobre sus conflictivos dirigentes de Ham¨¢s recaiga progresivamente en Egipto, que ocup¨® la franja entre 1948 y 1967, y tal vez sobre alguna organizaci¨®n internacional. El objetivo es doble: alejar las culpas por la crisis humanitaria y mantener la separaci¨®n entre los palestinos de Gaza y los palestinos de Cisjordania.
En cuanto a la investigaci¨®n del asalto a la flotilla de activistas, sobre cuyo desarrollo las versiones siguen siendo absolutamente contradictorias, Netanyahu no muestra flexibilidad alguna.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, convoc¨® el martes a dos asesores de Netanyahu y les propuso una opci¨®n amistosa, destinada a contrarrestar las probables conclusiones negativas de una investigaci¨®n de la ONU (que ser¨ªan, al menos, tan severas como el Informe Goldstone sobre Plomo Fundido) y a frenar el deterioro de la imagen internacional de Israel, que afecta indirectamente a su aliado de Washington. Obama plante¨® la necesidad de que Israel formara su propia comisi¨®n investigadora, con personalidades jur¨ªdicas de prestigio, y que aceptara la presencia en ella de un observador estadounidense para aportar credibilidad.
La respuesta de Netanyahu fue negativa. Argumenta que un pa¨ªs soberano no tiene por qu¨¦ someter a investigaci¨®n acciones que considera legales y leg¨ªtimas, como la interceptaci¨®n de la flotilla que intentaba romper el bloqueo de Gaza.
La presi¨®n, sin embargo, contin¨²a. La de Washington y la europea. La jefa del Gobierno alem¨¢n, Angela Merkel, dijo el jueves que hac¨ªa falta investigar qu¨¦ ocurri¨® y propuso que en la comisi¨®n tuviera presencia el Cuarteto (Estados Unidos, Uni¨®n Europea, Naciones Unidas y Rusia) que intenta mediar desde 2002 en Oriente Pr¨®ximo.
Tambi¨¦n hay presiones internas. Varios ministros, en la reuni¨®n que el Gobierno celebr¨® el mi¨¦rcoles antes del discurso de Netanyahu sobre la "hipocres¨ªa internacional", intentaron convencer al primer ministro para que anunciara una investigaci¨®n de forma inmediata. Argumentaban que si Israel no investigaba, el mundo le impondr¨ªa su propia investigaci¨®n. El propio ministro de Asuntos Exteriores, el ultranacionalista Avigdor Lieberman, declar¨® a la prensa que le parec¨ªa bien que se formara una comisi¨®n investigadora israel¨ª con observadores extranjeros.
El rechazo de Netanyahu a investigar c¨®mo se planific¨® y efectu¨® el violento asalto tiene algunas razones de pol¨ªtica interna. Las decisiones fueron tomadas al margen del Consejo Nacional de Seguridad, el ¨®rgano que te¨®ricamente deb¨ªa aprobar la operaci¨®n, y por un peque?o grupo de personas entre las que figuraban el propio Netanyahu y su aliado laborista, el ministro de Defensa Ehud Barak. Cualquier resultado negativo de una investigaci¨®n israel¨ª, con observadores externos o sin ellos, afectar¨ªa directamente a ambos. Y ambos son quienes, hasta ahora, han mostrado una oposici¨®n m¨¢s rotunda a que se investigue.
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